Sobre los cimientos de una ciudad destruida por un rey usurpador y tirano, nació una nueva dinastía de poder. Forjado con los huesos, la sangre y la muerte de millones de hombres y mujeres que se negaron a reconocerlo como su soberano.
El rey Helión pese a no tener una gota de magia y poder en sus venas, tomo el control del reino esclavizando tanto a hombres como a bestias por igual.
Con el tiempo la turbulencia del caos que dejo a su paso la rebelión de Helión y todos sus seguidores, se diluyo. Pero en las sombras los dragones, los gin y las sirenas esperan cautelosos a que el verdadero rey de las bestias tome su legitimo lugar en el trono y así acabar con la tiranía de un rey sin poder para portar la corona.
La leyenda dice que solo aquella nacida bajo el manto plateado de la luna, con la corona de escamas dorada bendecida por el sol y el poder de los cuatro elementos en la palma de sus manos, podrá derrocar y derrotar a aquel que no a sido elegido como regente de las cuatro naciones. Es ella a quien el usurpador temerá.
Portadora de poder y esperanza, todas las bestias ante ella se inclinarán.