¡escapa!

Capítulo quince: El viaje a la ciudad de la furia

El aire de la mañana en la granja de Elias Thorne se sentía cargado de una tensión inminente. La noticia del resurgimiento de Nora Queen y su inminente ritual en Hope aceleró los planes. Emily, con el Medallón del Ojo pulsando un calor constante sobre su pecho, se sentía como una cuerda tensa, lista para romperse, pero a la vez, extrañamente serena. El entrenamiento con Elias había agudizado sus sentidos, fortalecido su mente y templado su espíritu. Ya no era solo una niña asustada; era la última Guardiana Douglas, y la misión de proteger el equilibrio caía sobre sus pequeños hombros.

Lucas, aunque aún pálido por el agotamiento y el "Consumidor", mostraba una determinación férrea en sus ojos. Su sensibilidad etérica, antes una maldición, ahora se perfilaba como una herramienta vital. Elias Thorne, con la sabiduría de sus años y la experiencia de un linaje de Guardianes Thorne, se movía con una eficiencia tranquila, preparando el equipo necesario para el largo y peligroso viaje a Buenos Aires.

—El viaje por tierra es demasiado peligroso ahora —dijo Elias, su voz grave—. Los Queen habrán bloqueado las salidas de Hope, y estarán buscando cualquier anomalía en la red. Necesitamos una ruta que no puedan rastrear fácilmente.

El plan era ambicioso: llegar a una estación de tren remota, al este de Hope, donde los Queen no tendrían una presencia tan fuerte. Desde allí, tomarían un tren de carga que los llevaría hacia el sur, lejos de la influencia de Nora Queen y de la creciente oscuridad que envolvía Hope. Elias había organizado contactos, "los Invisibles", pequeños núcleos de Guardianes dispersos por el continente, que ayudarían en su tránsito.

Prepararon provisiones: pan duro, queso, agua y algunas frutas secas. Elias les dio ropa más adecuada para el viaje, atuendos sencillos y oscuros que les permitirían mezclarse con la multitud. A Emily, le entregó una mochila ligera con los diarios de Eleanor Douglas, su propio diario, y un pequeño cuchillo de supervivencia.

—Este cuchillo no es para atacar, Emily —dijo Elias, sus ojos fijos en los de la niña—. Es para defensa, para abrir un camino si es necesario. Tu verdadero poder reside en el Ojo y en tu mente.

Emily asintió, sintiendo el peso del cuchillo en su mano, una herramienta tangible en un mundo de energías invisibles.

La despedida de Elias fue sobria.

—Ve con cuidado, Emily. Buenos Aires es una ciudad grande, pero el hilo del destino los guiará. Busca a mi contacto en el Bar El Túnel, en San Telmo. Su nombre es Martín. Dile que el "Ojo ha regresado". Él sabrá qué hacer.

Emily abrazó al anciano. A pesar de los pocos días que habían pasado juntos, Elias se había convertido en una figura paterna, un faro de conocimiento en su oscuridad.

—Gracias, Elias —dijo Emily, su voz ahogada.

Lucas también se despidió, sus ojos llenos de gratitud.

Bajo la oscuridad de la madrugada, Emily y Lucas se adentraron en el bosque, moviéndose sigilosamente, guiados por el Medallón del Ojo que les mostraba las pulsaciones de la red, revelando los puntos donde la presencia de los Queen era más fuerte. La energía de Hope, a sus espaldas, vibraba con una intensidad ominosa. Nora Queen estaba trabajando.

El camino a la estación de tren fue largo y agotador. Se movían por senderos ocultos, evitando caminos principales y cualquier signo de civilización. Emily usaba el Medallón del Ojo para detectar trampas, para sentir las presencias ocultas. Lucas, con su sensibilidad etérica, era un detector invaluable, alertándola de la más mínima alteración en el flujo de energía.

—Siento algo… es como un zumbido… —murmuraba Lucas en ocasiones, sus ojos cerrados, señalando una dirección.

Emily, guiada por el "Ojo", comprobaba la sensación de Lucas. Eran pequeños focos de energía corrupta, rastros dejados por los agentes de los Queen. Los evitaban, tejiendo un camino invisible a través de la maleza.

Finalmente, al anochecer del día siguiente, llegaron a la estación. Era un lugar desolado, con una pequeña plataforma de madera y una vía única que se perdía en la distancia. El aire estaba frío y vacío. No había nadie.

—Este es el lugar —dijo Emily, el cansancio calándole los huesos.

Esperaron en la oscuridad, acurrucados en la plataforma, susurrantes los sonidos de la noche. El Medallón del Ojo seguía alertándola sobre las perturbaciones en la Red, pero eran débiles, distantes. Estaban lejos del epicentro de Hope.

Horas más tarde, el silbato lejano de un tren rompió el silencio. Una luz brillante apareció en la distancia, creciendo rápidamente. Era un tren de carga, una serpiente de acero que se acercaba con un estruendo ensordecedor.

Cuando el tren redujo la velocidad, Elias les había indicado que buscaran un vagón con un símbolo particular. Un antiguo grabado en forma de espiral.

—Es la marca de los Guardianes —había dicho Elias—. Ellos se asegurarán de que lleguen a Buenos Aires.

Emily y Lucas corrieron a lo largo del tren, buscando el símbolo. Finalmente, lo encontraron en un vagón de carga cubierto, con una puerta lateral abierta. Se deslizaron adentro justo cuando el tren comenzaba a acelerar de nuevo.

El interior del vagón era oscuro y lleno de cajas, pero al menos estaban a salvo. El tren los llevó hacia el sur, alejándolos cada vez más de Hope. La tensión comenzó a disiparse lentamente, reemplazada por el ritmo monótono de las ruedas sobre los rieles.

El viaje en tren duró días. Se alimentaban con sus provisiones, racionándolas cuidadosamente. Dormían acurrucados entre las cajas, el vaivén del tren como una cuna extraña. Lucas se recuperó lentamente, la energía del "Consumidor" disipándose a medida que se alejaban de su influencia. Hablaban en voz baja, compartiendo historias, fortaleciendo el vínculo que habían forjado en el peligro.

Emily le contaba a Lucas sobre su tía Sarah, sobre la vida "normal" que había tenido antes de todo esto. Lucas le habló de su tío Mateo, de cómo lo había protegido en la medida de lo posible, de su miedo al "Consumidor" que lo visitaba por la noche. Compartían el dolor de sus pérdidas y la esperanza de un futuro sin los Queen.



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En el texto hay: juegos prohibidos, pantano, misterios y secretos

Editado: 08.07.2025

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