Es mi posesivo #1

29. Colapso

Esto no puede ser real.

Mi entorno ha desaparecido por completo, en mi campo de visión solo se encuentran esas dos personas que sonríen de oreja a oreja con aquellos dientes tan blancos como la porcelana. La presión que retengo en mi pecho, me dificulta el acceso del oxígeno y la cantidad de pensamientos que aguardo en mi mente solo logran marearme y nublarme la vista, de esto último no estoy completamente segura, capaz son las lágrimas que amenazan con desbordarse de nuevo, las que causan que las imágenes que proyectan mis ojos se vean distorsionadas.

Un gemido lastimero se escapa de mis labios por el intenso dolor de cabeza que llegó de un momento a otro. Parpadeo un par de veces causando que aquellas gotas saladas se deslicen por mis mejillas.

Me siento en una nube, en algo totalmente esponjoso que me mantiene unos segundos para que, posteriormente me deje caer y choque en seco contra el duro asfalto. Sé que ahora no estoy procesando todo de la mejor manera, no obstante, siquiera puedo pensar en cómo actuar cuando todo esto me tomó con la guardia baja. Lo menos que llegué a suponer, es que hoy, un día como cualquier otro, Aisha y el padre de Axell llegarían para darme aquella información de un solo golpe.

Esto no puede ser real. Yo no puedo ser la hija de Thomas. Yo... yo no puedo llegar a ser hermana de Axell, todo esto es mentira, es solo un vil invento de ellos para atormentarme y alejarme de él. Lo amo y jamás podría hacerlo, no quiero escuchar quien es Axell en realidad, prefiero oírlo de su parte que de otras personas. Un sollozo de mi parte resuena en toda esta manada, no puedo controlarme, simplemente reacciono como debí haber hecho hace ya mucho tiempo; estoy estallando y esta es la peor manera de hacerlo.

El gruñido gutural de Axell llega con intensidad a mis oídos, estremeciéndome. Las ramas de los gigantescos árboles se parten y caen al suelo lleno de pasto y hojas secas. La brisa se vuelve más furiosa e inicia a mecer aquellos pinos al son del viento, de igual manera, el despejado cielo se convierte en uno repleto de nubes grisáceas. Aquella escena llena de pavor a cualquier persona presente en este lugar. Inclusive, la sonrisa que Elliot tiene en sus labios vacila un poco. Todo esto lo causó Axell y esto me deja a saber el poder que él tiene, lo fuerte que es.

— ¿Por qué hacen esto? —cuestiono en un débil susurro. Quisiera abofetearme y tomarme unos minutos para reconfortarme llenándome de valentía, aun así, es imposible; no hay tiempo para ello.

—Es lo que Axell se merece —contesta Christian, cerrándole la boca a Elliot quien iba a responder primero. — ¿no lo crees? —pregunta jocoso. Me siento diminuta ante la intensidad de su grisácea mirada, siento como mi ser intenta hacer que baje la cabeza, sin embargo me esfuerzo para no hacerlo —cierto que Axell no te ha contado nada. Que ingenua eres Elena, siempre confiando en los demás con tanta facilidad.

—tu confías en él sin conocerlo bien, juzgas a los demás para estar a su lado; como siempre, defendiéndolo. Aun así, no te quedas para escuchar la versión que los demás tienen —comenta Jacob esta vez. Muerdo mi labio inferior reprimiendo otro sollozo destructivo.

'no te lo había dicho por esto. Porque las personas juzgan a los demás sin saber las razones de sus actos, por un momento estaba a punto de decírtelo; creí que eras diferente, que me escucharías antes de gritarme. Me equivoqué , eres igual a los demás'. Recuerdo una de las tantas veces que desconfié de Axell sin saber con exactitud la razón de sus acciones. No puedo hacer lo mismo esta vez, no más.

—No los escuches Elena —dice Axell, dirigiéndose a mí —tu sabes como soy y lo que soy, no necesitas que otra persona te lo explique. —Lo observo y me topo con su mirada color ámbar, más allá de todo puedo ver como esconde pavor y nerviosismo.

—Él no les ha hecho nada —les espeto a todas aquellas personas que se encuentran delante de nosotros. Christian carcajea en respuesta y niega con su rostro.

— ¿Qué no nos ha hecho nada? ¿Cómo puedes estar tú tan segura de eso? —me interroga, alzando las cejas. Hago mohín con mis labios y desvío la mirada para no seguir viendo a Christian — ¿quieres saber lo que él me hizo? ¿Lo que le hizo a cada una de estas personas? Adelante, con mucho gusto te lo diremos. Sería un placer. —Al decir lo último, observa a Axell, desafiándolo. El da un paso hacia él y lo fulmina con la mirada.

—Cállate —sisea Axell.

— ¿callarme? —Se hace el desentendido —claro que no. El mató a mi mate, Elena. Ahora dime ¿Qué cuento te dijo para cubrirlo todo? —Abro mis ojos como platos al escucharlo y luego los cierro con fuerza. No puedo creerles, todo lo que dicen es mentira ¿cierto? — ¿te dijo que se acostó con ella? claro que sí. Aun así ¿te contó el resto? —Christian me escrudiñe con su mirada, divisando cada una de mis reacciones.

—Mentira —respondo con firmeza — ¿Por qué te tengo que creer a ti? —cuestiono con recelo. Atisbo como Axell respira profundamente al escucharme.




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