Es una apuesta 2

Una situación que todavía no ha sido explicada

Guardo silencio durante los largos segundos que paso sacando teorías en mi mente mientras observo a Alex con detenimiento, intentando descifrar su expresión.
Sin embargo, es una de mis conjeturas la que no consigue abandonar mi cabeza.
¿Por qué pensé que todo sería tan fácil? Había pasado un año, ¿qué esperaba? ¿Que él simplemente había puesto su vida en pausa para continuar hasta que yo decidiera regresar? Qué estupidez, por supuesto que no.

Sé perfectamente a qué va esto, ni siquiera tengo dudas, pero honestamente me aterra preguntar. Principalmente porque jamás tendré la oportunidad de saber lo que hubiera sido.
De nuevo resulté ser yo quien se sintió el centro del universo, pues ni siquiera cruzó por mi cabeza que él en realidad sería capaz de olvidarme y seguir adelante.

«Qué cruel puede ser nuestro egocentrismo»

Cuando me atrapo teniendo estos pensamientos no puedo evitar sentirme verdaderamente mal. ¿Por qué no estoy feliz de que él haya superado sus sentimientos por mí y conseguido a alguien más? Seguramente porque, aunque cueste admitirlo, en el fondo nos gusta saber que existe alguien para quien valemos la pena, incluso si nosotros no sentimos lo mismo por ellos.
Simplemente nos da tranquilidad tenerlos ahí.

Por Dios, ¿cómo podemos tener pensamientos tan inhumanos que, lamentablemente, son todo lo contrario? Simplemente demasiado humanos.

—Entonces... —suelta Alex en medio de mi lucha interna.

«No puedes parecer decepcionada cuando te lo diga, simplemente sonríe sin parecer una loca narcisista»

—Te escucho —respondo para hacerle saber que tiene mi completa atención. Sin embargo, todavía me aferro a la imposible idea de que no está a punto de confesarme que ha conocido a alguien y ya no puede simplemente pasar el verano conmigo como si nada.

Los rayos del sol caen directamente sobre sus ojos verdes, por lo que comienza a entrecerrarlos. No obstante, no consigo descifrar si esto se debe a que también le cuesta trabajo hablar.

—Cuando organizamos todo esto no fui completamente sincero —confiesa consiguiendo que cualquier esperanza se hunda dentro de mi pecho. No obstante, me obligo a mantener la expresión de mi rostro intacta.

—¿A qué te refieres? —pregunto fingiendo que no sé de qué me habla. Sin embargo, comienzo a prepararme para demostrar una genuina alegría. Posiblemente ni siquiera tenga que fingir.

—Al principio creí que solamente vendrías por unos días —explica y yo comienzo a regañarme a mí misma por no haber sido clara desde el principio cuando le dije que vendría a disculparme con él y listo—. Luego dijiste que sería por todo el verano...

—Lo siento, Alex. —Dejo caer los brazos a mis costados y sacudo mi cabeza por haber sido tan tonta. No quiero causarle más problemas y entiendo que eso es justo lo que estoy haciendo. Por supuesto que lo he puesto en un gran dilema, ¿cómo le explicará a esa nueva persona especial que pasará el verano conmigo? Simplemente no lo hará porque seré yo a la que rechace, y lo entiendo perfectamente.

—Lo que sucede es que ya no sé cómo podría funcionar esto de vernos tan seguido —suspira mirando hacia otro lado—. Por tantas semanas.

Sé que esto también es difícil para él, lo entiendo más que nadie y en verdad es mi turno de apoyarlo.

—Alex, lo entiendo —confirmo con una media sonrisa pero los ojos más tristes de lo que me gustaría—. No tienes que hacerlo, nunca te lo pediría.

Por alguna razón, mis palabras provocan que su mirada se desvíe y sus cejas se arruguen. Entonces lleva la mano a su frente para evitar que el sol lo deslumbre.

—¿Qué entiendes? —pregunta fijando la vista de nuevo en mis ojos y sonriendo un poco.

—Esto —explico moviendo mis manos—. La situación, no tienes que decirlo, lo entiendo.

—¿Cómo conoces una situación que todavía no ha sido explicada?

—Porque algunas cosas no necesitan ser explicadas —confirmo para evitarle el mal rato, con un tono de voz tan sereno que planeo tranquilizarlo con él—. Instinto, supongo.

Sin embargo, Alex tan solo mira al suelo por un rato con el ceño fruncido hasta que por fin me mira.

«Aquí viene»

—Estoy bastante seguro de que no tienes manera de haber adivinado lo que te voy a decir.

«Bien, se está resistiendo, y esta vez me toca a mí hacerle saber que todo está bien»




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.