El aire escapó fugaz de los pulmones de SeokJin, su rostro palideció al instante y su boca se secó, indispuesta a formular siquiera una palabra.
ー ¿Q-qué. . .?
Incredulidad, desespero, ambos se instalaron en su interior, sentía que poco a poco todo se iba directamente al mismísimo infierno, no imaginaba cómo se sentiría el pelinegro ante el accionar inesperado de Yoongi porque, según él sabía, Park Jimin era el play Boy de la empresa y el haberlo comprometido en una situación como esta le hacía sentirse mal consigo mismo.
Un suspiro pesado escapa de los labios del palido, intentando así de ordenar sus emociones que en ese momento se encontraban mezcladas en el aire.
ー Yo. . .no comprendo, no sé qué sucedió, solo sentí que no era ella, sentí que era esa persona, sentí que...
Sus ojos brillaban, se sentía confundido, tanto como la noche anterior cuando besó a "esa chica" sin imaginar que realmente era el chico de labios abultados y, elevando su cabeza en dirección, a SeokJin continúa totalmente vulnerable.
ー Sentí que se me iba el alma tan solo con ese beso.
SeokJin niega lentamente para luego acercarse con lentitud a Yoongi sintiendo aún una leve fatiga y un resentimiento en su interior. Rasca su nuca con nerviosismo e indecisión.
ー Creo que está siendo injusto con usted y esa chica. No debería jugar con sus sentimientos y los de ella. Por favor, ¡deténgase!, con estos juegos solo logrará que alguien salga lastimado. Debe decidir antes de que sea demasiado tarde...
______
Eran las 11:00 de la noche y la residencia Min se encontraba sumida en un silencio atronador, no se escuchaba más que el sonido del cristal al tocar la superficie de madera.
En el minibar, con la única compañía del licor y su copa, se encontraba Yoongi.
Había perdido la cuenta de cuántas copas había ingerido de la bebida, tampoco era de su interés saberlo ya que en sus pensamientos hace unas horas se repetían las palabras de SeokJin una y otra vez.
Debería ser directo y decirle la verdad de una vez en lugar de ocultarse detrás de esta mentira.
¿Cree realmente que es buena idea casarse con esa chica aún cuando no la ama?
No debería jugar con sus sentimientos y los de ella.
Por favor, ¡deténgase!, con estos juegos solo logrará que alguien salga lastimado.
Debe decidir antes de que sea demasiado tarde...
Por enésima vez se encontraba perdido y desolado, aún con litros de alcohol en su organismo no obtenía el coraje suficiente.
Su única solución no es quedar en silencio, ¡puede declararle sus sentimientos!
En sus pensamientos se repite una y otra vez la misma frase. Sin embargo, se negaba rotundamente a declararle sus sentimientos. Otro trago del fuerte licor recorre su garganta dejando en ella un rastro de fuego, su garganta ardía a cada trago pero nada se comparaba con el roto sentimiento que albergaba en su pecho.
¡Puede declararle sus sentimientos!
La frase hace eco en su mente y el sentirse incapaz de hacerlo tan solo lo envolvía en una furia suprema.
ー No puedo.
De sus labios escapan susurros envueltos en nostalgia, su mirada manteniéndose vacía.
ー ¡¡Demonios, no puedo!!
Su copa se hace añicos contra la pared dejando salir aquella furia que tan solo lo asfixiaba.
Y ese tan solo había sido el inicio. . .
_______
Su habitación se sentía vacía. Jimin sentía de alguna manera que algo le faltaba o mejor dicho, algo se le iba.
Hoy había sido su tercer día en la residencia y su estancia en ese lugar se acortaba a pasos agigantados. No quería aceptarlo, pero, en apenas cuatro días ya se encontraría nuevamente sumergido en su vieja rutina:
Despertar.
Dirigirse al trabajo.
Observar al Señor Min.
Seguir, acosar y stalkear al Señor Min sin que este lo notase.
Regresar a su casa.
Y dormir para el día siguiente iniciar nuevamente su rutina.
¿Le molestaba?
En absoluto, solo que le resultaba más reconfortante el poder compartir la casa con el pálido y en el mejor de los casos que este lo besara.
Definitivamente la segunda opción le resultaba más atractiva y jugosa, sin embargo, tenía los días contados y tal vez cuando el momento llegase no tuviese siquiera su primera opción.
Después de largos y negativos pensamientos los cuales lo envolvieron en melancolía, su atención fue captada por el sonido del cristal rompiéndose en una secuencia tan tétrica como uniforme.
Era como si toda la vajilla estuviese siendo estrellada de un golpe a una velocidad calculada.
No entendía qué sucedía, pero, sin contar con apenas tiempo de pensar ya se encontraba descendiendo por las escaleras. Debía saber qué sucedía por lo que buscaba con desesperación el lugar del que provenía el constante sonido.
Revisaba todas las estancias, una por una fue abriendo cada puerta hasta encontrar la fuente de tanto alboroto.
Rodeado de vasos, copas y botellas de licor hechos trizas se encontraba él, Min Yoongi, el culpable de todo su resentimiento y tristeza. Su cabello y ropa se encontraban hechos un desastre, el olor intenso del licor mezclándose con su propio aroma logrando así una esencia embriagadora.
Todo Jimin era confusión., tanto que no tomó en cuenta que había olvidado un pequeño detalle. Solo hasta que escuchó la voz rasposa de su mayor debido el efecto de la bebida con unas pinceladas de vulnerabilidad sintió horror ante su gran error.
La imagen era deprimente a los ojos de Jimin, sin embargo, lo que Yoongi le había dicho puso sus pelos de punta.
ー Jimin...
Yoongi murmuraba suavemente, sus ojos brillosos, mientras bajaba la botella que había tomado anteriormente con la intención de lanzarla contra el suelo.
ー ¿Ha venido a ayudarme?
El pelinegro se encontraba paralizado, ni un mínimo músculo de su cuerpo se movía, sentía que lo que había fingido durante tres días se iba dejando solo mentiras en el aire.