Fortaleza
Miraba horrorizada como un dragón devoraba a uno de los jóvenes alféreces que quedaba en el perímetro. Al otro extremo de ellos Keith lograba escapar de dos cambiaformas que lo atacaban de manera constante, con rayos y ventiscas qué empeoraba cada vez más la situación para él.
Piers aparto lo más rápido que pudo a Abelia del caos. El cambiaformas adopto su forma bestial y aferro sus garras al delicado y frágil cuerpo de la hembra ahora ligada a él, con la que desapareció surcando los cielos.
Hasta entonces solo el mojigato de Keith quedaba en el centro de la controversia.
— Debemos detener esto. —Espete sin obtener respuesta de ninguno de los machos a mi lado.
Archie me devolvió una mirada extrañamente tranquila, pese a estar presenciando la gran masacre que se desataba con furia, a nuestro alrededor.
Parecía disfrutar del espectáculo. ¿Y quien podía culparlo? Al final de cuentas la gran mayoría de los alféreces lo detestaban, era lógico que no sintiera ni la más mínima empatía por ellos.
—Te lo dije Briana, no existe mejor manera de evitar a los traidores que enviándolos a ser juzgados por los mismos dragones. — Sonrió con malicia y Derek demostró por primera vez, estar totalmente de acuerdo con las palabras de Archie.
—¿Ustedes dos cuando se volvieron tan cercanos? —El par de machos se observaron el uno al otro sin poder creer que me hubiera atrevido a llegar a tal conclusión.
— Estar de acuerdo no nos vuelve amigos, ni tampoco enemigos Briana. Si alguno de esos humanos era una amenaza para nosotros o para el plan, entonces era mejor deshacerse de ellos antes de que la situación empeorará. ― Esta vez fue Derek quien tomó la palabra.
—Tú también eres una amenaza para todos nosotros y no veo a nadie atacando y defendiendo el territorio de ti. — A mi parecer algo no encajaba y no pensaba dejarlo así.
—Aunque debo admitir que ese humano me ha dejado sorprendido. — Derek ignoro mis palabras para centrarse en el único alférez que quedaba con vida.
Keith lograba derribar con suma facilidad a un dragón anaranjado, que lanzaba golpes con su cola, cada vez que el macho intentaba montarlo.
—Así es el. — La nula sorpresa en el tono de Archie fue más que evidente.
En mi caso no podía esperar menos del eterno rival de mi hermano. Si hubiera sido derribado al primer intento, entonces no era digno de considerarse rival.
Cuando el anaranjado dragón a trompicones se puso de pie, inclino la cabeza en señal de rendición o al menos eso fue lo que pensé hasta que Derek, cambio mi perspectiva de la situación.
— Tiama lo ha elegido como su jinete. Ahora ningún otro dragón puede lastimarlo. ― Explico con sutileza.
El pecho de Keith subía y bajaba con tanta frecuencia que creí que se desvanecería por el cansancio. Al parecer su ahora compañera también lo noto, porque en dos segundos la hembra adoptó su forma mortal para correr en su ayuda y auxiliarlo.
Una fémina delgada y de piel clara, le ofrecía a Keith su mano. El macho la miró sorprendido, pero de todas formas acepto su ayuda. El cabello de la cambiaformas resaltaba entre tantos otros que hasta ese momento había visto. Una melena corta anaranjada, que caía en puntas hasta sus hombros, otorgándole a la cambiaformas un aspecto rebelde e insurgente.
Tiama vestía de manera provocativa, con prendas muy parecida a las de Aiora, e incluso podría leer sutiles rasgos familiares en ella.
—Eso es porque Aiora y Tiama son hermanas. — Como de esperar la respuesta de Derek a mis pensamientos fue inmediata.
Solo eso me faltaba una enemiga más que agregar a la lista, porque al ser hermanas era natural que el mismo odio que Aiora sentía por mí, fuera heredado también a su hermana.
—Eso no sucederá, Aiora y Tiama no tienen buena relación. — Eso sí que me tranquiliza, pensé mientras observaba como Tiana le ofrecía un poco de agua a Keith quien la recibía con gusto.
—Ahora que lo importante a culminado, sería bueno centrarnos en lo que a nosotros nos concierne. Tu entrenamiento. — Volvió a dirigirse a mí con ese tono peculiar y monótono que utilizaba cuando intentaba sonar agradable. — Sería bueno que durante el entrenamiento solo fuéramos nosotros cuatro, no suelo ser buen instructor cuando tengo demasiada gente encima, además… no soy muy paciente ni tolerante con aquellos que no son de interés, ni de importancia para mí.
— Estoy de acuerdo. —Respondió Archie, sorprendiéndome una vez más por su repentino cambió de parecer respecto a Derek.
Desde esa tarde, nos reuníamos en el mismo sitio y a la misma hora con un solo motivo. Entrenar y volvernos impredecibles ante la presencia de cualquier enemigo.
Así fue como los cuatro nos volvimos inseparables por semanas. Hasta que llego el día en que Archie y yo, debimos apartarnos de la rutina diaria para intentar dominar y controlar nuestra magia.
Fergus fue el encargado de enseñarnos lo básico, mientras otros Jinn se unieron a nosotros solo para observar de primera mano que tan poderosos éramos.
— Hasta ahora solo el elemento de la tierra se ha manifestado, pero deben saber que tarde o temprano eso cambiará. Y deberán estar preparados para cuando eso ocurra. — Fergus permanecía sentado en un pedestal de hierro observándonos con atención. ― Cada sello se fortalece al contacto con su elemento natural. Piensen en el como una batería, que se recarga gracias a la naturaleza. —Sobrino tú serás el primero en canalizar la magia dormida dentro de ti. Muéstranos lo que puedes hacer. — Archie se quedó de piedra, sin esperar que el soberano del profundo Veril dirigiera toda su atención a él.
Editado: 17.12.2025