Es Prohibido Amarte

Capitulo #8 Maximo y Natalia

Maximo estaba parado frente a la puerta de la oficina, recordando el pasado y reflexionando sobre su situación actual. En su cabeza, se repetían las mismas preguntas una y otra vez:

—"¿debería permitirse volver a amar? ¿Podría superar su amor por Sophia y estar con otra persona?"—

Por un lado, sentía que no podía seguir adelante con su vida mientras seguía aferrado a su pasado. Sabía que Sophia no volvería, pero también sabía que seguiría amándola para siempre. Por otro lado, se daba cuenta de que había llegado el momento de permitirse encontrar un nuevo amor y seguir adelante.

Mientras se debatía internamente, decidió que no tenía nada que perder al intentarlo. Tomó una profunda respiración y abrió la puerta de la oficina, decidido

Maximo respiró hondo antes de hacer la pregunta, sintiendo un poco de nerviosismo en su estómago.

—"¿Te gustaría tomar una copa conmigo después del trabajo?"— preguntó, mirando fijamente a Natalia.

Ella se sorprendió un poco, pero luego sonrió y asintió con entusiasmo.

—"¡Claro! Me encantaría."— dijo, levantándose de su asiento. —"¿A qué lugar tienes en mente?"—

Maximo se rascó la nuca, pensando rápidamente. —"Conozco un pequeño bar en el centro de la ciudad. Es un lugar tranquilo y agradable para relajarse después de un día de trabajo. ¿Te parece bien?"—

Natalia sonrió de nuevo y asintió con la cabeza.

—"Suena perfecto."— dijo, y ambos comenzaron a recoger sus cosas para irse.

Ya en el bar, Maximo y Natalia estaban sentados en un rincón tranquilo, rodeados por una suave música de jazz. Maximo estaba disfrutando de la conversación y la risa que compartían, y no podía evitar notar lo hermosa que se veía Natalia con la luz tenue del lugar que iluminaba su rostro.

Mientras tanto, la música del bar seguía sonando de fondo, creando un ambiente relajado y agradable. Maximo decidió que quería bailar con ella, así que le ofreció su mano.

—"¿Te gustaría bailar?"— le preguntó, extendiendo su mano hacia ella.

Natalia sonrió y aceptó su oferta, colocando su mano en la de Maximo. Se pusieron de pie y comenzaron a bailar lentamente, moviéndose al ritmo de la música.

Maximo estaba sorprendido por lo bien que se sentía estar con ella. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que se había sentido tan cómodo con alguien. Mientras seguían bailando, se dio cuenta de que realmente quería conocerla mejor.

Maximo y Natalia vuelven a la mesa a unos pasos del bar, pidieron unas copas. entre platicas y risa, Maximo lebanta la copa y con animo pronuncio;

 —"Brindemos por el éxito en el caso."—

Acto seguido chocaron las copas y se sumerguieron en risas y un par de tragos, Maximo decidió que era hora de conocer mejor a su compañera de trabajo.

—"¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?" — preguntó Maximo, tratando de entablar una conversación más personal.

—"A mí me encanta viajar"— respondió Natalia con una sonrisa. —"Cada vez que tengo oportunidad me escapo a algún lugar nuevo."—

—"Interesante." — dijo Maximo, asintiendo con la cabeza. —"¿Y cuál ha sido tu lugar favorito hasta ahora?"—

—"Definitivamente Japón." — dijo Natalia con entusiasmo. —"Me encantó la cultura y la comida. Además, los paisajes son espectaculares." —

Mientras hablaban, la música del bar empezó a sonar más fuerte y las luces se atenuaron. Maximo notó que Natalia se veía aún más hermosa en la penumbra, con sus ojos brillando y su sonrisa iluminando su rostro. Se permitió mirarla por un momento antes de continuar con la conversación.

—"¿Y tú, Maximo? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?" — preguntó Natalia, devolviéndole la pregunta.

—"Bueno, a mí me gusta mucho el deporte." — dijo Maximo, tratando de no sonar demasiado entusiasta. "Suelo ir al gimnasio después del trabajo o salir a correr por el parque." —

Natalia asintió, mostrando interés. —"¿Te gusta algún deporte en especial?" —

— "Me gusta mucho el baloncesto." — confesó Maximo. —"De hecho, al llegar a la ciudad y contraternizar con los companeros, descubri un equipo, y ahora juego en un equipo amateur los fines de semana." —

Respuesta que le resulto interesante a Natalia. La conversación continuó durante un rato más, y Maximo sintió que estaba conociendo a Natalia de una forma diferente. Era agradable poder hablar de otras cosas que no fueran solo el trabajo, y se dio cuenta de que estaba disfrutando mucho de su compañía.

Maximo tomó otro sorbo de su bebida y preguntó:

—"¿Cuál es tu mayor pasión, Natalia?"—

Natalia sonrió y dijo:

—"Definitivamente mi trabajo en el bufete. Me encanta la emoción de estar en la corte y la satisfacción de ayudar a las personas a resolver sus problemas legales." —

Maximo asintió con admiración.

—"Eso es genial. ¿Qué te llevó a estudiar derecho?" —

—"Mi padre era abogado y me enseñó todo lo que sé." — respondió Natalia. —"Siempre me fascinó la idea de ayudar a las personas y de hacer una diferencia en sus vidas. El derecho es una forma en que puedo hacer eso." —

Mientras hablaban, Maximo notó que Natalia parecía más relajada y abierta. A medida que continuaban charlando, comenzó a sentir una conexión más fuerte con ella. De repente se sintió atraído por ella de una manera que no esperaba.

Pero se recordó a sí mismo que no estaba buscando una relación en este momento de su vida. Trató de reprimir sus sentimientos y continuar con la conversación como si nada hubiera pasado.

—"¿Y tú, Maximo?"— preguntó Natalia. —"¿Cuál es tu mayor pasión?" —

Maximo se sorprendió por la pregunta y tomó un momento para pensar.

—"Me encanta la estrategia y la resolución de problemas." — dijo finalmente. —"Me gusta pensar en formas creativas de abordar situaciones difíciles y llegar a soluciones efectivas." —

Natalia asintió en comprensión.




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