Es mi posesivo #1

01. ¿Un nuevo comienzo?

Aviso de antemano: antes de que comiencen quiero aclararles que esta es una historia de hombres lobos/vampiros, como sale en la clasificación. Lo digo porque he visto que hay chicas que se disgustan cuando se enteran de esto pero bueno, por algo se lee el género de la novela.

También quiero decir que disculpen si hay cosas que no parecen tan reales aun cuando ya he editado esta historia como tres veces. Comencé a escribir esta novela como a los 12-13 años (ahorita tengo 19 añitos), es decir, toda la base de la historia la desarrollé a muy temprana edad y no me fijé bien lo que hacía; sin embargo, me he encargado de acomodar muchas cosas en los últimos años.

Esta es la primera historia que hice y espero que les guste tanto como a mí...

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Estar en un lugar que trae malos recuerdos descompone. Sientes un aura tensa y al ver cada objeto del lugar dan unas inmensas ganas de venirse en llanto. Eso es lo que nos pasa y por esa misma razón es que hoy partimos de nuestro país natal. Queremos un nuevo comienzo, un borrón y cuenta nueva. Necesitamos urgentemente un ambiente fresco y relajado, uno en donde se puedan recrear nuevos momentos y dejar que el pasado quede totalmente en el olvido.

Somos jóvenes y no podemos estar encerrados en una casa que nos absorbe es su totalidad. Queremos simplemente seguir adelante.

La decisión ya está tomada y por ende, hoy salimos de madrugada para tomar uno de los primeros vuelos hacia un país cercano a este, no es un cambio por completo, pero aun así es bueno.

Adam no estuvo muy a nuestro favor, él si quería quedarse aquí y seguir adelante a pesar de los recuerdos mortificantes pero Anabell y yo pensamos lo contrario. Si queremos avanzar tiene que ser en otro entorno. No obstante, lo entiendo... Dejar nuestro hogar, el lugar donde tuvimos momentos magníficos y especiales es duro. Después de tantas disputas nos apoyó y decidió pensar que nuestra idea no es tan mala después de todo. Me alegra que las dos personas más importantes de mi vida vengan conmigo.

Me siento culpable al saber que mi hermano está dejando su vida aquí para no dejar a su hermana sola.

La muerte de mi padre sobró y bastó para que mi mundo se viniera a mis pies y que mi forma de pensar diera un giro total. Adam duró un largo tiempo sin cruzar palabras conmigo y con respecto a Anabell, su pérdida le cayó fatal, no tenía ánimos para nada, se cerró por completo y se ahogó en su dolor, de igual manera como nos sucedió a todos. La Elena que salía de fiesta en fiesta y rompía las reglas se rompió en miles de fragmentos, pedazos que con el tiempo he ido reconstruyendo de a poco.

— ¿están seguros que quieren hacer esto? De lo contrario, podemos pensarlo unos días más. —Mi voz suena vacilante y nerviosa.

Adam me observa y asiente, sus ojos están cristalizados y con respecto a Anabell está que se muere del llanto, literalmente le están saliendo cascadas por sus ojos.

—Ya estamos a un paso de lograrlo, no me vengas con el cuento de qué vas a retroceder —responde Adam.

—e-estoy li-lista —tartamudea mi amiga.

—si no quieren, podemos...

—No. Nos iremos —afirma Adam. Me abraza y mi amiga se nos une. Los amo tantoEstas dos personas son las que me hicieron volver a sacar la misma sonrisa de antes y tener esa vida llena de emoción que llevaba hace tiempo.

Adam se separa de mí y luego Anabell hace lo mismo. Las lágrimas de mi hermano se desbordan de sus párpados y empieza a llorar.

Que gran emoción me están dando con sus llantos.

Me causa risa lo sentimental que puede llegar a ser mi hermano, siempre me he burlado de ello. Cada vez que llora o se siente deprimido procuro animarlo y consolarlo, pero hay otras ocasiones en donde me parto de la risa por su estupidez. Esto me hace recordar cuando terminé con Christian a los quince años porque de una manera muy ingeniosa me fue infiel, Adam se puso peor que yo por la ruptura e incluso se puso a lloriquear porque yo estaba un poco triste. Obvio que estaba mal, fue mi primer novio. Supongo que cuando él tenga una novia será la mujer de la relación.

Es tierno ver a un hombre expresar sus sentimientos y Adam es muy bueno en ello.

—Los amo tanto, tontos —les digo con una auténtica sonrisa.

Adam y Anabell se limpian las lágrimas y me devuelven la sonrisa.

—saldremos adelante juntos. Aunque nos tropecemos, nos volveremos a levantar —contesta Anabell y dicho eso, nos llaman para montarnos en el avión y juntos, enmarcamos nuestro camino.

Los minutos se van tornando pesados y llenos de lentitud, siento que el tiempo me está haciendo una mala jugada al causar que los segundos se vuelvan un total martirio. Prosigo a distraerme con la excelente vista que me brinda al estar en el lado de la ventana y con las canciones de Coldplay.

Adam quien se encuentra a mi lado izquierdo, pasa un brazo por mis hombros y permite que repose mi cabeza sobre su pecho. Deja un casto beso sobre mi cabello y continúa distrayéndose con su teléfono celular, por los momentos está alimentando a su Pou o como yo le digo, su pupusito.

Atisbo a mi mejor amiga, literalmente mi hermana y la pillo con lágrimas deslizándose por sus mejillas a la vez que tararea una canción de Lana del rey. De seguro la melodía que se reproduce en su iPod es melancólica y es el causante de que su estado de ánimo empeore. La gente suele ser masoquista.

Unos minutos después la somnolencia se abre paso y cierra mis párpados para sumirme en un sueño profundo. Las escenas que programa mi mente son fatalistas. Espero que esta decisión no haya sido la equivocada.

(...)

—Elly —escucho como musitan en el lóbulo de mi oreja. Me remuevo con incomodidad y continuo durmiendo —Elly —repiten con el tono de voz más elevado. Maldita sea el que interrumpe mi sueño. Aunque sé que se trata de Adam ya que la voz no me pasa desapercibida, no abro los parpados. — ¡Elena! —exclama con firmeza, haciéndome dar un respingo.




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