Una sonrisa amplia y genuina se dibujó sobre los labios de la joven, iluminando su rostro como el primer sol de un día esperado. ¡Por fin! Ver a su hermano mayor, Katashi, de regreso de la guerra era como el sol irrumpiendo tras una tormenta, una luz en la oscuridad que la había envuelto. Se levantó con la rapidez de un rayo de la silla y corrió en dirección al joven, lanzándose a sus brazos con una fuerza que buscaba compensar todo el tiempo perdido. En ese abrazo apretado, donde el olor a metal y distancia se mezclaba con el familiar aroma de su hermano, Emily se dio cuenta de lo mucho que lo había extrañado, de la agonía de su ausencia, de que no quería volver a perder ni un segundo más. Cada fibra de su ser gritaba alivio.
Luego de unos segundos, se separaron. Sus ojos se encontraron, los de Emily radiantes de una felicidad desbordante, pura e inmaculada. Los de Katashi, sin embargo, velados por un dolor profundo y una mirada de misterio que se ocultaba en el oscuro color acaramelado verdoso de su iris, una sombra que parecía devorar la luz. Era una tristeza que no podía disimular, una carga que Emily, a pesar de su corta edad, pudo sentir de inmediato, como un escalofrío.
Emily observó fijamente a su madre, Ivanna, y una ola de alivio la invadió. Mamá no le había mentido, después de todo. Su hermano estaba allí, justo en medio de la sala, su presencia innegable, aunque parecía perdido en algún recuerdo lejano, inmóvil, sin emitir sonido. Parecía un fantasma de sí mismo. Cuando Emily estaba a punto de romper el silencio con una pregunta impaciente, los labios de su hermano se movieron, y un sonido ronco, pero familiar, escapó de ellos, rompiendo el hechizo.
Emily oyó con detenimiento cada palabra, saboreándolas como un tesoro, un regalo inesperado. Después de tanto tiempo sin verlo u oír su voz, aquello era único, una sensación magnífica que jamás hubiera imaginado en toda su vida. Era como si el aire mismo se hubiera llenado de música, la melodía de la normalidad.
—Te traje un hermoso regalo para que logres escribir tus sueños, mi hermosa Emily. —Katashi deslizó la mano detrás de su espalda y extrajo el diario. El mismo que había comprado en la juguetería, un objeto que parecía cobrar un significado especial al estar destinado a su hermanita adorada, un talismán. Sintió un extraño peso en sus manos—. Espero que sea de tu agrado. Pensé que era perfecto para ti, ya que te gusta tanto escribir —comentó con una sonrisa amplia y, esta vez sí, sincera sobre sus labios, intentando disipar la sombra que lo cubría, pero el esfuerzo era evidente.
—¡Gracias! —Respondió Emily con una sonrisa que le partía el rostro de oreja a oreja, una exclamación de pura alegría. La joven estaba evidentemente, palpable, completamente feliz. No solo por el regalo, sino por la confirmación de que su hermano había pensado en ella, en su pequeña hermana, incluso en medio del horror de la guerra. Esa certeza la llenaba de calor.
Tomó el regalo entre sus manos, sintiendo la suavidad de la cubierta de peluche, y lo observó con una admiración casi reverente. Era suyo, solo suyo. Un santuario de papel y felpa.
Sin pensarlo dos veces, corrió con rapidez a su habitación, el diario apretado contra su pecho como el objeto más valioso del mundo. Necesitaba su pluma, esa que Katashi le había regalado hacía tanto tiempo, un recuerdo tangible de su afecto. Bajó corriendo las escaleras, ignorando las miradas de sus padres, ansiosa por encontrar un rincón, su sofá favorito, para comenzar a escribir, para vaciar su alma en esas páginas vírgenes.
Diario de Emily Douglas
No tengo ganas de escribir la fecha, porque según mi familia no es para nada linda y no quiero escribir algo que les moleste. Tengo miedo. Un miedo que me agarra el estómago y no me suelta, que se enrosca en mis entrañas. Miedo de perder a mi hermano en las próximas guerras, miedo de que se vuelva a ir, de que esa oscuridad que lo rodea se lo lleve de nuevo, lo consuma. Me gustaría que ya se terminen de una vez por todas, todas las guerras del mundo, y que las personas que perdieron a sus seres queridos se puedan despedir de aquellas almas, que encuentren un poco de paz, aunque sea un rastro. Tuve suerte, mucha suerte, mi hermano sigue aquí, está a mi lado. Puedo sentir su calor, pero también su tristeza, esa que no puede esconder, una pena profunda. Y aquel miedo que lo paraliza, un miedo que no entiendo pero que siento mío, que me roba el aliento. Tengo miedo, un miedo distinto. No quiero volver a verlo en ese estado, con esa mirada perdida, ausente. Ayer... ayer me asusté mucho, de verdad. Sé que no debería haber oído sus palabras con papá, pero soy demasiado curiosa, y los susurros siempre llegan a mis oídos, como serpientes deslizándose. Tengo suerte de que este diario sea mío, solo mío, un santuario secreto donde puedo escribir muchas de las cosas que me atormentan, todo lo que siento y no puedo decir. Sé que escribiré demasiado aquí, que mis palabras llenarán estas páginas, liberando mi mente. Tengo muchos secretos de los cuales escribir, tengo versos que aún no tienen forma y oraciones que necesito concluir, que buscan una voz. Las cosas que están pasando en mi casa, en mi vida, no son lindas, no son para nada lindas. Y temo, tengo mucho miedo de pensar lo peor, de que todo se desmorone, de que la felicidad sea una ilusión frágil. Las guerras, esas son las que hacen esto. Dan miedo, mucho miedo. Simplemente destruyen, solo para conseguir su meta, sin piedad. Esas son mis palabras y pensamientos al respecto, quizás son exageradas y profundas para una niña de siete años, quizás no son lo que se espera de mí. Pero son mías, y lucharé hasta el final por defender mi pensar, por defender a mi familia, por ser quien soy y quien seré en algún momento, la persona que quiero ser. Ya no quiero tener miedo de la sociedad en la que vivo, de sus reglas, de sus juicios, de sus miradas. Quiero vivir sin miedo. Quiero ser lo que quiera ser, quiero... yo simplemente quiero ser alguien. Alguien libre, alguien real. Lo único que escribiré aquí es que este diario le pertenece a Emily Douglas y esa soy yo.
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Editado: 08.07.2025