Es una apuesta

Una historia de amor

—Bruno y Daleck. Pueden llegar a ser algo insistentes —susurra Alex a mi oído antes de sentarnos de nuevo, informándome acerca de los nombres de sus amigos recién llegados y su breve biografía—. Nos conocimos en una fiesta, ¿te parece? —pregunta volteándome a ver y tardo en entender que se refiere a nosotros. Nuestra historia falsa—. Te pedí tu número y ya. No tenemos que entrar en detalles.

«Vamos Alex, ¿no podías pensar en algo más elaborado?»

Creo que no se le da para nada bien esto del romanticismo. Yo asiento y le ruedo los ojos. Cuando regresamos a la sala principal, veo casi todos los asientos ocupados. Varios de los chicos están platicando, pero Daleck nos observa expectante desde uno de los sillones.

—Venga, que no tenemos toda la noche —exclama en nuestra dirección, poniéndose cómodo en su lugar y señalando con la mano el sillón de junto.

«Un sillón con un solo lugar, para ser exactos»

Como es el único disponible, automáticamente pienso en ir por una silla del comedor, pero Alex me toma de la mano con decisión y me guía al sillón individual. Acto seguido, toma asiento con las piernas abiertas y se relaja mirándome fijamente con una sonrisa. Por un momento me quedo petrificada.

«¿Está insinuando que cabemos los dos ahí?»

Entiendo que sería ridículo ir por una silla, dado que somos "novios". Por eso, lo que hago es darle la espalda y sentarme sobre el duro descansabrazos del sillón.

Alex me mira sonriendo desde abajo con el brazo abierto.

—Ven aquí. —Roza con su mano mi espalda, rodeándome para que me acerque a él.

«No me voy a sentar sobre Alexander Kieran»

Me froto el brazo con nerviosismo y entonces recuerdo la promesa que le hice de seguir con el juego toda la noche. Y la promesa que me hice a mí misma de ganarle, demostrando que puedo con eso y más.

«Me voy a sentar sobre Alexander Kieran»

Tomo aire y me bajo del descansabrazos para fundirme entre ambas esquinas y el lugar donde él está sentado. Logro encajarme entre él y el pequeño espacio que queda libre del sillón, pero me veo obligada a pasar las piernas por encima de su regazo. No sé exactamente qué hacer con mi torso, por eso simplemente lo recargo sobre el suyo en un intento por recobrar la valentía y decisión de hace rato. En eso, apoyo también mi cabeza sobre el brazo que me rodea.

Puedo sentir su respiración constante y el calor que emana su piel. Además, como dejé el suéter en un perchero y él trae una camiseta de manga corta, siento su brazo tibio sobre mis hombros desnudos.

—Son hermosos. —Érika se encoge desde su asiento y sonríe con ternura—. Ya cuéntennos de una vez cómo pasó todo esto.

—Sí, amigo —interrumpe Daleck—. Nunca nos dijiste dónde surgió la magia —comenta guiñando el ojo y de pronto siento los músculos de Alex tensarse debajo de mí.

Como si estuviera preparando su modo de respuesta automática, se acomoda un poco sin moverme demasiado y empieza a hablar.

—Bueno, ya sabes... —Siento sus cuerdas vocales vibrar a través de su pecho.

—En el doctor —me apresuro a decir lo primero que me viene a la mente, con una pícara sonrisa saliendo de mis labios.

Lo lamento, en verdad. Pero de pronto me atrapa la necesidad de poner a prueba su capacidad para crear la mejor historia de amor que exista.

En verdad dudo que lo logre, y quizá lo acabo de meter en un gran problema. Sin embargo, además de que es sumamente divertido, es la única manera de sacarlo de su zona de confort. No quiero ser la chica que conoció en una fiesta.

De inmediato escucho un sonido de confusión salir de su garganta y atravesar mis oídos.

«Lo ayudaré un poco»

—¿Por qué no les cuentas? Anda —lo animo, pero me veo obligada a seguir hablando—. Es una hermosa historia —confirmo para no dejarlo salir con una tontería de "la vi y me dio su número".

Traga saliva.

«Lo ayudaré un poco más»

Yo tenía ese día una cita con la oftalmóloga —digo sin saber muy bien a dónde quiero llegar, y en verdad espero descubrirlo pronto—. Era un consultorio compartido, por lo que en la sala de espera nos encontrábamos los pacientes de al menos otros tres doctores —digo utilizando mis propias experiencias para crear la historia.



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En el texto hay: apuesta, amor, chicomalo

Editado: 29.07.2019

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