Su cuerpo se removía de un lado a otro sobre la cama, su ceño fruncido y sus labios abultados demostraban su inconformidad con el tener que abrir sus ojos. De forma perezosa se sienta en el centro de la cama tallando sus ojos con pesadez, sintiendo el dolor martillando en su cabeza.
Su vista nublada se pasea con pereza a través de la habitación, no recordaba su llegada la noche anterior a su casa, o peor aún, haber entrado a su habitación.
Sus ojos detienen su recorrido al divisar su escritorio, sobre él reposaban sus documentos sagrados. Sin embargo, esta vez, un gran desorden mantenía esparcidos cada uno de los archivos irregularmente por toda la superficie, incluyendo una carpeta que reposaba en el suelo.
Su respiración se detuvo y su torrente sanguíneo de imprevisto se heló, posibilidades, pros y contras figuraban en su cabeza cuando impulsó su cuerpo al frente hasta abandonar las calentitas sábanas y caminar en dirección al escritorio. Tomó en sus manos cada una de las carpetas, cada papel colocándolos en la posición correcta entre sus manos cuando una nota cayó al suelo.
Tomó entre sus dedos el fino papel color amarillo pálido y con manos temblorosas buscó el contenido escrito que, con letra fina y estilizada, adornaba la cara interna del papel.
Sus ojos se movían con fiereza y desespero sobre la plana superficie, su rostro reflejaba puro exceptismo y sus labios tomaron un tono pálido. Miles de expresiones adornaron el lienzo de su rostro hasta que rendidas sus manos cayeron a cada lado de su cuerpo apretando entre sus dedos la carta.
De sus ojos emanaron gotas cristalinas, sus labios pálidos temblaban de impotencia y su cuerpo atravesaba una fuerte fatiga, se sentía débil, confundido y, sobre todo, tonto y patético. Sus manos revolvieron su cabello de forma desesperada, sus puños permanecían apretados fuertemente y la nota ahora reposaba en el suelo.
Dejando atrás su furia hacia sí mismo, su debilidad, con pasos seguros sus pies se dirigieron hacia el baño donde excasos minutos después salió aseado. Con prisa tomó sus llaves, su celular y billetera para luego correr en dirección al garage.
Buenos días Yoongi Hyung:
Tal vez mi saludo no ha sido el correcto, ¿debería aún llamarlo Yoongi Hyung o tal vez Señor Min? Mejor digame usted. Sepa que he ocultado varias cosas a lo largo de esta semana a su lado y tal vez se sorprenda al saber de que mucho de lo que no ha tenido el valor de hacer frente a mí lo ha hecho inconscientemente.
La noche de ayer he ingresado a su habitación sin su consentimiento, espero no le haya molestado y si así fuese le pediría que no lo hiciera dado que a partir de hoy no estaré más en su vida. . .
Con sus manos presionando fuertemente el volante pisó el acelerador hasta el fondo provocando un chirrido estrepitoso.
¿Por dónde debería iniciar? Tal vez debería decirle cuán ofendido me siento al encontrar mi vida expuesta en los metros cuadrados de su habitación. Quizás sea preferible informarle cuánto me me molesta su cobardía, aunque ya no sirve de nada que se arrepienta de su silencio, de una forma u otra ya lo sé todo. Pero no se preocupe, no ha tenido solo usted el privilegio del secreto, yo también le he ocultado mis propios secretos, también yo lo he engañado aunque de una manera u otra no tuve la oportunidad de elegir como en su momento pudo hacer usted. . .
El semáforo quedó en rojo, sus manos golpearon fuertemente el volante y su cabeza terminó reposando de forma brusca sobre el mismo. La desesperación en su interior se mezclaba con la impotencia desarrollando una sádica danza en sus entrañas.
Puede que se encuentre confundido y lo comprendo, pero no se preocupe, a partir de estos momentos todo se volverá más claro para usted. Quiero que sepa que buscando a una persona similar simplemente ha encontrado la misma, esa chica que ha encontrado en Internet realmente no existe, todo es producto de un experimento, Park Hyemin realmente nunca existió más que para usted. Me agrada a la vez que halaga que desde el inicio siempre aunque, usted no lo supiese me ha eligedo a mí, solo me ha molestado en demasía su tonta cobardía.
Con respecto a los chicos , espero no descargue su furia contra ellos, toda la culpa ha sido mía, yo fui quien tuvo esa descabellada idea, por tanto le ruego que por favor no les despida dado que ellos solo han ocultado la mentira que he creado para salvar el empleo de todos. . .
El semáforo vuelve a cambiar a verde y el motor ruge furioso una vez emprende nuevamente su camino, esperaba con todas sus fuerzas llegar a tiempo.
Por cierto la información que ha pedido a Taemin nunca estará lista debido a que no existe, espero comprenda.
Como podrá comprender, luego de los descubrimientos de ambas partes no creo posible que pueda continuar trabajando en su empresa por lo que he decidido presentar mi renuncia, el sobre se encuentra dentro de la primera carpeta sobre tu escritorio,. . .
Su pálida mano aprieta fuertemente el bolsillo de su abrigo arrugando un poco el papel en su interior.
No pido su aprobación, simplemente así debió ser.
Es muy probable que en cuanto lea esta carta yo ya no me encuentre en esta ciudad, o, para ser más exactos, lo más probable es que ya no me encuentre en este país. He decidido tomar unos meses para mí, viajando por Europa, así que le pido no me guarde rencor por lo que aquí se encuentra escrito.
Espero que estas palabras hayan respondido algunas de sus dudas, de no ser así solo puedo decirle: Lo siento. No pierdo la esperanza de que esta experiencia le sirva para un futuro tal vez cercano: No piense demasiado las cosas que desea hacer pues quizás cuando finalmente se decida puede ser demasiado tarde.
Sin más que decir me despido, nos volveremos a ver algún día, Señor Min.