Maximo estaba en una encrucijada emocional. Por un lado, estaba agradecido de tener a Natalia a su lado, una mujer hermosa y amorosa que lo había apoyado en todo momento. Pero por otro lado, Sophia seguía ocupando un lugar especial en su corazón, y no podía evitar sentir una atracción irresistible hacia ella. Cada vez que pensaba en Sophia, su corazón se aceleraba y sentía una oleada de emociones que lo confundían.
Intentó mantenerse enfocado en su relación con Natalia y hacerla sentir amada, pero a veces se encontraba divagando en sus pensamientos, recordando los momentos que había compartido con Sophia. No sabía qué hacer, sentía que estaba siendo injusto con Natalia al tener estos sentimientos por otra persona, pero no podía evitar lo que sentía. Trató de mantener sus sentimientos bajo control y seguir adelante con su vida, pero en el fondo sabía que había una parte de él que siempre estaría anhelando estar con Sophia.
Por un lado, sentía la necesidad de seguir adelante y darle una oportunidad a su relación con Natalia, quien estaba allí con él en Dubai. Pero por otro lado, no podía evitar pensar en Sophia y en lo que pudo haber sido si las cosas hubieran sido diferentes. Maximo se sentía confundido y dividido entre su corazón y su mente, preguntándose si alguna vez podría encontrar la paz en su corazón. Maximo sabía que tenía que tomar una decisión, pero no estaba seguro de si estaba preparado para hacerlo.
Maximo se sentía dividido entre lo que sentía por Natalia y lo que sentía por Sophia. Sabía que Natalia era una buena mujer y que lo amaba profundamente, pero no podía ignorar la sensación de que algo le faltaba. A veces se preguntaba si sería justo continuar con Natalia cuando sus sentimientos por Sophia seguían presentes en su corazón. Pero también sabía que no podía seguir esperando a alguien que probablemente nunca volvería. La situación lo hacía sentirse perdido y confundido, y no sabía cómo salir de esa encrucijada.
Sin embargo, mientras más tiempo pasaba, más difícil le resultaba a Maximo mantener esa fachada. Se sentía atrapado en una mentira y se daba cuenta de que no podía forzar sus sentimientos hacia Natalia. Se sentía culpable por no poder corresponder a su amor y se preguntaba si era justo para ella continuar con esta farsa.
La confusión y la culpa se apoderaron de Maximo, y comenzó a distanciarse cada vez más de Natalia. Se sentía atrapado en una situación sin salida y no sabía cómo enfrentarla sin herir a la persona que amaba.
Maximo comenzó a sentirse cada vez más frustrado y confundido. No sabía cómo expresar sus sentimientos sin herir a nadie, y esto lo hacía sentir aún más atrapado. A menudo se preguntaba si había tomado la decisión correcta al dejar que Sophia se fuera sin luchar por ella, pero al mismo tiempo, no quería perder a Natalia, quien lo amaba con todo su corazón. Cada día se volvía más difícil mantener sus emociones bajo control, y temía que su indecisión pudiera lastimar a ambas mujeres.
A medida que los días pasaban, Maximo se dio cuenta de que tenía que tomar una decisión. No podía seguir fingiendo que todo estaba bien cuando sabía que no lo estaba. Sabía que tenía que enfrentar la verdad y aceptar sus sentimientos, aunque eso significara lastimar a Natalia.
Y así, Maximo tomó la decisión de ser sincero consigo mismo y con Natalia. Sabía que tenía que dejarla ir, a pesar de que eso significara enfrentar las consecuencias y el dolor que ello conllevaba.
Pero también sabía que tenía que encontrar a Sophia, a pesar de las dificultades que ello suponía. Sabía que ella era su verdadero amor, y que no podía permitirse perderla de nuevo. Maximo estaba decidido a buscarla y luchar por su amor, aunque eso significara enfrentar las adversidades que se presentaran en el camino.
Los días pasaron y Maximo seguía esperando la llamada de Sophia. Cada vez que su teléfono sonaba, su corazón latía con fuerza, esperando que fuera ella, pero la llamada nunca llegó. La angustia lo estaba consumiendo y la mentira que vivía con Natalia le pesaba cada vez más.
Intentó seguir adelante con su vida, manteniendo el silencio con Natalia y tratando de olvidar a Sophia, pero era imposible. El amor que sentía por ella era demasiado fuerte como para ignorarlo.
Con el tiempo, el amor con Natalia se volvió más carnal que emocional. Maximo seguía sintiendo una gran atracción por ella, pero no era lo mismo que sentía por Sophia. La mentira que estaba viviendo lo estaba destrozando y no podía soportarlo por más tiempo.
Cada noche, cuando se acostaba a dormir, cerraba los ojos y pensaba en Sophia. Se imaginaba cómo sería su vida si estuvieran juntos, cómo sería despertar a su lado cada mañana y compartir su vida con ella. Pero sabía que eso era imposible, que ella estaba lejos y que él estaba atrapado en una mentira con Natalia.
Intentó olvidarla, pero era imposible. Cada vez que veía una foto de ella en su teléfono o en las redes sociales, su corazón latía con fuerza y sentía una punzada de dolor en el pecho.
Maximo sabía que tenía que tomar una decisión. No podía seguir viviendo en una mentira y lastimando a Natalia en el proceso. Sabía que su amor por ella no era suficiente y que tenía que enfrentar la realidad.
Pero la realidad era dura y cruel. Sabía que si dejaba a Natalia, tendría que enfrentarse a la ira de su hermano y que nunca volvería a tener una oportunidad con Sophia. Pero si seguía viviendo en una mentira, seguiría lastimando a Natalia y nunca sería feliz.
La decisión era difícil, pero sabía que tenía que tomarla. Debía elegir entre su felicidad o la de los demás.
Maximo se sentía nervioso mientras se preparaba para tener esa conversación con Natalia. Sabía que tenía que ser honesto con ella, pero temía herirla. Se sentaron juntos en el sofá, y Maximo tomó una profunda inspiración antes de comenzar a hablar.
—"Natalia, necesito hablar contigo sobre algo muy importante." — dijo Maximo con seriedad.