Escamas de plata

Veintisiete

Adiestramiento

La enemistad entre Archie y Keith no fue impedimento para que mi hermano se acercara a comprobar que tan grave era la situación para su eterno rival. Se inclino a su lado y con una de sus manos se cercioró de que el macho siguiera respirando.

― ¿Qué sucedió? ― Le pregunto Fergus a Jan, impacientándose cada vez más.

― No tengo ni idea. Cuando arribe sobre la costa de Solaris, el lugar era un cementerio. Estos son los poco sobrevivientes que encontré.

― Traer a Keith aquí, es un riesgo. ― Expreso preocupado Archie.

― No creo que debas preocuparte por él, está totalmente inconsciente. Pero lo más importante y sorpresivo es que Askok me aseguro que este imbécil es inofensivo.

― ¿Debes de estar bromeando? ¿Keith inofensivo? Definitivamente debe de haber algo mal con ese dragón. ― Ford se unió al grupo junto a su nuevo compañero, el que rápidamente adopto su forma mortal.

Un macho con el rostro cubierto de cicatrices se abrió paso entre nosotros, de cabellos plateados y sonrisa santurrona. A primera vista no me dio buena espina, pero al pasar los segundos mi opinión sobre él, cambio drásticamente.

― Esto es obra de un Jinn. ― Un preocupado Fergus levanto la mirada, solo para observarnos con inquietud.

― ¿Qué te llevo a semejante deducción? ― Era obvio que Archie no estaba muy convencido de la conclusión a la que había llegado nuestro tío.

― Solo un Jinn posee el poder de herir a los humanos sin dejar huellas visibles. Quien quiera que este detrás de esto, no tiene nada que ver con Helión.

― Quizás sea un Jinn bajo el domino de Helión. ― Exclame convenciéndome a mi misma que era la única explicación razonable. ― Los hermanos Olafsson, por ejemplo.

No, absolutamente no. Esto es obra de alguien más y debemos averiguar de quien.

Con esas ultimas palabras Fergus se levanto del lugar donde se había instalado a un costado de los heridos y se acerco a mi hermano solo para susurrarle un par de palabras al oído, las que no alcance a oír.

Archie se aparto y con la poca tolerancia que lo caracterizaba se fue encima de mí.

― Debemos prepararnos Briana.

― ¿Prepararnos para qué? ― Exigí saber.

― Para lo que sea que debamos enfrentar.

― Jared y Piers los entrenaran. ― Dicho esto Fergus se alejó. ― Ah y Briana cambia esas armas por una buena espada. Eres una increíble y talentosa guerrera pero esas dagas no van contigo.

El soberano del profundo Veril se alejo sin mirar atrás, en tanto Archie, Ford y yo nos miramos sin comprender lo que quería decir con entrenarnos. ¿Acaso no éramos buenos luchadores ya?

― ¿Qué deseas que hagamos con los humanos? ― Pregunto Jared mientras los tres debatíamos en medio de un conflicto de miradas confusas.

― No confió en ninguno de ellos como para atreverme a permitir que se queden aquí. Especialmente en Keith. ― Ese fue Archie argumentando una vez más por qué no debíamos confiar en el desagradable humano. ― Pese a que Keith no es santo de devoción de nadie, no puedo permitirme dejarlo en ese estado sin siquiera intentar ayudarlo.

― Pero si lo ayudas lo más probable es que te delate. ― Esta vez estaba de acuerdo con Ford.

― Estoy muy seguro de que todos en el páramo conocen nuestra identidad. Con Keith o no, nos apresaran y seremos castigado de una u otra forma.

Archie tenia un punto y de acuerdo o no, la verdad es que yo tampoco podía ignorar a ningún compañero herido, por más desleal que este fuera.

― Podríamos utilizar el elixir de Dionea, de esa forma no tendrías que delatarte ante ninguno de ellos. ― Mi hermano me miro y luego solo desvió la mirada hacia los cambiaformas que se mantenían unos cuantos metros más atrás.

― Ningún elixir es capaz de suprimir el veneno de un Jinn, solo el poder de otro Jinn podría contrarrestar semejante toxina. ― Respondió Jared. ― Tu decides mi príncipe. ¿Los ayudamos o los devolvemos al valle?

― A la mierda. ― Fue lo único que dijo antes de acercarse a Abelia y plantar sus manos sobre ella.

La luz ambarina no tardo en brotar de la palma de sus manos, un minuto más tarde Abelia recupero el color de su rostro y con algo de dificultad se incorporo para quedar sentada de frente hacia nosotros. Escupió algo viscoso y verdoso sobre la tierra.

― Fue Devin. ― Susurro bajito, pero todos los que permanecíamos cerca logramos oírlo.

― Ya lo sabemos. ― Le respondió Archie sin detenerse a mirarla, solo se limito a acercarse al segundo cuerpo caído. El de Tadeusz el alférez al que acostumbraba frecuentemente a robarle su paga mensual.

Hubiera deseado que el idiota se quedar así, pero mi alma caritativa pesaba más que la irritación que me provocaba el tenerlo cerca.

No recuerdo en que momento perdí la noción, pero cuando caí en cuenta el tiempo había transcurrido demasiado deprisa, todos los heridos recuperaban su tonalidad de piel y gran parte de ellos se unía al grupo, anonadados y perplejos frente a la gran cantidad de dragones desconocidos que nos rodeaban. Incluyendo aquel macho desagradable que odiaba a mi hermano.



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En el texto hay: magia y dragones, enemystolovers, romantasy

Editado: 17.12.2025

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