Oliver había pasado semanas preparando cada detalle para la audición que se acercaba. Se había sumergido completamente en su papel, dedicando horas a perfeccionar cada línea, cada gesto, cada expresión. Esta vez, Lance no estaría compitiendo por el protagónico, y Oliver estaba decidido a que este fuera su momento.
La casa, que una vez había sido un refugio tranquilo, ahora estaba llena del eco de sus ensayos. El espejo del salón se había convertido en su confidente, reflejando cada emoción que intentaba transmitir. Se decía a sí mismo que este sería el papel que finalmente lo catapultaría más allá de la sombra de Lance. Sentía que todo lo que había soportado, todo el esfuerzo, la envidia, y el poder que había comenzado a desarrollar, lo habían llevado hasta este punto.
Mientras Oliver ensayaba una y otra vez, en una habitación contigua, Gemma estaba sentada junto a Rose. La niña de cabello verde oscuro observaba a Oliver con una mezcla de curiosidad y preocupación. Había notado el cambio en él, la intensidad en su mirada, y cómo ya no la veía con la misma calidez que Lance.
—Está muy concentrado —comentó Rose en voz baja, mientras observaba a Oliver practicar a través de la puerta entreabierta.
—Sí —respondió Gemma, girando su cabeza hacia Rose—. ¿Crees que está bien? No ha hablado mucho conmigo últimamente.
Rose hizo una pausa antes de responder. Ella también había notado el cambio en Oliver, cómo se había vuelto más distante, más cerrado. Aunque siempre había sido ambicioso, parecía que algo más profundo lo estaba impulsando ahora.
—Creo que solo está muy enfocado —dijo finalmente Rose, intentando encontrar una explicación lógica—. Quiere demostrar que puede hacerlo por sí mismo, sin depender de Lance.
Gemma asintió, pero no podía sacudirse la sensación de inquietud. Oliver solía bromear con ella, pero últimamente su comportamiento había cambiado. Ya no la molestaba de la misma manera, ni se mostraba tan interesado en lo que hacía, a menos que fuera para aprovechar sus habilidades. Su reciente dedicación al papel parecía haber desplazado cualquier otra cosa en su vida.
—¿Crees que va a estar bien? —preguntó Gemma en un susurro, sus ojos dorados brillando con incertidumbre.
Rose sonrió suavemente y le dio una palmadita en la cabeza.
—Estoy segura de que estará bien, Gemma. A veces, las personas se obsesionan un poco cuando quieren algo con todas sus fuerzas. Solo necesita tiempo.
Pero mientras Rose intentaba tranquilizar a Gemma, no podía evitar sentirse algo inquieta. Había algo en la forma en que Oliver se comportaba últimamente, una intensidad que no había visto antes. No era solo ambición, sino algo más oscuro, algo que hacía que incluso ella se sintiera un poco incómoda al estar cerca de él.
—Vamos, deberíamos darle espacio —dijo finalmente, tomando la mano de Gemma y guiándola hacia la puerta—. Necesita concentrarse para su audición.
Mientras salían de la habitación, Oliver continuaba practicando, sus ojos fijos en el reflejo que le devolvía una imagen de determinación feroz. Había mucho en juego, y estaba preparado para hacer lo que fuera necesario para asegurar su éxito.
Sin embargo, en lo profundo de su mente, sabía que la audición no era solo una prueba de actuación, sino un paso más hacia el control que tanto deseaba. Y cuando lo lograra, no solo se liberaría de la sombra de Lance, sino que comenzaría a forjar su propio camino, sin importar el costo.
Oliver sostuvo el guion con firmeza, sus ojos repasando cada línea como si fuera un mantra. Este papel representaba más que una simple actuación; era su oportunidad de demostrarle al mundo, y a sí mismo, que podía ser algo más que el hermano menor de Lance.
Miró su reflejo una vez más, dejando que la determinación se asentara en sus rasgos. Cada palabra que pronunciaba, cada emoción que transmitía, era un paso más hacia su objetivo. No podía permitirse el lujo de fallar; solo tenía una oportunidad para lograrlo, y no la desaprovecharía.
"Voy a salir de su sombra," pensó, apretando el guion. "Este es mi momento."
El día de la audición llegó finalmente, y Oliver estaba en el centro del escenario, rodeado de luces brillantes y una sala llena de miradas expectantes. Había ensayado hasta el agotamiento, y al entrar en la sala, cada palabra, cada movimiento fluía con una precisión y pasión que lo hacían destacar. Cuando terminó su actuación, se sintió satisfecho, convencido de que había dado lo mejor de sí mismo.
Horas después, en la sala de resultados, Oliver estaba nervioso pero esperanzado. Había visto a otros aspirantes fallar, pero su actuación había sido diferente, una mezcla de habilidad y emoción que, a su juicio, lo había hecho destacar. Mientras los jueces se preparaban para anunciar su decisión, el corazón de Oliver latía con fuerza, sus pensamientos estaban llenos de la posibilidad de finalmente lograr el reconocimiento que tanto deseaba.
Finalmente, el momento llegó. Los jueces se dirigieron al micrófono, y Oliver se acercó con la esperanza brillando en sus ojos. Pero cuando el resultado fue anunciado, el impacto fue como un golpe frío y seco.
—Lamentablemente, el papel principal no se lo quedará ninguno de los aspirantes que participaron en la audición —dijo el juez con voz grave—. Hemos decidido contactar directamente a Lance para que asuma el papel.
Las palabras resonaron en la sala, y el mundo de Oliver se desmoronó. Su mente intentó procesar lo que acababa de escuchar. ¿Cómo podía ser esto posible? Había dado todo de sí, había superado a todos, y ahora, el papel que tanto deseaba había sido entregado directamente a su hermano.
Oliver sintió una ola de desilusión y furia. La sala parecía girar a su alrededor mientras intentaba mantener la compostura. Las palabras de los jueces se perdieron en el ruido de sus pensamientos. La realidad se estaba desmoronando a su alrededor, y todo lo que había trabajado con tanta dedicación no parecía valer nada.