Sólo con pensar posibilidades de esperanza se me paran los latidos del corazón.
Creo que hay 1 en 1.000.000.
¿quieren saber mis posibilidades esperanzadoras? El secreto es inevitable.
Imaginar que lo cruzo por casualidad y lo llamo por su nombre, sentir que dará media vuelta para poder abrazarlo...
Imaginar esperanzas es como imaginar que algún día tratará de hablarme como antes.
Al fin y a cabo, mis posibilidades esperanzadoras son 2 en 1.000.000.