Parece que debo cambiar las baterías de aquel reloj viejo colgado en la pared, y para ser sincero, el tiempo no ha sido mi mejor amigo desde que nací, bueno, quizás porque nadie sabe la fecha exacta de mi cumpleaños, ahora entiendo cuando dicen que el tiempo de es una ilusión.
Mi padre dice que tenía apenas ocho meses cuando me encontró, aquel número no es una casualidad, ya que él tenía la misma edad cuando empezó a gatear (…).