Escalera Real

Capítulo 4: K

No me hizo falta oír terminar la historia para saber cómo lo hacía. A pesar de la obsesión denigratoria que había tenido conmigo, Q era una chica guapa y que una chica guapa como ella acabe como ella había acabado sólo podía pasar cuando no había otra salida.

Parecía que a Q no le gustaba mostrarse vulnerable, porque siguió manteniendo su actitud de chica dura cuando una lágrima recorrió su mejilla. Después de haber oído su historia he de decir que hubo algo que me hizo sentir respeto hacia ella. Todos en esa mesa, a no ser que As estuviese manteniendo una conversación a parte con las voces de su cabeza, creo que podríamos decir lo mismo.

  • Permíteme que sea el primero en decirt… - intentó decir K con su actitud paternal antes de que Q le cortara
  • No te compadezcas, no quiero darte pena.
  • ¿Te da rabia un poco de empatía?
  • Sí, pero no por que puedas tener un sentimiento humano. No quiero que sintáis pena por lo que habéis oído. Lo que os he contado es mi vida y no siento lástima de ella… remordimientos como mucho, pero no lástima, ni vergüenza. Lo que he vivido es lo que soy y me guste o no, no puedo hacer como que no ha pasado nada.

Nos sumimos en un silencio autorreflexivo. Las palabras de Q tenían mucha verdad, y no sé si yo podía decir lo mismo. ¿O sí? Puede que no me gustase haber hecho lo que hice, pero lo hice. Eso fue lo que me trajo a la situación de mierda en la que estoy ahora. Al igual que Q, lo que había hecho me había hundido en la miseria y me había quedado en las profundidades de la existencia. ¿A eso nos teníamos que ceñir los presentes? ¿A existir revolcándonos en el estercolero de nuestra memoria?

No sé qué pensaba el resto. Bueno, suponía lo que pensaba Q, sobre todo por la lágrima que surgió de su otro ojo. As parecía nervioso, pero lo parecía siempre. No eran nervios sospechosos, había quedado claro que As no tenía estabilidad mental y su pulso tembloroso sería una consecuencia de eso. K, por su parte, sumía su rostro en las sombras de la reflexión, aunque su gesto serio traspasaba ese umbral. Joker, no parecía tan reflexivo, sino, más bien tranquilo. Su cara parecía expresar cierto remordimiento, pero, ¿era real?

  •  No debes sentirte mal por lo que le hiciste a ese hombre. – dijo Joker interrumpiendo mis pensamientos – La vida ajena pierde su valor cuando tienes que sobrevivir, y tu tenías que sobrevivir.
  • Podía haber asumido mis actos.
  • Ni siquiera sabes cuáles eran tus actos. Podría no haber nada que asumir. La culpable no eres tú, sino el dueño del casino. Aprovechó una situación delicada para sacar beneficio.
  • Ojalá pudiera encontrarle y contárselo todo. Si lo hiciese, a lo mejor podría limpiar mi conciencia.
  • El sentimiento es lo que importa.

Volvimos al silencio, pero, esta vez, no tenía ese aire de autoflagelación moral, sino cierta esperanza. Me sentía como un estúpido. Q sí tenía una historia que pudiese contar, una historia humana. Yo, hundido en la desesperación, me había dejado llevar por la impulsividad y, sin ningún pretexto, había cometido una atrocidad. Era el único que no había hablado, excepto de As, pero nadie esperaba que el articulase palabra alguna que pudiese ayudar en este momento. Tampoco creo que yo debiese hacerlo. Q había actuado por obligación y con remordimientos en todo momento, yo… yo solo quería que todo eso acabase.

  • De-deberíamos poner la siguiente cinta ¿no? – dijo As tal y como yo lo había predicho

Joker y K se giraron para mirar a As, aunque K lo hizo con rabia y Joker con una sonrisa curiosa. Yo ni siquiera sabía qué cara tenía, pero no separaba la mirada de Q. Q tampoco separaba la mirada del suelo.

  • Por mucho que me pese, Radagast el Pardo tiene razón. – K volvió la mirada al centro de la mesa – A ninguno de nosotros nos gusta estar aquí y, si vamos a tener que recordar la mierda que recordamos cada día, más valdrá no compadecernos frente a desconocidos. – K puso la siguiente cinta
  • A VECES, RECORDAR NUESTRA VIDA SOLO AUMENTA EL ODIO HACIA UNO MISMO. TODA VIDA ESTÁ LLENA DE ERRORES, Y LA QUE NO LO ESTÉ, NO ES UNA VIDA, PORQUE ESO ES LO QUE CARACTERIZA A LA VIDA. Q, NO TE RESTRIEGUES TUS ERRORES, UNA COSA ES TENERLOS Y OTRA LIMITARTE A ELLOS, LO QUE IMPORTA ES A LO QUE TE HAN LLEVADO. LO QUE IMPORTA ES LO QUE APRENDES NO LO QUE TE HA HECHO APRENDER. LOS ERRORES SÓLO SON AGENTES DEL CONOCIMIENTO QUE NO HAY QUE OLVIDAR. PERO ES RESPONSABILIDAD DE UNO APRENDER, IGNORARLOS SÓLO TRAE MÁS ERRORES. PUEDE QUE EL AISLAMIENTO DE Q NO SEA LA RESPUESTA MÁS VALIENTE, PERO ES UNA RESPUESTA, TAN VÁLIDA COMO CUALQUIER OTRA. PORQUE LA RESPONSABILIDAD NO ES SÓLO DECIDIR, SINO MANTENER LAS DECISIONES, HASTA QUE OTRO ERROR NOS HAGA VOLVER A TENER QUE DECIDIR. LA RESPONSABILIDAD ES LO QUE IMPORTA. Y, ¿CÓMO DE RESPONSABLE ES Q RESPECTO AL MISTERIOSO HOMBRE? TAMÁS GÁL FUE ENCONTRADO EN EL MALETERO DE UN HOMBRE EL 23 DE MARZO DE 2020. LA AUTOPSIA REVELÓ QUE HABÍA MUERTO DE SOBREDOSIS. – Q reprimió un gemido nervioso – PERO, ¿HASTA QUE PUNTO Q ES RESPONSABLE DE ESA MUERTE? LA HISTORIA SOLO LA CONOCEN LOS QUE ESTUVIERON AQUELLA NOCHE EN ESA HABITACIÓN, POR LO QUE NINGUNO DE NOSOTROS PUEDE JUZGARLA. NADIE PUEDE JUZGARLA. EL JUICIO RESIDE EN AQUELLOS QUE CONOCEN UNA HISTORIA EN SU COMPLEJIDAD. – se cortó

Las miradas se volvieron a Q, de cuyos ojos, esta vez ambos, brotaban lágrimas menos disimuladas. Ya no tenía una expresión únicamente meditativa, sino que, ahora, se podía ver en su rostro una pequeña sonrisa. No quitaba que su vida fuese una mierda, pero al menos no se culparía de la muerte directa de aquel hombre. Aunque seguíamos sin saber quién era. Nadie conocía a ese Tamás Gál y, aunque Croupier revelase su identidad, no sabíamos si era alguno de los del grupo de Q, porque no conocíamos las suyas. Aun así, era un alivio.




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