Escamas de plata

Treinta y dos

Metódico

Tal y como Fergus lo predijo el llamado a Dionea surtió un efecto tardío, pero preciso. Y la hermosa raíz de girasol, ahora ocupaba gran parte del jardín dentro la fortaleza del profundo Veril, junto a sus terroríficas e innumerables cabezas.

Lo sorpresivo, no fue el hecho de que la guardiana del páramo hubiera reaccionado y acudido a mi llamado en cuestión de minutos, sino que... no solo ella reacciono a él, también lo hizo Arac y ahora tanto el guardián de la ciudadela, como la protectora del páramo, permanecían en las inmediaciones del profundo Veril.

Todos los que ya se habían percatado de su presencia actuaban de la misma manera. Temerosos, sudorosos y extremadamente nerviosos, bajaban la mirada ante ellas, como si presintieran y creyeran que ninguno de los dos fuera de fiar y mucho menos pudieran volverse amistosos de la noche a la mañana.

Entre tanto algunos poco habían logrado adaptarse y reaccionaban de manera versátil ante su presencia.

—El plan era traer aquí, solo a Dionea. ¿Qué es lo que haremos con Arac al asecho? — El tono de exigencia de Archie fue difícil de ignorar.

—Calma Archie, todos sabíamos que era solo una prueba. Pese a que el intento funcionó, no esperaba que todo saliera perfecto.

El gigante ciempiés me seguía de cerca, exigía atención, tal y como lo hizo la primera vez que lo conocí a las afueras de la ciudad de polvo.

—¿Si sabes que estas alimañas son carnívoras no? — Un preocupado Jared se unía a la discusión.

Más que inquieta por su presencia, me sentía alarmada ante la facilidad con la que arribaron a este lugar.

— Se lo que te estas preguntando Briana, y créeme cuando te digo que de alguna manera este sitio y Solaris están ligadas de alguna manera. Existen túneles y pasadizos bajos las aguas que aún son desconocidos para nosotros. Todos a la sala de planificación ahora. — Al menos una docena de cambiaformas siguieron a Fergus hacia el interior de la fortaleza.

Yo en cambio aguarde pacientemente a que Arac retrocediera un poco para darme espacio y me permitiera respirar.

— Intenta no devorar a nadie mientras no estoy. — Un sonido lastimero broto de lo más profundo de la bestia, la que seguía buscando mi atención de manera frenética. — ¡Ya! ¡Ya! Aquí nadie te lastimara, a menos que tú los lastimes primero. No eres una prisionera, eres una invitada y puedes ir a donde tú quieras. — Le sostuve a la bestia mientras le acariciaba parte de su cabeza.

—¡Vamos Briana! Fergus nos espera. — Archie había regresado por mí y se mantenía a una distancia prudente temeroso de que la bestia escamosa y reseca lo atacara.

— Ella sabe que eres mi hermano, lo huele en el aire. Así que dudo que intente lastimarte.

— Aun así, preferiría mantener mi distancia. Gracias. — El temor en el tono de mi hermano me resulto algo gracioso y no pude evitar sonreír ante la manera que parecía temblar.

— Arac está autorizada a atacarte, si osas reprenderme por el motivo que sea. — Los ojos de Archie se desorbitaron tanto que creí se le reventarían.

Una sonora carcajada broto de mí, después de ver a mi gemelo quedar petrificado y asustado, al pasar por delante de la bestia. Debo admitir que fue una experiencia demasiado agradable, observar a mi hermano mojar sus pantalones.

Dejé atrás a la bestia de arena y seguí a Archie a través de un largo y ancho pasillo, que conducía directo a una circular escalinata. Pese a que llevábamos un poco más de un mes habitando la fortaleza, aun no había tenido la oportunidad de recorrer aquella alejada y remota parte del castillo.

Los pisos estaban cubiertos por un material brillante y resbaladizo de color ónix, mientras que el papel tapiz resaltaba flores y vegetación con su tonalidad amarillo pastel. Los candelabros que colgaban del techo eran de un acero verdoso y opaco, aun así, le daban un toque arcaico al lugar.

Los peldaños aterciopelados de la escalera nos guiaron directamente a una sala oculta tras una pared movediza.

Al parecer fuimos los últimos en unirnos al club, ya que la sala estaba infestada de cambiaformas malhumorado y Jinn que a mi parecer sonreían demasiado.

Piers y su ahora compañera esperaban en medio de la sala junto a Fergus, mientras que al otro extremo Jared y Jan colocaban un antiguo y polvoriento pergamino sobre la mesa. Keith y su compañera también se habían unido a la fiesta y para mi sorpresa Aiora, Home e incluso Derek estaban allí a la espera de que la asamblea que los convocaba diera inicio.

— Todos sabemos porque nos hemos reunido aquí hoy y no esta demás decirles que cualquiera que no se sienta en condiciones de caminar a la batalla, puede dar un paso al costado y abstenerse de participar en esta contienda. — El silencio fue ensordecedor, al parecer todos los presentes estaban de acuerdo en seguir con la planificación de la batalla que estaba a solo pasos de iniciar.

— ¡Bien! Ya que todos estamos de acuerdo, trazaremos una estrategia que todos los reunidos aquí deberán seguir. Nuestro primer objetivo es derribar el velo, el escudo es prioridad. Si es que no queremos ser presa del hechizo de Helión.

—¿Cómo se supone que lo derribaremos? — Pregunto un cambiaformas bajo y delgado al que no reconocí.



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En el texto hay: magia y dragones, enemystolovers, romantasy

Editado: 17.12.2025

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