Escapándome del lobo

10

  —Apolo. —susurré su nombre sin quitarle la vista.

  Pude notar como Thomas frunció el ceño y siguió mi mirada para ponerse rígido de inmediato. Los dos nos pusimos de pié, Apolo caminaba hacia nosotros a paso lento. Apolo era un lobo gris, aquel que meses atrás había encontrado devorando a un pobre animal y me había dicho te encontré. Para ese entonces Carolina y yo no sabíamos nada de ésto.


 

  Su mirada no se apartaba de Thomas pero ¿porqué está aquí? ¿porqué actúa así si se supone que terminó conmigo? Definitivamente que no lo entiendo.

  —¿Qué haces aquí, Apolo? —le preguntó Thomas articulando su nombre con burla.

  Apolo gruñó.

  «Veo que me reemplazaste muy rápido» me dijo mentalmente ignorando la pregunta de Thomas.

  ¿Reemplazarlo? Estará jugando.

  —¿Qué te pasa? —espeté, estaba enojada con él—Thomas y yo somos solo amigos y aunque él y yo tuviéramos algo —cosa que nunca pasará—Eso no te importa porque tú y yo no somos nada.

  Mis palabras le afectaron, pude notar como hacía un poco sus orejas para atrás pero se reincorporaba de inmediato mirando amenazante a Thomas.

  «Bien» asintió forzadamente «sigan en su cita» y se dio media vuelta para después alejarse corriendo por el bosque.

  Thomas se giró a mi de brazos cruzados mirándome divertido.

  —¿Qué? —inquirí.

  Negó con la cabeza.

  —Nada, es solo que me sorprendiste. —admitió.

  Ajá.

  —Entonces... ¿nos vamos? —cuestioné.

  Frunció el ceño.

  —¿Tan rápido te aburriste de mi, pequeña Anne? —preguntó con picardía mientras se acercaba.

  Siempre que me llamaba pequeña Anne provocaba algo dentro de mí que no puedo explicar. Thomas apareció en mi vida así de la nada, no sé nada de él y quizá esté ocultando algo, quizá me esté utilizando pero eso no me convence mucho, la llegada de Clark, el vampiro, también es muy misteriosa. ¿Porqué Thomas, quién es un hombre lobo, intenta seducirme si debe de tener a su mate por ahí? Y entonces caí en la cuenta, de seguro no la ha encontrado y por eso quiere pasar el tiempo conmigo, tal y como le pasó a Connor con Carolina. Connor estaba resignado porque no encontraba a su mate que, al ver a Carolina, le tomó cariño y lo confundió con algo más.

  Thomas pronto encontrará a su mate y se irá. Y yo... Yo me quedaré sola, así que tengo que alejarme lo más pronto de él, es solo para evitar otra desilusión.

  —¿Porqué tan seria? —se puso frente a mí. Podía persivir el aroma a su colonia, era... un olor tan peculiar que hizo que mi corazón diera un vuelco.

  —C-creo que me tengo que ir. —odio trabarme y lo he hecho frente a él, ahora va a pensar que provoca algo en mí.

  Sonrió de lado.

  —Te invito el sábado al parque de diversiones en la playa. —propuso.

  ¿Parque de diverisones? Y la playa no está cerca de aquí.

  —¿Dónde? —cuestioné.

  ¿Y porqué me invita a mí? ¿Acaso es... otra cita?

  —Yo conozco un lugar, sé que no está cerca pero tú irás en mi espalda. Soy muy veloz así que llegaremos en un santiamén. —su mirada tenía una chispa especial.

  —¿Es... una... cita? —pregunté frunciendo el ceño ante la ultima palabra. Me sentía con vergüenza al preguntar eso.

  Me miró divertido.

  —No, es una salida de amigos. —dijo. La vergüenza cayó en mí—Para las citas no suelo hacer éste tipo de salidas. —comentó—Suelo ser más... Atrevido. —me guiñó un ojo.

  Sentí mis mejillas arder pero intenté ocultarlo para que no se diera cuenta. Qué tonta soy, obviamente no me va a invitar a una cita. A mí. De seguro tiene más chicas lindas y así y yo... Pues soy yo.

  —Ah pues yo pensé que era una cita pero ya que es salida de amigos acepto —le resté importancia. Thomas me hace pasar vergüenzas— ¿A qué hora?

  Alzó las cejas divertido.

  —A las siete —respondió—Tranquila, yo paso por ti.

  Fruncí el ceño.

  —¿No pasarás por mí convertido en lobo? Tengo vecinos. —me crucé de brazos alzando la barbilla.

  Me miró con aburrimiento.

  —Lo sé —asintió. Empezamos a caminar buscando el colegio. No estaba tan lejos.

  No sé por qué pero de pronto sentía la necesidad de saber más de Thomas. Me mordía el labio porque no sabía qué hacer ni qué preguntar.

  —Anda, preguntame. —dijo como leyéndome el pensamiento.

  Lo miré incrédula.

  —¿Qué? —me hice la que no sabía.

  Me dio una mirada rápida.

  —Sé que tienes muchas preguntas acerca de mí —murmuró—No te aseguro responderlas todas.

  Era mi oportunidad.

  —¿Porqué veniste aquí, Thomas? —seguimos caminando. Era la pregunta que más me hacía.

  No se puso nervioso ni nada. Actuaba normal.

  —Por ti. —me miró. Aunque parecía que lo había dicho en broma, sé que no fue así. Y no es porque quiero que sea verdad, es solo un sentimiento dentro de mí.

  —No es gracioso —murmuré.

  El bosque estaba tranquilo.

  —Siguiente pregunta —sonó a pregunta más bien.

  Lo pensé muy bien.

  —¿Cómo era tu vida antes de venir aquí? —solté.

  Ésta sí haré que quede pensativo, siempre tenía respuestas rápidas a mis preguntas. Me sorprendía. Sin embargo no fue así:

  —Mi pasado puede ser muy aterrador para ti —se detuvo a verme. —No planeo asustarte con eso.

  Me detuve también.

  ¿Un pasado aterrador? En realidad no me sorprende, qué se yo si también habrá dejado novias regadas por ahí, obviamente es un rompecorazones porque Thomas es... Lo que toda chica busca, lo que a Kara le gustaría tener. Pero ¿porqué Kara no lo sigue?

  —Entiendo que tu pasado me pueda traumar, pero no creo que sea tan malo. —empecé a caminar también—Puedo soportarlo.

  —Ajá.

  Llevábamos varios minutos platicando hasta que llegamos al colegio. Estaba igual, imaginé que los alumnos estarían en clase y un sentimiento de culpa me invadió, es la segunda vez que no entro a clases.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.