(Alex)
Eran las 18:05 h, María me miraba con cara de asesina en serie, la verdad es que yo no quería venir, este tiempo me vendría bien para preparar mi siguiente presentación de pinturas y fotografías, ocupo todo mi día pensando en nuevas ideas. Ser fotógrafo y pintor me llena completamente, el poder capturar vida en las fotografías y en los cuadros me produce una gran satisfacción.
María andaba diciéndome que me encontraba muy estresado, que debía salir a adquirir nuevos aires, logró convencerme y henos aquí entrando en una vieja biblioteca para escuchar un poco de poesía y algunos escritos de escritores aficionados. En el fondo de la biblioteca había un grupo de aproximadamente 10 personas sentadas formando un semi circulo, en el centro del cual se encontraba un hombre parado, de seguro era el orador, aunque no pude escuchar lo que decía, María y yo nos adherimos al grupo en el momento en que uno de los miembros, para ser más específicos un hombre con algunas hojas en mano se dirigió al centro del semi circulo y pronunció las siguientes palabras:
Una Princesa
Una princesa, es como una rosa blanca, transparente y delicada. Muchos dirán que son cursis y aburridas, pero para otros como yo, es la mejor creación de Dios. Por princesas nos volvemos príncipes, para custodiar esa rosa, defenderla del calor que producen los dragones, del frío que produce la más severa envidia. Por princesas, nuestros corazones se vuelven dulces, se llenan del más embriagador amor. Por princesas que están escuchando este poema, un príncipe se vuelve loco de amor.
(Nota mental)- Creo que alguien está intentando conquistar a una princesa dentro del público y creo que esa princesa ni siquiera le está prestando atención y es una lástima porque otra princesa, la que está sentada a mi derecha literalmente está babeando por dicho príncipe y si pudiera creo que lo besaría con los ojos.
El primer orador volvió al centro del semi circulo. - Gracias Juanjo por tan principescas palabras, por favor un aplauso, bueno ahora es el turno de Amambay, como no todos estuvieron al comienzo de la reunión el tema de exposición se trata de "príncipes y princesas".
Y hablando de princesas, Amambay que nombre tan poco usual era la de ésta princesa que hace algunos minutos ignoraba a un príncipe.
-Buenas noches, lo que voy a leerles no es una poesía y tampoco un cuento. Yo las llamo reflexiones, espero que les guste.
¿Qué es un príncipe?
Según los cuentos de hadas, son hombres herederos de un inmenso castillo y desbordante fortuna, con exagerada caballerosidad e increíble fuerza para matar a un dragón y no olvidemos que siempre está acompañado de su noble corcel. La fantasía supera a la realidad, pero en la realidad ¿Qué son los príncipes?, ¿un hombre que posee un trono, heredero de una inmensa fortuna?
Entonces hay escases de príncipes, y ¿si perdiera su trono y fortuna, dejaría de ser príncipe?, ¿el dinero y algunas piedras apiladas hacen de un hombre un príncipe? Tal vez.
Pero a mí me gusta pensar que un hombre no nace siendo príncipe, más bien se va transformando en príncipe con el tiempo. Sus mayores riquezas son sus virtudes, la bondad con que pueda mirar a la vida, la facilidad de poder perderse en los ojos de una mujer, la calidez de sus palabras en una noche fría, la valentía con la que enfrenta sus miedos, la perseverancia con la que se levanta después de cada caída, el poder hacer notar su existencia y por sobre todo el poder cautivar el corazón de una mujer.
Porque al final de todo cuento, un príncipe sólo es eso, un príncipe.
Aquella mirada reflejada en esos ojos marrones oscuros, estaba apagada, podría decir que hasta muerta. Solo podía preguntarme, que podría apagar el brillo de los ojos de una mujer tan hermosa.