¿es negocio o es amor?

Capítulo 2: La propuesta de negocio

Hace, 2 semanas llegue a Nueva York . Me trajo un asunto de negocios que por nada del mundo podía dejar en manos de otro;  hay una inversión millonaria en este nuevo proyecto y no acostumbro a poner inversiones tan grandes en manos de nadie. Mi nombre es Franco Dometti, y la sede de mis negocios e inversiones están en Francia, pero una oportunidad como esta de incursionar en otros rubros no podía dejarla pasar, acabo de adquirir el 50% de las acciones de Sugasti Enterprise esto es como mi promoción a las grandes ligas. Aunque para ser sincero me intriga saber porque una empresa consolidada y con tanto futuro como esta pone en venta la mitad de su capital accionario. Pero bueno yo soy un hombre de negocios que sabe aprovechar las oportunidades y aquí estoy como dueño a partes iguales con Azael Sugasti de este emporio de las telecomunicaciones. Durante los primeros meses seguramente será necesaria mi presencia aquí y ya después veré como me organizo para no descuidar mis negocios en Francia.  

Esta mañana recibí una llamada del señor Sugasti para reunirnos en su oficina   pensé que en la negociación de las acciones habíamos tocado todos los puntos importantes, pero parece que no fue así, por  que en estos momentos me encuentro esperando que su asistente personal me permita pasar, aún la oficina que mande a preparar para mi en este edificio no esta terminada, así que toca reunirnos en la suya.  

–Buen día sr Sugasti–Saludo al entrar a su oficina.

– Adelante señor Dometti – contesta ek hombre  de manera cortes.  

–Dígame de que desea hablarme, digo de manera seria.

–  Voy al ir al grano señor Dometti, a los hombres de negocios como nosotros no nos es rentable perder el tiempo.  Tengo una propuesta de negocios para usted. Le escucho señor Sugasti. 

–No se si este enterado pero no he procreado ningún varón que se pueda encargar de mis negocios, solo tengo una hija de 25 años de edad a la que no pondré jamás al mando de mi empresa;  soy del concepto que las mujeres en los negocios son una garantía de un fracaso seguro.  

Óyelo  si mi madre lo escucha seguro le arranca la cabeza. Esbozo una sonrisa burlona que por supuesto pasa inadvertida para el señor Sugasti.  

–Y Como puedo yo ayudar a resolver esta situación? Pregunto algo intrigado.   

Se recompone en su asiento y se prepara para soltar lo que estoy absolutamente seguro.sera una bomba.  

–Quiero proponerle que se case con mi mi hija Marisa bajo las siguientes condiciones. Primero el matrimonio deberá durar mínimo un año, segundo no será necesario que me den descendencia, tercero usted será responsable de mi hija en todos los aspectos y cuarto como retribución a sus buena voluntad la administración total de  Sugasti Enterprises  pasara a sus manos, es decir actuara como dueño absoluto  podrá tomar las decisiones sin someterlas a la junta de accionistas y su compromiso conmigo solo será el depósito de los dividendos a los que de lugar mi porcebtaje de acciones.  

Creo que mis ojos estuvieron a punto de salirse de mis órbitas, porque la sonrisa que se dibujo en la cara del señor Sugasti fue de verdadera satisfacción. 

–Sin pensarlo mucho respondí: ¿Cuando es la boda?. 
 




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