El estudio estaba lleno de actividad, con el bullicio de los preparativos para la nueva producción que se avecinaba. Lance y Oliver se encontraban en el vestíbulo del estudio, esperando ser llamados para la audición que decidiría quién obtendría el papel principal en la próxima película. La tensión en el aire era palpable, y ambos hermanos se preparaban para enfrentarse en una competencia que no solo definirá sus carreras, sino también su relación.
Lance estaba vestido con un traje elegante, su porte confiado y profesional. La noticia de su participación en la película había generado gran expectación, y él estaba decidido a aprovechar al máximo la oportunidad. Se movía por el lugar con una confianza que solo venía de años de experiencia en la industria.
Oliver, por otro lado, parecía tenso y concentrado. Había estado trabajando arduamente para alcanzar el nivel de Lance, y esta audición era su oportunidad de demostrar que podía estar a la altura. A pesar de sus habilidades mágicas y su creciente influencia en el estudio, Oliver sabía que tendría que esforzarse al máximo para superar a su hermano.
—Buena suerte, Oliver —dijo Lance con una sonrisa amistosa, aunque sus ojos revelaban una mezcla de competitividad y preocupación.
—Lo mismo para ti —respondió Oliver, tratando de mantener la calma, aunque sus nervios estaban a flor de piel. —Espero que el mejor obtenga el papel.
El director de la película, un hombre de mediana edad con una reputación de ser exigente, apareció en la puerta del despacho. Su mirada recorrió a ambos actores con una evaluación crítica.
—Lance, Oliver, están listos para la audición. Los llamaré uno a uno.
Lance asintió y se dirigió al despacho con confianza. Mientras cruzaba la puerta, Oliver se quedó solo en el vestíbulo, sus pensamientos corriendo a toda velocidad. Recordaba las palabras del ser de fuego azul en la habitación blanca, y su determinación de proteger a Gemma y de no dejar que el resentimiento lo consume.
El tiempo se alargó mientras esperó su turno. Cuando Lance salió del despacho, su rostro mostraba una mezcla de satisfacción y nerviosismo. Se dirigió a Oliver con un gesto de ánimo.
—Haz lo mejor que puedas —le dijo Lance, con una expresión que, aunque cálida, no podía ocultar la competencia subyacente.
Oliver asintió, sintiendo una mezcla de nervios y determinación. Se dirigió al despacho cuando el director lo llamó. Dentro, el ambiente era serio y profesional. El director le dio un breve resumen del papel y luego le pidió que realizara una prueba de escena.
Oliver se preparó para el papel, concentrándose en la emoción y en la profundidad que podía aportar a su interpretación. Con cada línea que recitaba, se sumergía en el personaje, su habilidad mágica fluyendo a través de él para darle una intensidad que lo diferenciaba. Sabía que esta era su oportunidad de destacar y mostrar su verdadero potencial.
Cuando terminó su audición, salió del despacho con una mezcla de alivio y ansiedad. Lance y Oliver se encontraron nuevamente en el vestíbulo, el silencio que se había instalado entre ellos lleno de un entendimiento tácito. Ambos sabían que esta competencia había sido dura, pero también una oportunidad para demostrar su talento.
—Hiciste bien —dijo Lance, rompiendo el silencio. —No importa lo que pase, estoy orgulloso de ti.
Oliver le lanzó una mirada agradecida. Aunque la competencia había sido intensa, las palabras de su hermano le dieron un poco de paz.
—Gracias —respondió Oliver, sintiendo una chispa de esperanza en medio de su incertidumbre.
El director finalmente apareció y reunió a ambos actores. Con una sonrisa en el rostro, anunció la decisión.
—Después de revisar todas las audiciones, hemos tomado una decisión. Lance, has sido elegido para el papel principal. Sin embargo, Oliver, tu actuación fue impresionante y ha dejado una gran impresión en nosotros. Queremos ofrecerte un papel secundario importante que creemos que será una excelente oportunidad para ti.
Lance miró a Oliver con una mezcla de alivio y satisfacción. Oliver, aunque inicialmente decepcionado, mostró una sonrisa de gratitud.
—Estoy contento de que tengas una oportunidad —dijo Oliver, extendiendo la mano para felicitar a Lance.
—Lo mismo para ti —respondió Lance, estrechando la mano de su hermano con sincero aprecio.
El director se alejó, dejando a los dos hermanos en un momento de reflexión. Sabían que el camino por delante no sería fácil.
Oliver se sentía frustrado mientras caminaba por los pasillos del estudio, su mente dándole vueltas a la reciente audición. Aunque había asegurado un papel en la película, no había sido el principal, y eso le quemaba por dentro. Mientras se dirigía a recoger sus pertenencias, trataba de calmarse, pero la ira y el resentimiento le pesaban en el pecho.
Al girar una esquina, se detuvo en seco al ver a una chica apoyada casualmente contra la pared. Tenía aproximadamente su edad, con un aire despreocupado pero observador. Su cabello oscuro caía en ondas suaves alrededor de su rostro, y sus ojos lo miraban con curiosidad.
—Hola, lamento lo del papel —dijo la chica, sin rodeos, captando de inmediato la atención de Oliver.
Oliver levantó una ceja, sorprendido por la franqueza de la chica. —Gracias, supongo —respondió con un tono algo cortante, aunque no pudo evitar mirarla más de cerca.
—Natasha —se presentó, sin perder la compostura. —Trabajo como modelo aquí, pero suelo escuchar cosas.
Oliver asintió, algo desconcertado, pero sin ganas de alargar la conversación. Comenzó a alejarse, cuando Natasha lo detuvo con un comentario casual que captó su interés.
—He oído hablar de muchos actores que hacen locuras por conseguir lo que quieren —dijo, como si fuera la cosa más normal del mundo. —Supongo que esa es la realidad en este tipo de trabajo.
Oliver se giró lentamente hacia ella, intrigado. —¿Locuras? —preguntó, intentando sonar indiferente, pero no pudo evitar que un ligero brillo de interés se asomara en sus ojos.