Capítulo XIV

¿

¿Tú crees en el amor a primera vista? No, seguro que eres demasiado sensato para eso. ¿En alguna ocasión has visto a alguien y has sabido que si esa persona te conociera bien seguro que abandonaría al modelo perfecto con el que estuviera, y comprendería que tú eras el único con el que quería empezar? ¿Te has enamorado de alguien con quien nunca has hablado?, ¿te has sentido tan solo como para hablar con alguien en coma?

Frase de la película” Mientras dormías"

Asomó el rostro hacia la vidriera de la librería, lo vio, como olvidar su libro favorito, con solo mirarlo recordaba las infinitas veces que ella lo leía. Siempre fue extraño para él que ella nunca pasaba del capítulo 5, llegaba hasta ahí y volvía al capítulo 1.
Aquel libro no trataba de amor, de ningún tema de interés general, era pura ficción pero a ella le fascinaba pensar que los seres vivos fueron creados así por medio de una gran canción y que en el final de los tiempos volverían a encontrarse. Ella sentía que él era la melodía que le faltaba a su vida con solo escucharlo se enamoró de él.
Estos pensamientos le rasgaban el corazón, los recuerdos eran duros para él, pues no vio en qué momento se había enamorado así, la extrañaba demasiado, deseaba tenerla una vez más entre sus brazos, acostarla sobre él, sentir el latido de su corazón sobre su pecho, sentir el aire que liberaba con su respiración, había tantas cosas que no había dicho y ahora quedaban congeladas en el aire pues la vida no es una máquina de conceder deseos.

Utilizó todas sus fuerzas para no derramar lágrimas y salió apresuradamente de ahí, observó el atardecer naranja y se preguntó, cuando fue que la vida se hizo tan dura, en todo este tiempo no se había dado cuenta de que el sol quema, que el frío congela y que la sequía lo seca todo, una parte de él sabía la respuesta, ella lo había estado protegiendo todo este tiempo, con su partida se quedó tan desprotegido y solo. Antes de que él la conociese, ella ya lo amaba, había creado un mundo para él, antes que él la oyese, ella ya conocía perfectamente su voz, había tanto de ella en él que a veces él la veía cuando se miraba al espejo.

Sin ella tenía esta vida y no sabía qué hacer para que las cosas fuesen mejor, muy entrada la noche llegó a su departamento, se sentó en una silla al lado de la ventana y sé quedó observando por largo tiempo a las estrellas. Pensó entonces que donde quiera que ella estuviese estaría viendo las mismas estrellas que él, la misma luna en fin el mismo cielo, este pensamiento lo alentó un poco y sonrió, ni siquiera la muerte los había separado del todo. Entonces tomó un pedazo de papel, escribió una frase, abrió las ventanas y con un encendedor quemó el pedazo de papel levantándolo hacía el cielo.
Ella vería el humo que ascendía al cielo y en el leería la siguiente frase:
"Mi amor por ti es infinito, él te encontrará donde quiera que estés".