¡escapa!

Capítulo final

El olor a café recién hecho y a medialunas calientes llenaba la guarida subterránea de los Guardianes, un contraste reconfortante con la fría piedra y los antiguos pergaminos. Afuera, Buenos Aires bullía con la energía de una nueva mañana de mediados de julio. Pero bajo tierra, la calma era diferente, una serenidad que solo se alcanza después de la tempestad. El Cristal de la Resonancia ya no reposaba en la mesa central, sino que había sido devuelto a un santuario oculto, su poder latente, esperando el día en que pudiera ser necesario de nuevo. El Medallón del Ojo, ahora una extensión natural de Emily, brillaba con un resplandor más suave, un faro de equilibrio.

La anulación del Consumidor y la desintegración de Nora Queen en el Teatro Colón habían sido el clímax de la guerra invisible. Las noticias de la "amenaza de bomba" y la "explosión de gas" en el Colón eran la versión oficial, la narrativa que la ciudad aceptaba. Pero los Guardianes, y ahora Emily, Lucas y Sarah, sabían la verdad. La Red Etérica, a nivel global, respiraba con un aire más limpio, el pulso oscuro del Consumidor había cesado.

Emily, sentada a la mesa con una taza de chocolate caliente, sentía el peso de la responsabilidad, pero también la ligereza de una carga liberada. Lucas, mucho más recuperado, comía con apetito, sus ojos ya no vacíos, sino llenos de una curiosidad vivaz. Sarah, su tía, los observaba con una sonrisa tierna, sus propias heridas sanando lentamente.

—La Red ha recuperado su equilibrio —dijo Isabella, su voz tranquila y llena de satisfacción—. El Pulso de Anulación fue perfecto, Emily. El Consumidor se ha disipado completamente.

Martín, su rostro visiblemente relajado, asintió. —Los reportes de nuestros "Invisibles" alrededor del mundo lo confirman. Los focos de distorsión etérica están disminuyendo. La influencia de los Queen se ha reducido drásticamente.

—¿Significa que se acabó? ¿Que los Queen han sido derrotados? —preguntó Lucas, sus ojos grandes y esperanzados.

Isabella suspiró.

—La amenaza principal, el Consumidor, ha desaparecido. Y la línea directa de Nora Queen, la que lo canalizaba, ha sido eliminada. Pero los Queen son una organización antigua y extensa, con múltiples ramas y contactos en todo el mundo. Su ambición por el poder del Gen Douglas no desaparecerá de la noche a la mañana. Siempre habrá quienes busquen manipular la Red Etérica para su propio beneficio. La guerra por el equilibrio nunca termina por completo, Lucas. Solo cambia de forma.

Emily asintió. Lo había sentido en la Red Etérica. Restos de la influencia de los Queen, como cicatrices invisibles, pero sin la fuerza central que les daba el Consumidor. La cacería había terminado, pero la vigilancia debía continuar.

Sarah puso una mano en el hombro de Emily.

—Pero ahora tienes las herramientas para enfrentarlos. Y no estás sola.

En los días siguientes, la guarida de los Guardianes se convirtió en un centro de reestructuración. Emily, con la ayuda de Isabella y Martín, comenzó a comprender la magnitud de la red global de Guardianes, un entramado silencioso que protegía el equilibrio en las sombras. Se comunicaron con Elias Thorne, quien confirmó la disipación del Consumidor y ofreció su sabiduría para el siguiente capítulo.

El destino de Lucas fue una prioridad. Con la amenaza directa del Consumidor eliminada y la inestabilidad de Nora Queen, su don ya no era una condena. Elias, a través de Martín, ofreció a Lucas un lugar en su granja, un santuario donde podría aprender a controlar su sensibilidad etérica sin miedo, lejos de la influencia de los Queen. Lucas, cansado de la constante amenaza, aceptó con gratitud.

—Quiero aprender a usar mi don para el bien, Emily —dijo Lucas, sus ojos brillando con una nueva determinación—. Para ayudar a otros, como tú me ayudaste a mí.

Emily sonrió. Era el primer paso de Lucas hacia una nueva vida, una vida de propósito. Se despidieron con un abrazo. La conexión que habían forjado en el miedo y la huida se había transformado en una amistad duradera, un lazo forjado en el fuego de la batalla. Lucas partió con un grupo de Guardianes, en dirección a la granja de Elias, un nuevo Guardián en ciernes.

Con Lucas a salvo, la atención se volvió hacia Emily. ¿Qué sería de ella ahora?

—Emily, tu potencial es inmenso —dijo Isabella una tarde, mientras Emily repasaba los diarios de Eleanor—. Eres la primera Douglas pura en siglos en activar el Ojo y el Cristal de la Resonancia. Tienes el conocimiento y el poder para ser la próxima Guardiana Principal, el faro de nuestra red.

Emily dudó. La idea de ser "Guardiana Principal" era abrumadora. Solo quería volver a una vida normal. Pero sabía que la "normalidad" ya no existía para ella.

—¿Qué implicaría eso? —preguntó.

—Un entrenamiento más profundo. Viajar, conectar con otros círculos de Guardianes. Compartir tu conocimiento, guiar a otros. Estar alerta ante cualquier resurgimiento de los Queen o de otras amenazas al equilibrio. Es una vida de servicio, Emily. Pero también una vida de propósito.

Sarah, que había estado escuchando en silencio, se acercó a Emily.

—No tienes que decidir ahora, mi amor. Podemos… podemos intentar tener algo de normalidad primero. Volver a Hope. Empezar de nuevo.

Emily miró a su tía, y por un momento, la idea de regresar a su antigua vida la tentó. Pero luego, el brillo del Medallón del Ojo en su pecho le recordó el horror que había dejado atrás. El Consumidor. Las niñas. Clara. No podía ignorar lo que sabía, lo que era.

—No puedo volver a Hope y pretender que nada pasó, tía —dijo Emily, su voz suave pero firme—. Lo que vi… lo que soy… no puedo esconderlo. Y no quiero. No después de todo esto.

Sarah asintió, comprendiendo la verdad en sus palabras. Su pequeña Emily había crecido de la noche a la mañana, forjada en el fuego de una guerra invisible.

Mientras Emily ponderaba su futuro, un imprevisto surgió en la Red de Guardianes. La investigación oficial en el Teatro Colón había llegado a un punto muerto. La "amenaza de bomba" y la "explosión de gas" no tenían un origen claro. El oficial Domínguez, quien había sido el primer responder en la escena, había presentado un informe que, aunque siguiendo los protocolos, contenía inconsistencias sutiles, preguntas sin respuesta.



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En el texto hay: juegos prohibidos, pantano, misterios y secretos

Editado: 08.07.2025

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