Es mi posesivo #1

05. Posesivo

Por los instantes la tensión ha descendido un poco. Las personas ya han vuelto a sus asuntos y no están fisgoneando el show que dio inicio hace minutos. Adam se encuentra con la chica y ¿Anabell? La muy chistosa yace siendo besada por el chico que la tomó entre sus brazos, se besan a la vista de todo el mundo como si no tuviera algo de vergüenza y pena por ella misma. Si fuera otra persona y no la conociera del modo en que lo hago dejara que continuara ese beso hasta que se diese cuenta de lo que está cometiendo, aun así, sé que si permito que prosiga se molestará, sonrojará y en luego en la casa me echará la culpa.

Anabell enciende hornos ajenos y no cocina nada.

—Ana —musito en un intento de atraer su atención. Esta sin embargo, no se da cuenta de mi llamado —Anabell —le llamo un poco más alto, no quiero que las personas a mi alrededor se den cuenta de lo que sucede. Mi amiga, como anteriormente, no se aleja de aquellas ensoñaciones y continúa besando al chico.

>> ¡Anabell! —exclamo y dejo en el caño la idea de hacer que los estudiantes sigan con lo suyo. Todos me observan y me escanean de pies a cabeza, por otro lado, Anabell se aleja de él como si de una enfermedad venérea se tratara. Se sonroja fuertemente y se encoje de hombros.

— ¡joder! —Vocifera Axell totalmente tenso — ¡dejen de mirarla! —espeta con irritación. Es de ese modo como todos los expectantes vuelven con lo suyo y tiemblan ligeramente en el proceso.

Me sonrojo fuertemente al tener toda la atención el primer día de clases y haberme topado con un hermoso chico reclamándome como suya, siquiera he hecho amigos y ya tengo un acosador. Me abrazo a mí misma cuando miles de escenas inapropiadas se apoderan de mis pensamientos... ¿Por qué pienso de este modo con Axell? ¿Por qué quiero sentir más que un solo toque y una mirada de reojo? ¿Por qué quiero más?

Anabell chilla con horror y causa que la miradas se instalen en ella, sus mejillas están totalmente ruborizadas y con un gesto de pánico en sus facciones. No puede creer lo que hizo. Sus labios están algo hinchados y color carmesí al igual que el chico de cabello revuelto.

Ella pierde la cordura cuando se atreve a bofetearlo en su mejilla derecha. Ahogo un jadeo al verlo y siento como la vergüenza ajena se esparce por todo mí ser. El endurece sus facciones, palpando el lugar afectado y observándola con cólera.

— ¿Por qué me besaste? —cuestiona ofendida, dándole un empujón en su pecho. Sé que está ejerciendo todo ese drama por lo confundida que esta, no es de costumbre besar a alguien que acaba de ver. ¿Sentirá acaso lo mismo que yo por Axell?

—Pero... —Hace un mueca con sus labios, desconcertado — ¿Qué diablos pasa por tu cabeza, mujer? —Frunce el ceño y da un paso hacia Ana, acortando distancias.

—Me besaste —dice ella, haciendo énfasis en la última palabra.

Me dirige una mirada de auxilio pero yo niego con lentitud, que salga ella sola de ese embrollo. Sabe perfectamente que no tuvo lógica al pegarle esa cachetada, todos estuvimos presentes cuando ella le devolvió el beso con igual o mayor fervor.

—Y tú me seguiste el beso —replica con sorna.

—Mentira —responde y se cruza de brazos. El chico acuna su rostro e intenta besarla de nuevo; no obstante, mi amiga gira su semblante causando que el beso aterrice en su pómulo derecho —No caeré de nuevo, Chase.

Desprevenidamente el chico se carcajea, contagiando a mi amiga. Su risa es tan escandalosa que la mayoría de los estudiantes colocan su vista en ellos. Es injusto que mientras ella goza de su compañía yo estoy sintiendo un aura oscura y pesada del hombre a mi costado. Alzo mi rostro para deleitarme con el físico de Axell y lo encuentro con una sonrisa burlona en sus labios, posteriormente su pecho se sacude por una débil carcajada. Ver sus hermosos ojos achicados y unas diminutas arrugas debajo de ellos es increíble. Sonrío inconscientemente al verlo con un destello de brillo en aquel iris tan apagado.

La presión de efusividad en mi pecho, desaparece cuando su postura regresa a ser la misma de un principio; apagada y tétrica. Sus ojos se trasladan por cada parte mi cara, escaneándome y ocasionando que sus rasgos se ablanden impresionantemente. Trago grueso y su mirada se posa en mi cuello, volviendo su ojeada renegrida. Atrapa su labio inferior cuando divisa mis labios y la manera en la que inconscientemente paso mi lengua sobre ellos. Me erizo de pies a cabeza. Al parecer me quiere observar por completo, ya que baja su vista hacia mi vestimenta; en una fracción de segundo me siento desnuda, expuesta ante él.

Arruga el entrecejo al desplazar su vistazo por mi cuerpo y dar con mis desnudas piernas, su mirada se oscurece más y un gruñido abandona sus cuerdas bucales. Bajo la mirada para encontrar el origen del problema, me asusto por un instante al pensar que tengo una herida ahí, pero ¿saben que es lo que me sorprende? que no hay nada, solo un short que me llega por arriba de las rodillas. ¿Qué hay de malo con mi prenda inferior?

—Maldición —murmura para sí, girando su rostro para otro ángulo que no sea el mío — ¿por qué mierda cargas eso tan corto? —pregunta con furor, colocándome detrás de él, fuera de la vista de los demás.




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