La mañana amaneció brillante y clara, llenando la ciudad con un sol radiante. La noticia de que Lance había sido aceptado en una importante producción había llegado y, con ella, un aire de celebración se había instalado en la casa. Lance estaba visiblemente emocionado por la oportunidad que se le presentaba, una puerta abierta hacia un futuro más prometedor.
Gemma, al escuchar la noticia, se llenó de alegría. Con su cabello verde oscuro ondeando y sus ojos dorados brillando, corrió a abrazar a Lance cuando él entró por la puerta después de recibir la noticia.
—¡Lance, eso es increíble! —exclamó Gemma, abrazándolo con fuerza—. Estoy tan feliz por ti. ¡Este es un gran paso!
Lance sonrió, abrazándola con ternura y sintiendo una oleada de gratitud por el apoyo de Gemma.
—Gracias, Gemma. Tu entusiasmo significa mucho para mí. Estoy emocionado por esta oportunidad y espero que podamos disfrutar de los frutos de este trabajo juntos.
Mientras Gemma y Lance compartían su entusiasmo, Oliver observaba desde un rincón de la sala con una expresión que era difícil de leer. Aunque el éxito de Lance debería haber sido una ocasión alegre para todos, Oliver no podía evitar sentirse desplazado. La atención que Lance estaba recibiendo, la admiración de Gemma y la creciente distancia entre ellos lo hacían sentir incómodo y excluido.
—Qué bien para ti, Lance —dijo Oliver, su tono mezclando sarcasmo con un aire de indiferencia—. Seguro que será algo grandioso. Espero que esta vez sí logres cumplir con todas tus expectativas.
Lance, notando la falta de entusiasmo en la voz de Oliver, frunció el ceño.
—Oliver, ¿no estás contento por mí? —preguntó, intentando entender el motivo detrás de su actitud—. Esta es una gran oportunidad, y sería bueno que todos estemos emocionados por esto.
Oliver, con un gesto de resignación, se encogió de hombros.
—Solo pienso que es un poco ridículo cómo todos se vuelven locos por cada pequeño éxito. No estoy seguro de que esto cambie mucho para nosotros —respondió, evitando el contacto visual.
Gemma, captando la tensión en la conversación, miró a Oliver con preocupación.
—Oliver, no es que Lance no se esfuerce. Esta oportunidad es importante para él y para nosotros. ¿Por qué no puedes ser un poco más positivo?
Oliver soltó una risa amarga y se dio media vuelta.
—Porque, Gemma, mientras Lance recibe toda la atención, yo sigo aquí, lidiando con mis propias frustraciones. Tal vez no sea tan sencillo para mí como parece para ustedes.
La tensión en la sala era palpable, y Lance sintió el peso de las palabras de Oliver. Sabía que su hermano estaba luchando con su propio sentido de identidad y sus emociones, pero también entendía que el éxito de uno no debía ser motivo de resentimiento para el otro.
—Oliver, si hay algo que te preocupa o te molesta, deberías hablarlo —dijo Lance, tratando de mantener un tono calmado—. Estamos en esto juntos, y no quiero que te sientas excluido.
Oliver, al escuchar la sinceridad en la voz de Lance, se detuvo en seco. Sabía que Lance estaba tratando de alcanzar una comprensión mutua, pero su propia frustración le impedía aceptar el apoyo de manera abierta.
—No sé si ahora es el mejor momento para hablar —murmuró Oliver, comenzando a caminar hacia su habitación—. Solo necesito un poco de tiempo para procesar todo esto.
Con esas palabras, Oliver se dirigió a la salida, cerrando la puerta detrás de él con un suave golpe. La casa se sumió en un silencio incómodo, con Lance y Gemma intercambiando miradas preocupadas.
—No sé qué hacer para ayudar a Oliver —dijo Lance, mirando a Gemma con una expresión de frustración—. Quiero que él también se sienta parte de esto, pero parece que no sabe cómo manejar sus sentimientos.
Gemma, tratando de ofrecer consuelo, puso una mano en el brazo de Lance.
—Lo intentaremos, Lance. A veces las personas necesitan tiempo para adaptarse a los cambios. Sigamos mostrándole que nos importa, y quizás eventualmente pueda encontrar su camino.
Mientras el sol seguía brillando afuera, la casa se mantenía en un delicado equilibrio entre la celebración y la preocupación. Lance y Gemma sabían que la aceptación de Lance en la producción era un gran logro, pero también comprendían que el desafío de mantener la armonía familiar era igual de importante.
El tiempo sería el que finalmente revelaría si Oliver podría encontrar su lugar en esta nueva etapa
El sol estaba alto en el cielo, proyectando su luz sobre las calles de la ciudad mientras Oliver caminaba lentamente por la acera. La ciudad estaba en un punto de transición, con nuevas tecnologías emergentes que transformaban el paisaje urbano, y Oliver se sentía atrapado entre el viejo y el nuevo mundo. Su mente estaba ocupada con pensamientos sobre los recientes cambios en su vida y la creciente distancia que sentía con Lance y Gemma.
Mientras caminaba, Oliver observaba a la gente que pasaba a su lado, notando las conversaciones y las interacciones con un sentido de desconexión. La gente parecía inmersa en sus propios mundos, y Oliver, con sus habilidades recién descubiertas, podía sentir una extraña conexión con ellos. No era algo que entendiera completamente, pero cuando su habilidad mágica se activaba, podía ver fragmentos de los recuerdos de las personas como si fueran imágenes efímeras en su mente.
De repente, mientras estaba distraído con sus pensamientos, Oliver chocó accidentalmente con un hombre mayor que caminaba por la calle. El impacto lo hizo tambalear y casi caer al suelo. El hombre, sorprendido y molesto, lo miró con desdén.
—¡Mira por dónde vas, idiota! —gritó el hombre, su voz cargada de irritación—. ¿No puedes tener más cuidado?
Oliver, sintiendo la irritación del hombre y un resentimiento creciente hacia el mundo que lo rodeaba, no respondió. En su lugar, sintió que una oleada de energía mágica se acumulaba en su interior. Sin pensar demasiado, extendió una mano y tocó la cara del hombre con una rapidez calculada.