Después de su encuentro con Pablo, Maximo se sentía abrumado y desesperado. Sabía que no podía seguir viviendo así, atado a un pasado que lo hacía sufrir día tras día. Decidió que era hora de cambiar su vida y comenzar de nuevo en otro lugar, lejos de Sophia y de todo lo que le recordaba a ella.
Maximo empezó a buscar trabajo en otras ciudades, y finalmente encontró una oportunidad en una empresa de abogados en otra parte del país. Sin pensarlo dos veces, renunció a su trabajo actual y comenzó a prepararse para su nueva vida.
A pesar de la emoción que sentía por su nuevo comienzo, Maximo no podía evitar sentir tristeza por dejar atrás a Sophia. Había sido la única persona que realmente lo había hecho sentir amado y querido, pero también era la razón de su dolor. Sabía que alejarse de ella era lo mejor para su salud mental y emocional, pero no podía evitar sentir un gran vacío en su corazón.
En los días previos a su partida, Maximo se dedicó a vender sus pertenencias y despedirse de sus amigos y familiares. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a seguir adelante y dejar atrás su pasado doloroso.
Finalmente, llegó el día de su partida. Maximo subió al avión con la esperanza de una nueva vida y la determinación de dejar atrás sus relaciones fallidas. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba dispuesto a enfrentarlo y seguir adelante con la cabeza en alto.
Maximo llegó temprano a su nuevo trabajo en el bufete de abogados, listo para comenzar una nueva etapa en su vida. Se presentó al jefe del departamento y a sus compañeros, quienes lo recibieron con cortesía, pero cierta distancia.
Maximo se sintió un poco intimidado por el ambiente serio y formal, pero decidió mantener una actitud positiva y proactiva. Comenzó a trabajar en su primera tarea, investigando para un caso de litigio de propiedad.
Se sumergió en el trabajo y pronto se dio cuenta de que estaba disfrutando del desafío intelectual. Aunque no era exactamente lo que había soñado hacer en la vida, se dio cuenta de que era una oportunidad para aprender y crecer profesionalmente.
Después de un tiempo, se tomó un descanso y se dirigió a la cocina compartida para tomar un café. Allí encontró a sus compañeros de trabajo reunidos, discutiendo sobre sus casos y debatiendo diferentes enfoques legales.
Maximo se acercó a ellos y comenzó a participar en la conversación, ofreciendo sus propias ideas y opiniones. Se dio cuenta de que estos abogados eran personas inteligentes y apasionadas por su trabajo, y empezó a sentirse más cómodo en su nuevo entorno.
La conversación se desvió hacia temas más personales, como la vida fuera del trabajo, y Maximo se sorprendió al encontrar que tenía más en común con sus compañeros de lo que había pensado. Compartieron historias sobre relaciones, hobbies e intereses mutuos, y Maximo comenzó a sentirse como si estuviera formando parte de un equipo.
Mientras se retiraba a su escritorio para continuar trabajando, Maximo se dio cuenta de que estaba empezando a dejar atrás su pasado y mirando hacia un futuro más brillante. Aunque extrañaba a Sophia y los buenos momentos que habían compartido juntos, se dio cuenta de que estaba rodeado de personas amables y talentosas, y que tenía la oportunidad de crecer en su carrera y en su vida personal.
Se sintió más optimista y seguro de sí mismo de lo que había estado en mucho tiempo, y sabía que estaba en el camino correcto para construir una nueva vida para sí mismo.
Máximo estaba concentrado en su trabajo, intentando despejar su mente y enfocarse en su nueva vida lejos de todo lo que le recordaba a Sofía. Pero entonces, un aroma delicioso captó su atención. Se detuvo un momento, cerró los ojos e inhaló profundamente tratando de identificar de dónde venía ese perfume.
Al abrir los ojos, vio que la puerta estaba entreabierta y, sin pensarlo dos veces, se asomó para ver quién había llegado. Lo que vio lo dejó sin palabras. Era una mujer elegante y sofisticada, vestida con un traje impecable y un par de zapatos de tacón alto. Su cabello oscuro estaba recogido en un moño perfecto y unos labios rojos y carnosos se curvaron en una sonrisa al verlo.
Máximo se sintió atraído por esa mujer desde el primer momento en que la vio, pero trató de mantener la distancia. No quería involucrarse en ninguna relación que pudiera distraerlo de su nueva vida. Pero la mujer, que resultó ser una compañera abogada en la misma firma, no parecía entender la indirecta.
Comenzó a interactuar con ella en la oficina, compartiendo opiniones y discutiendo casos. Se dio cuenta de que ella era muy inteligente y astuta, y que compartían una pasión por la ley y la justicia.
Maximo no podía evitar sentirse atraído por Natalia, la abogada con la que debía trabajar en el caso. Era una mujer inteligente y talentosa, con una sonrisa encantadora y una presencia magnética que lo hacía sentir un poco nervioso.
Por su parte, Natalia parecía haberse dado cuenta de la impresión que estaba causando en Maximo, pero no parecía importarle mucho. Trabajaban juntos en el caso, discutían estrategias y compartían ideas, pero Maximo se mantenía firme en su postura de no dejar que sus sentimientos por ella florecieran.
—"Natalia, ¿qué opinas de la idea de presentar una moción de desestimación en el caso?"— preguntó Maximo, tratando de cambiar de tema y centrarse en el trabajo.
—"Creo que es una opción interesante - respondió Natalia con una sonrisa." — Pero antes deberíamos revisar todas las pruebas y asegurarnos de que estamos haciendo lo correcto.
Maximo se sorprendió por lo coherente y profesional que era su compañera de trabajo. Era una abogada brillante, sin duda alguna.
—"Tienes razón." — dijo Maximo, asintiendo. —"Si presentamos la moción, debemos estar seguros de que es la decisión correcta."—
Durante el resto del día, Maximo y Natalia trabajaron juntos en el caso, y Maximo se dio cuenta de que disfrutaba de la compañía de su nueva compañera de trabajo. Sin embargo, seguía siendo reacio a permitirse sentir algo por ella. A fin de cuentas, estaba decidido a alejarse de todo lo que le recordara a Sophia.