Durante el desayuno, Oliver miraba distraídamente su reflejo en la ventana mientras jugueteaba con su taza de café. La niña, Gemma, se sentaba frente a él, disfrutando de su comida, pero su atención se centraba en las expresiones cambiantes de Oliver. Parecía que algo lo inquietaba.
—¿Crees que debería teñirme el cabello? —preguntó de repente, rompiendo el silencio de la mañana.
Gemma lo miró, sorprendida. Sabía que Oliver solía preocuparse por su apariencia, sobre todo desde que había empezado a ser más reconocido, pero esa pregunta parecía salir de un lugar más profundo. Sabía que algo lo estaba molestando, aunque no podía entender completamente qué.
—No lo sé... —respondió lentamente, pensando en sus palabras—. ¿Por qué quieres teñírtelo?
Oliver se encogió de hombros, evitando su mirada por un momento.
—No quiero ser comparado con Lance todo el tiempo —dijo, finalmente—. Si al menos cambiara algo, como mi cabello, la gente podría verme diferente.
Gemma lo miró con una mezcla de confusión y empatía. Sabía lo mucho que Oliver se esforzaba por diferenciarse de su hermano, pero también le parecía una razón extraña para hacer un cambio tan grande.
—Pues... —comenzó, dudando un poco—, a mí me gusta cómo eres. No creo que debas cambiar solo por lo que piensen los demás.
Oliver levantó la mirada, sorprendido por la sinceridad en las palabras de Gemma. Ella le sonrió de manera inocente.
—Además, el rojo te queda bien —añadió con una pequeña risa—. No te imagino de otro color.
Oliver esbozó una leve sonrisa, aunque aún había una lucha interna en él. Sabía que lo que Gemma decía tenía sentido, pero la sombra de Lance siempre parecía estar presente, afectando cada decisión que tomaba. Sin embargo, por un momento, la ligereza de la conversación le permitió relajarse, olvidándose de las comparaciones y expectativas.
—Tal vez —respondió al final—. Quizás simplemente debería enfocarme en lo que de verdad importa.
Oliver caminaba por las calles de la ciudad, intentando despejar su mente. Había salido con la intención de comprar algunas cosas para la casa, pero mientras recorría las tiendas, sus pensamientos volvían una y otra vez al tema de su apariencia. Aunque había intentado dejar atrás la idea de teñirse el cabello, el deseo de ser diferente a Lance seguía rondando en su cabeza.
Después de pasar por varias tiendas, Oliver entró en una tienda de belleza, algo que normalmente no haría. Mientras caminaba por los pasillos llenos de productos, su mirada se detuvo en una estantería llena de tintes para el cabello. Colores vibrantes y atrevidos se alineaban frente a él, pero uno en particular llamó su atención: un tinte azul intenso.
Se detuvo frente al estante y tomó la caja en sus manos. Miró el color en la imagen del empaque, un azul oscuro y brillante que contrastaría completamente con su cabello pelirrojo. Durante unos segundos, se quedó allí, contemplando la decisión. Si se teñía el cabello de azul, no solo sería una declaración de que estaba listo para ser visto como algo más que la sombra de Lance, sino que también marcaría un punto de no retorno.
"Este color es lo opuesto a todo lo que he sido hasta ahora", pensó. "Tal vez eso es lo que necesito."
Sin pensarlo mucho más, llevó la caja hacia la caja registradora. Pagó rápidamente y salió de la tienda, sintiendo una extraña mezcla de emoción y nerviosismo. Mientras caminaba de vuelta a casa, sostenía el tinte azul en su mano, sabiendo que en ese pequeño frasco se encontraba una decisión que podría cambiar cómo lo veían los demás, y más importante aún, cómo se veía él mismo.
Mientras el viento fresco de la tarde golpeaba su rostro, Oliver sonrió para sí mismo, sintiendo que estaba un paso más cerca de separarse de la imagen de Lance.
Cuando Oliver llegó al estudio, notó que Lance estaba ocupado en una reunión con algunos productores, gesticulando y hablando con entusiasmo. Por otro lado, Rose estaba con Gemma, ayudándola a organizar algunas cosas mientras ambas reían despreocupadamente. Oliver, queriendo evitar a su hermano por el momento, se dirigió a la mesa donde se acumulaban los guiones y proyectos futuros.
Empezó a revisarlos con desinterés, pasando las páginas sin realmente prestar atención, hasta que algo captó su atención. Entre los papeles, vio que Lance tenía varios proyectos importantes en marcha, cada uno con nombres reconocidos y oportunidades que parecían consolidar aún más su carrera como actor. La frustración de Oliver creció al ver cómo Lance seguía acaparando el éxito que él tanto anhelaba.
Sin embargo, lo que realmente detuvo su mano fue un proyecto en particular, una idea de una cinta dirigida específicamente para la niña. El guion mencionaba un papel central para una "joven prodigio con habilidades sobrenaturales". Sin dar más detalles, Oliver entendió inmediatamente que los productores habían visto algo en Gemma, algo que él mismo ya sabía: la niña tenía un potencial inmenso, no solo por su carisma, sino por sus poderes.
El hecho de que Lance estuviera relacionado con este proyecto lo irritaba aún más. "¿Ahora también quieren hacer una película para ella?", pensó, apretando los puños. El éxito de Gemma podría superar incluso el de Lance, y de alguna manera, Oliver sintió que él debía ser el único en controlar esa situación.
Mientras miraba el guion, ideas comenzaron a formarse en su mente. "Si ella va a ser una estrella, debería ser bajo mi influencia... No la de Lance."
Con esa nueva determinación, Oliver dejó el guion sobre la mesa y salió de la oficina. Su plan empezaba a tomar forma, y sabía que tendría que actuar rápido si quería asegurarse de que Gemma fuera su "corona", tal como lo había imaginado desde hace tiempo.
Después de acomodar los guiones y asegurarse de que todo estaba en orden, Oliver decidió aprovechar la oportunidad para dirigirse a la sesión de fotos en la que estaba programado. Mientras caminaba hacia el estudio de fotografía, su mente seguía procesando la idea de cómo cambiar los planes para convertirse en el promotor de Gemma, controlar su ascenso y asegurarse de que él fuera el único que la llevara al estrellato.