Las vacaciones de verano habían terminado, el regreso al colegio sería martes, Carolina y los demás habíamos vuelto de un lindo viaje a la playa, nos habíamos divertido tanto, todo había cambiado desde la muerte de Paige que, por cierto, mañana cumple dos meses de fallecida. Acompañaríamos a Mike a dajerle flores mañana por la tarde.
Apolo y yo estábamos de camino a mi casa, él estaba algo serio hoy. A pesar de que todavía quedaban unos días de verano en esta parte del país no hace tanto calor, siempre hay frío. El invierno comenzaría muy pronto y empezaría a nevar también. Está de más decir que el lago se congelará. Es una lástima. Volveremos a disfrutarlo hasta el otro año.
—¿Qué harás hoy en la noche? —me preguntó. Nuestras manos estaban entrelazadas, mientras que con la otra el manejaba.
Ya íbamos saliendo del bosque.
—Nada, creo que me quedaré en casa y arreglaré las cosas para la preparatoria. —respondí con total sinceridad.
Lo miré, él me sonrió de lado.
—Pues creo que te tendrás que encargar de eso después... —me besó la mano—Ésta noche hay fiesta.
Alcé las cejas.
Y entonces recordé: La fiesta de bienvenida. Cada año después de finalizar el verano los Brown, junto con todos los de la manada, hacen fiesta.
—Está bien, ¿a qué hora pasas por mí? —cuestioné mirándolo.
—Yo... Creo que te miraré en la fiesta, tengo que hacer algo primero. —dijo.
Fruncí el ceño, Apolo nunca me dejaba así, siempre que íbamos a un lugar él se ofrecía a llevarme, no le gustaba que llegara sola a ningún sitio y mucho menos a una fiesta.
—Ah... Está bien. —le sonreí, mirando por la ventanilla.
—¿Puedes llegar con Carolina y Kayler? Me sentiré mejor si llegas con ellos. —propuso. No lo miré. Aclaré la garganta.
—Claro, la llamaré.
Apolo aparcó el auto frente a mi casa, me sostuvo la mano y me depositó un cálido beso en los labios.
—Nos vemos en la noche. —sonrió.
Le devolví la sonrisa y bajé del auto, con mi mochila puesta en mi hombro. Caminé despacio hacia la entrada de casa hasta escuchar el ruido del auto marcharse. No sé qué pasa con Apolo hoy. Christian estaba con Carla en algún restaurante almorzando, me da gusto que mi hermano haya encontrado a alguien, y mejor si es amiga de Carolina.
En mi casa no había nadie, como siempre, solo vivía con mi papá y él, digamos que no nos pone mucha atención. Subí a mi habitación y dejé la mochila en mi cama, saqué mi teléfono celular y le envié un mensaje a Caro.
De: Anne.
¿Puedo ir con ustedes a la fiesta? Apolo dijo que me esperaría allí.
Dejé el teléfono en la cama y empecé a sacar mi ropa, segundos después el celular sonó.
De: Carolina.
Claro que por supuesto que sí :) Aquí te espero.
Sonreí.
Creo que ella fue lo mejor que me pudo pasar.
***
Aparqué el auto de mi hermano frente a la casa de Carolina, el auto de Kayler estaba allí, mi hermano llevaría a Carla en su moto, y a Gregory no lo he visto desde que volvimos. Pero algo me dice que Vanesa estará bien.
Salí del coche y me dirigí a tocar la puerta, había luna llena hoy. Y el clima se etaba poniendo muy frío. Segundos después la puerta se abrió.
—Anne, pasa. —me dijo Carolina.
Pasé.
Ella llevaba un vestido negro que le llegaba hasta los muslos, y el cabello suelto como siempre. Se estaba acomodando una arete.
—Kayler ya casi está listo. —comentó analizándome. —¿Qué te pasa? —cuestionó poniendo sus manos en la cintura.
—Nada, —contesté de inmediato—Es que no hubiera querido incomodarles, quizá ustedes querían estar solos.
Me miró mal.
—Obvio no, además, necesitaba hablar con alguien y qué mejor que con mi mejor amiga y prima de Gregory. —me tomó de la mano y me dirigió a la sala.
—¿Qué pasa? —quise saber.
Nos sentamos.
—Es que Vanesa se va mañana y, hoy me dijo que no quería irse, le dije que era su último año de instituto y que tenía que seguir, faltan algunos meses para la graduación y yo... —se detuvo en seco—No se qué hacer. —se masajeó la sien.
Gregory.
Siempre ha sido mala influencia.
—No te preocupes, —le dije—Hablaré con él, éste chico me va a escuchar.
Sonrió satisfecha.
—Yo sé que algo más te pasa. —murmuró—Pero no me quieres contar, está bien, dímelo cuando estés lista. —se puso de pié. En eso, Kayler bajó las escaleras.
—Anne, ¿dónde está Apolo? —preguntó frunciendo el ceño.
Yo también quisiera saber.
—Creo que debe de estar en tu casa, dijo que nos veíamos allí. —respondí insegura.
Alzó las cejas sorprendido, pero luego actuó normal.
—Bueno, nos vamos. —Carolina cogió de la mano a Kayler y enroscó su brazo con el mío. Nos dirigimos a la salida. Pude notar que Kayler le depositó un beso en la sien.
Me hizo recordar a Apolo, no sé qué pasa con él.
Nos montamos al jeep de Kayler, éste arrancó y nos dirigimos a su casa.
También noté que Kayler y Carolina se tomaban de la mano mientras él manejaba, justo como Apolo y yo lo hicimos hoy. Lo sé, hoy estoy muy sentimental pero es que así soy yo, soy tan conservada, aburrida, y eso me molesta porque quizá Apolo se esté aburriendo de mí.