–Niña Marisa tu papá te espera en el despacho,– Dice mi nana.
La miro con mi cara de desanimo. Mi nana me abraza y me dice al oído.
– No importa lo que pase mi niña, siempre podrás contar conmigo y recuerda, aunque la cosas parezcan malas de alguna manera obran para bien.
Me levanto de mi cama y me arreglo un poco antes de bajar, si algo aprendí de mi difunta madre es que, aunque te sientas de la patada siempre debes lucir fenomenal, así que acicaladita te ves más bonita.
Con mi porte de reina y mi mejor sonrisa bajo hasta el despacho de mi padre, abrumada y triste pero derrotada jamás mi madre no crio ninguna cobarde, ninguna mujer débil, ni patética, no sé con qué nueva gracia se saldrá mi abnegado padre, pero aquí estoy preparada para lo que venga.
Mi padre Azael Sugasti, es un hombre de negocios, millonario e influyente. En la sociedad New Yorquina su palabra y su recomendación tienen peso y yo pues soy su única hija. Según el concepto de mi padre las mujeres no servimos para los negocios, hemos sido hechas para ser esposas, madres y amas de casa cualquier incursión de una mujer en el ámbito de los negocios es una perdida de tiempo y dinero, palabras textuales de mi padre. Como pude y valiéndome de engaños y de la complicidad de mi tío Daniel Moreno, hermano de mi madre y abogado de mi padre pude terminar mi carrera universitaria como Licenciada en Negocios internacionales, mi padre siempre pensó que estudiaba protocolo y organización de eventos; algo mas acorde con las funciones de una esposa u ama de casa. Sin embargo, soy una mujer de armas tomar y busco la manera de lograr lo que quiero y aunque abiertamente he preferido no desafiar a mi padre he ido logrando poco a poco mis metas, aunque él ni siquiera se ha dado por enterado.
En estos momentos anda loco con su nueva novia, una chica joven con un par de años mas que yo, que obviamente solo le interesa obtener los beneficios que la posición y el dinero de mi padre puedan darle, pero muy su problema yo solo quiero poder zafarme de este yugo que me ahoga y ser libre para volar con mis propias alas.
Saludo al entrar al despacho de mi padre quien esta de pie junto a mi tío Daniel a quien en estos momentos no saludo tan efusivamente como me gustaría, hemos tratado de aparentar una relación fría frente a papá para que no descubra que él ha sido mi cómplice desde que mi mamá murió hace 5 años.
–Hola papá, buenas tardes tío Daniel– Mi nana me informo que querías verme.
–Si Marisa, responde mi padre te he llamado para informarte sobre algunas decisiones que he tomado.
Cuando mi abnegado padre inicia una conversación con esas palabras que es casi siempre, significa que he sido juzgada y condenada sin ni siquiera saberlo.
Con el último vestigio de calma que me queda, tomo asiento en una de las sillas frente a su escritorio y de la manera mas pausada posible respondo.
– Te escucho papá– respondo aparentando tranquilidad.
–Mañana te casas, no habrá una ceremonia como tal, será un acto meramente formal así que no será necesario que estes comprando vestidos, ni flores, ni nada de esas cursilerías, las condiciones del matrimonio ya las he pactado son tu futuro esposo solo tienes que presentarte y firmar, no quiero berrinches, espectáculos o escenas de ningún tipo, ahh y no me interesa que procrees no sea que solo sepas parir hembras así como tu madre.
Como un resorte me pongo de pie dispuesta a armar la tercera guerra mundial, pero la mirada tranquilizadora y cómplice que me lanzo mi tío me dejo aún más desconcertada que las palabras de mi padre.
Como pude me recompuse y solo alcance a decir:
–Me indicas el lugar y la hora donde debo ir a firmar mi contrato nupcial, padre.
Desvió la mirada de mi y respondió – Tu tío Daniel te dará todos los detalles.
Salgo del despacho como alma sin rumbo y subo hasta mi habitación, camino de un lado a otro como leona enjaulada, ¿Esto que es, seguro un sueño, no mas bien una pesadilla? Empiezo a hiperventilar, pienso que tendré una crisis nerviosa, me abrazo a mi misma e intento calmarme, vamos Marisa tu eres más fuerte que esto, ya has superado circunstancias peores, piensa con cabeza fría, tu tío no va a dejarte sola, la nana tiene razón de las cosas malas puede salir algo bueno. Mi respiración empieza a normalizarse y tomo nuevamente el control de mi cuerpo.
En ese momento mi celular suena, contesto sin fijarme de quien se trata.
–Hola preciosa-
–Hola tío Daniel contesto casi en un hilo de voz.
– Necesito que confíes e mi Marisa, esta es la oportunidad que has estado esperando, te prometo linda que todo va a cambiar para mejor, solo confía en mí, mañana debes firmar el contrato pre nupcial y tu acta de matrimonio en la notaria de la calle Stone Street, tu cita es a la 10: 00 a.m., allí te estarán esperando, luego de eso necesito que vayas hasta la oficina de mi socia la licenciada Camile Martes, ella te estará esperando para ponerte al corriente de algunas cosas sumamente importantes, esa cita es ineludible. Entendido Marisa y por último y no menos importante lee muy bien lo que firmas, eres una mujer sumamente inteligente. No lo Olvides lee muy bien.
–Está bien tío, haré tal cual como me acabas de indicar.