LA MISIÓN DEL CADEJO
El Cadejo no es solo un espectro, ni un simple mensajero de la noche. Es un juez silencioso, una criatura atrapada entre el mundo de los vivos y el de los muertos, con una tarea ancestral: purgar las culpas que los humanos se niegan a enfrentar.
Hace siglos, cuando el primer hombre pecó y se escondió de su propia conciencia, las sombras cobraron vida. Se dice que el Cadejo fue creado como parte de un pacto entre el mundo espiritual y el terrenal: "Si los humanos no juzgan sus propias maldades, algo lo hará por ellos."
No es un demonio. No es un ángel. Es algo más antiguo, más frío.
Una cuenta pendiente.
SU VERDADERO PROPÓSITO
LO QUE NADIE TE DICE
El Cadejo no actúa por crueldad. Es un equilibrio.
Por cada persona que se pierde en sus propios secretos, el Cadejo se vuelve más real, más tangible. Y si alguna vez lograra corromper a suficientes almas… podría salir de las sombras por completo.
Algunos dicen que ya ha sucedido antes.
Que en pueblos abandonados, donde todos enloquecieron de culpa, se ven figuras oscuras con ojos brillantes caminando a plena luz del día.
¿Está preparando algo?
¿O simplemente está esperando a que la humanidad entera se pudra por dentro?
Ahora, la pregunta es:
¿Qué hiciste tú para que el Cadejo esté en tu habitación esta noche?
LA APARICIÓN
Siempre empieza igual: un susurro entre las sombras, un crujido en el rincón más oscuro de la habitación. No es un sueño. No es tu imaginación.
Es el Cadejo.
Lo ves primero como un par de ojos brillantes, dos puntos de luz ámbar que flotan en la negrura. Luego, la silueta emerge un perro enorme, pero incorrecto. Su pelaje es negro como el alquitrán, húmedo y pegajoso, como si acabara de salir de un río de pesadillas. Sus patas son demasiado largas, terminadas en garras que raspan el suelo con un sonido de uñas contra hueso.
Pero lo peor es su boca.
No ladra. No gruñe. Solo sonríe, mostrando dientes afilados y desiguales, como los de un humano anciano.
Y te observa.
Siempre te observa.
¿POR QUÉ APARECE?
El Cadejo no viene por cualquiera. Tiene un propósito.
Según las leyendas, hay dos tipos de Cadejos: el blanco, que protege a los borrachos y perdidos, guiándolos a casa… y el negro, el que vigila a los culpables.
Tú no has bebido. No estás perdido.
Pero tienes secretos.
El Cadejo negro aparece cuando hay algo que no has confesado, algo que carcome tu alma. Tal vez fue esa vez que dejaste morir a alguien por cobardía. O cuando robaste algo sagrado. O cuando mentiste para destruir una vida.
No importa cuánto lo niegues.
El Cadejo lo sabe.
LO QUE BUSCA
No te ataca. No te mata.
Solo espera.
Porque el Cadejo no está ahí para castigarte… sino para asegurarse de que te castigues solo.
Cada noche que pasa, se acerca un poco más. Primero, solo lo ves en la esquina. Luego, al pie de tu cama. Después, respira en tu nuca mientras finges dormir.
Y con cada paso que da, tu mente se desmorona.
Empiezas a escuchar susurros en el viento, a ver su figura de reojo en espejos y ventanas. El miedo se vuelve insoportable.
Porque el Cadejo no se irá hasta una de dos cosas ocurra:
EL FINAL