Después del accidente.
Ámbar Hamilton
Después de la caída, sangre un poco y salimos de emergencia para el hospital, lo malo ya había pasado y todo estaba bien en lo que cabía, supongo.
— Está bien, estaré en cama hasta el octavo mes — dije sonriente.
— No es para que te lo tomes a broma Ámbar — me volvio a regañar.
— Ok, gracias mi hermosa ginecóloga — le volví a sonreír.
Tenía que cuidarme y cuidar del bebé en camino. Sali de la consulta y le dije a madre para visitar a Eloah, llevaba siete meses en esa cama y no se levantaba, me daba rabia verlo sin mejorar.
— Hola — musite bajito, bese su mejilla y acaricie su pelo negro que estaba largo. — seguramente ya sabes lo que te diré, pero te lo vuelvo a repetir y quiero que te levantes de esa cama porque yo no se que haré yo sola con este bebé.
Después de meses sin llorar, lloré porque hoy era mi cumpleaños y volveré a estar sin el.
— El parto se puede adelantar y necesito que estés a mi lado, tu eres el responsable de ponerle el nombre a nuestro bebé — toque su mano y estaba fría mucho más de lo normal, sus signos vitales estaban alterados y empezó a mover los dedos de los pies.
— Oh dios mío, esto es un sueño muy malo ¿Por qué carajos no despierto? — exclamé a la nada y sentí sus dedos envolver mi mano. — Ahora si me llevo el que me trajo a este mundo — mi cuerpo empezó a desfallecer y toque el botón rojo de emergencia.
Eloah Walton
Todo es blanco y muy brillante, soy un pequeño niño jugando con mis padres en la orilla de la playa, todo es tan hermoso y está mi hermano gemelo muy alegre de jugar con la arena. ¿Por qué Erik está conmigo si el murió? Solo lo veo a él y a ¿otros señores que se hacen pasar por mis padre? ¿En dónde estoy? Lo que se es que estoy en mi lugar favorito y sin ninguna preocupación, me siento feliz y con mucha tranquilidad.
— ¿Ustedes son mis padres? — pregunté mirando a los señores y ellos miraban con cariño.
— Oh pequeño como vas a preguntar eso, si nosotros somos tus padres biológicos — dijo la señora que sonreía y mucho ¿Por qué siempre está alegre?
— Eloah no tienes porque preguntar incoherencias — me regaño Erik.
— Es que yo tengo otros padres — dije en mi inocencia. — una mamá diferente y rubia con un papá extraño y altísimo.
— Hijo — me reprendió el señor extraño.
— Nosotros somos tus verdaderos padres — dijo la señora rara.
— No entiendo — exclamé molesto.
— Hace veinte años atras, un día como hoy estábamos en esta misma playa disfrutando como la familia perfecta que eramos y ustedes tenía dos añitos, y no entendían nada sobre este mundo tan podrido porque eran dos angelitos inocentes — la señora lloraba. —, ustedes jugaban en la orilla de la playa y yo discutía con su padre......
La señora me señaló un lugar y ahí estaba yo jugando con mi hermano y ellos discutían más alejado:
"— No puedes seguir apostando porque llegará un día en donde no tengas dinero y nos matarán a todos, tienes que elegir y rápido porque el tiempo es corto.— grito la señora y los niños se acercaban al mar cada vez más.
— Tienes razón, pero me es imposible dejarlo— dijo el hombre y lloraba, a lo lejos habían cinco hombres vestidos de negros, y los niños estaban muy cerca del mar.
— Si es posible, pero tú siempre piensas en putas y en tus malditos vicios asquerosos que solo nos han traído problemas — grito la mujer con rabia.
— Cambiaré, te prometo cambiar — prometio el hombre.
— Nunca cumples tus promesas — dijo la señora y los hombres ya estaban cerca.
— Señor Anderson y señora Anderson — saludo un hombre de traje, ¡Era mi padre actual!.
— Niños — grito la mujer corriendo a dónde estaban los pequeños.
—¿Qué sucede mami? — preguntó Erik y mi versión pequeña de mi observaba todo cauteloso.
— Nada bebé, nada — contestó.
— Creo que me debes dinero Paul — dijo el señor.
— Walton yo te dije que pronto pagaré tu dinero — dijo el hombre Anderson temeroso.
— Ya es tarde — dijo el señor Walton y disparo en la cabeza del señor que decía ser mi padre biológico.
La señora lloraba desconsolada y los niños no entendía nada de lo que sucedía a su alrededor.
— Los niños se van conmigo — ordenó el señor Walton y dos hombres se acercaron y cargaron a los pequeño montandolos a una camioneta a lo lejos.
Y sonó el último disparo que fue dirigido a la señora Anderson, dejándola muerta en la playa junto a su esposo."
—Usted también apostaba y por eso nos secuestraron y ahora soy un Walton — musite.
Todo dió vuelta y me mareé, ¿Ahora dónde estaba?, aún estaba blanco pero ¿Estaba en un parque?, Si estaba en un parque y a lo lejos estaba yo pero era un niño de unos cinco años o eso creo. Camine hasta situarme a un lado del niño para observar lo mismo que el estaba viendo, estaba observando a una niña que tenía dos coletas en cada lado y un vestido amarillo, era linda pero yo la conocía de alguna parte.
Camine más hasta estar más cerca de la niña, y era Ámbar Hamilton, la hija de mi madrina ¿Qué hacía aquí?, La toque para preguntarle y no me sintió. La niña se dirigía al columpio que era donde mi pequeño yo estaba embobado viendola, iba cantando una canción y su voz era angelical.
— ¡Hola! — dijo la niñita alegre, pero mi pequeño yo estaba mudo y solo la veía. — Te estoy hablando — insistió la niña.
— Perdón — se disculpó — eres llamativa.
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Editado: 16.02.2023