Todo se ha vuelto un desastre desde que Elliot me sujetó. Axell estaba que explotaba, se encontraba cabreado y alarmado, es más que obvio que no estaba en sus planes encontrarse con el novio de mi tía. Aun así, pudo sobrellevar la situación. Después de unos cuantos insultos, soltó a Sarah y Elliot pudo deshacer su agarre de mí.
Axell no perdió el tiempo y desprevenidamente tomó a Elliot del cuello, estampándolo contra la pared, Sarah se asustó y comenzó a chillar, pidió lo que sea para que soltáramos a su noviecito, por lo que me aproveché del momento. Lo extraño de todo es que no sentí ninguna clase de remordimiento al verla llorar. Se me hace extraño porque siempre he sido de las personas que no les gusta que lastimen a los demás. Supongo que con ella hice una excepción.
Por los momentos, yazgo sentada delante de Sarah en el mueble de una pieza mientras que ella solloza desoladamente sentada en el más espacioso. Axell tiene sujeto a Elliot de la misma forma que él me tenía a mí.
Aunque no me lo hayan dicho, descarté la idea de que el novio de Sarah sea una persona normal. Confirmé esa suposición al divisar aquel brillo color ámbar que los caracteriza. Me sorprendió y todavía me estupefacta el hecho de que Axell no se inmute ante la fuerza que Elliot ejerce contra su agarre.
—Lo que quiero es respuestas, Sarah —le respondo a la misma pregunta que salía de sus labios.
Trato de mantenerme calmada y llevar el momento con tranquilidad, basta y sobra escuchar los llantos y lamentos de ella. Sarah no se esperaba que viniese y le hiciese pagar lo que hizo. No hace falta ser muy inteligente para saber que ella tuvo que ver en esto.
—Elena lo siento. Perdóname, no debí hacerlo —dice con suplica en su voz, sollozando. Ruedo los ojos y dejo escapar un bufido.
—las disculpas están demás, ¿sabes? —Le sonrío —no te creo, tus disculpas son nulas, estabas muy decidida pidiéndome que conversara con tu amigo y más decidida estabas al verme ayer con una sonrisa.
Sarah baja la cabeza y se da cuenta que no tiene voz ni voto por los momentos.
—Bien —musita con cansancio. Es impresionante como ese susurro lo pude oír muy fuerte.
—déjala quieta hija de puta. —Gruñe Elliot con el semblante carmesí debido al furor que lo ahoga.
Un bramido de Axell llega a mis oídos y me giro para observarlo. El rostro de Elliot se descompone en una mueca de dolor. Me llego a asustar por los gemidos que salen de sus labios, no tengo ni la menor idea de que le está haciendo Axell, él solo lo está observando intensamente a la vez que sus ojos se tornan negros.
Desvío mi mirar hacia Sarah en el momento que el pavor comienza a renacer en mí. Cada vez que mi mente insiste por pensar en las anomalías que ocurren, trato de desviar el tema. Estoy tan asustada.
—no hace falta que digas eso, Elliot —mascullo, observándolo de nuevo. Una sonrisa ladeada adorna mi rostro —nunca tuve una madre, además, si piensas que eso es un insulto para mí, estás equivocado, me estás haciendo un favor al decirlo. —El ceño de Axell se frunce y me escanea con duda. Le guiño el ojo descaradamente y diviso a Sarah — ¿cierto?
—s-sí Elena.
¿Ahora quien tiene el control perra?
— ¿a qué se debe todo esto? Me refiero ¿Cómo pudiste hacerme algo así? ¿Qué te he hecho? ¿Por qué lo hiciste? ¿Querías lastimarme, vengarte? ¡Joder! —Termino exaltada. Esto de estar tranquila no está de mi lado.
—Elena y-yo...
—Te recuerdo que la vida de tu novio está en juego. —Ejerzo una seña con mi dedo índice hacia Elliot. Sarah lloriquea y me observa con el ceño fruncido.
— ¿Quién eres tú? —Pregunta extrañada — ¿Qué ha pasado contigo? Tu no eras así —me recrimina como si no me reconociera. Se lo que intenta, quiere desviar el tema hasta dejarme ver como la culpable de todo.
—no seas tan ridícula Sarah. ¿Qué esperabas? ¿Qué viniera con flores y corazones a charlar contigo hasta comprenderte? —Alzo las cejas y hago una mueca —esas preguntas deberías hacértelas tu misma. Hecho eso, si puedes hacérmelas. No seas tan hipócrita, respóndeme y listo.
—yo no te responderé nada... Dile a ese tipo que se vaya. —Señala a Axell quien afianza más el ajuste en Elliot.
—aunque no lo quieras me vas a responder y, ese tipo que tú dices, no se irá.
Un jadeo se escucha por parte de Elliot por el daño que le produce Axell.
—bien, bien. Te responderé —Suspira y espero impaciente a que continúe —Elliot se había metido en unos cuantos asuntos que lo llevó a unos cuantos problemas...
—Sarah —digo con cansancio —no tengo todo el día. Llega al punto.
—terminó metido en unos problemas con Christian y...
— ¿y qué? —interrogo con cautela.
—te usamos a ti como medio de ofrenda para que nos perdonara —explica para romper a llorar.