Esa noche

Esa noche

Quizás fue mala idea salir a caminar al parque a esas horas de la noche, pero su hermana siempre lograba sacarla de quicio, ella era muy fácil de molestar, a decir verdad, siempre había un conflicto entre ellas, no podía decir que no amaba a su hermana, porque lo hacía, pero sus personalidades chocaban mucho, ahora, por no ser un ser paciente y tolerante, se encontraba sola. ¿Por qué se le ocurrían ideas tan malas? El parque estaba desierto, no se veía ni un alma, y aun así ella se sentía observada, consideraba que podía ser la paranoia floreciendo en ella, ¡tenía que regresar a su casa!

Continuo caminando pensando en las maneras de torturar a su querida hermana, si le pasaba algo mientras estaba por aquí, se lo sacaría por siempre para que se sintiera mal, claro, si lograba sobrevivir… sus padres siempre decían que ella era muy dramática, y no lo negaría, le encantaba serlo.

Ya la situación la estaba aterrando, trato de seguir como si nada, pero por dentro estaba rezando a todos los dioses, santos, deidades y seres divinos que se le ocurrieran. Se estaba acercando a la salida del parque cuando escuchó un ruido en los árboles cerca de la salida, el parque en realidad estaba lleno de árboles altos y frondosos y diversos arbustos, en donde voltearas encontrabas uno, siempre le gusto eso del parque, poder respirar aire limpio y fresco, ahora solo lo veía con temor.

¿Qué haría? Ni loca se acercaría a averiguar, pero tenía que pasar por allí si quería salir del lugar. No podía ser que ni el celular tenía encima, salió tan molesta que lo dejó, ahora no podía llamar a nadie por ayuda, para no sentirse sola o para que alguien supiera en donde estaba por si no regresaba. Definitivamente, no era su día.

En el pueblo en donde vivía no pasaban muchas cosas, era un lugar tranquilo, lo más alarmante que podía suceder era que un perro hiciera sus necesidades fisiológicas en el jardín de algún vecino, y se armaba un súper problema cuando eso sucedía. Sin embargo, desde pequeña sus abuelos le contaban historias fantásticas y súper raras de diversas criaturas que salían de noche, ya sea desde duendes que se robaban a los niños pequeños, hasta personas que se transformaban en cualquier animal que se les ocurriera. Por supuesto, ella nunca creyó en esos cuentos, era una persona muy escéptica, de las que hay que ver para creer.

Ahora, solo pensaba que en algún momento iba a ser atacada por algún ser mítico. Su imaginación era muy grande, y todo era por culpa de las películas que veía y los libros que leía. Solo pensaba que en cualquier momento saldría de los arbustos algún robot vampiro que abducía personas para alimentarse de ellas y las devolvía con alguna modificación en su cuerpo, y ella sería la siguiente víctima.

Trató de correr hacia la salida, cuando de repente sintió como si la halaran, de la impresión se cayó al suelo. Cuando volteó a ver qué fue lo que había sucedido, no logró ver nada fuera raro.

-Piernas para que las tengo.- susurró temblando de pies a cabezas y se paró de un salto y continuó su recorrido hacia la salida.

Desde que salió de casa no había pronunciado palabra alguna, la boca la sentía seca, y podría jurar que hasta pálida estaba.

Trató de ir lo más rápido que sus piernas le permitían hacia la salida, pero sintió otra vez que la halaban, esta vez solo trastabillo.

Ya comenzaba a hiperventilar, estaba entrando en crisis, ¿qué había sido eso?

No lograba ver a nadie por allí, ¿será que estaba enloqueciendo?

Siguió con su camino hacia la salida, ¿era su imaginación o el recorrido hacía la salida parecía no acabar? ¿Ya no había pasado ese árbol antes? Casi estaba confirmado… había pedido la razón.

Mientras ella pensaba eso, vio que venía un niño corriendo hacia ella ¿De dónde había salido? Volteó para todos lados para ver si estaba solo, y no vio a nadie más. Cuando por fin lo tuvo al frente de ella, le preguntó:

- ¿Qué haces por aquí a estas horas? ¿estás perdido?-. dudando sobre qué hacer con el pobre niño.

El niño solo la observó, ya la estaba empezando a poner nerviosa. Su mirada era súper penetrante, parecía como si le leyera la mente, y tratara de descubrir todos sus secretos.

De un momento a otro, el niño comenzó a reír de forma macabra, pero que niño tan perturbador, pensó ella con escalofríos en la espalda.

Su conciencia no permitía que dejara al niño allí abandonado, ganas no le faltaban. Pensándolo bien era raro encontrar un niño solo a estas horas de la noche. ¿Qué haría? Ayudar a un niño que puede que esté perdido, que haya escapado de su casa o que sea un niño diabólico que asesina a personas locas que salen de noche solas.

Ella sentía que estaba exagerando, pero nunca se sabe. Mientras divagaba recorrió con la mirada el parque para ver si encontraba algo, cuando devolvió la vista hacia al niño, se dio cuenta que ya no estaba.

-Voy a ser asesinada por un niño, que va a usar mi cuerpo como sacrificio para hacer un pacto con el diablo.- dijo rápido en voz alta.

Pensándolo bien, hace un tiempo había pasado algo raro y terrorífico en el pueblo, ya casi nadie hablaba de eso, pero a veces salía a flote cuando había alguna reunión… hace como 6 años una familia había decidido acampar, según los más allegados, estaban buscando acercarse como familia, eran cuatro personas, el padre de 45 años, la mamá de 39 años y sus dos hijos, un niño de 7 años y una adolescente de 17 años. Decidieron acampar en el Bosque Fantasma.



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En el texto hay: supenso, misterio paranormal, pueblo

Editado: 18.12.2025

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