El inicio

Oliver se ajustó la chaqueta oscura frente al espejo, admirando su nueva apariencia con un toque de satisfacción. El traje era más formal de lo que solía usar, una elección calculada. En su mente, era un reflejo de su nuevo papel: el hermano mayor responsable, el hombre de la familia. Aunque, en el fondo, no era más que una fachada. Sabía que la gente lo observaba con una mezcla de expectativa y pena tras la muerte de Lance, y él estaba dispuesto a aprovechar esa atención a su favor.

Cuando bajó las escaleras, Rose lo miró con asombro, sin poder ocultar la confusión en sus ojos.

—Te ves... diferente —comentó con una sonrisa nerviosa—. Más... ¿maduro?

Oliver sonrió con una tranquilidad que casi parecía genuina.

—Es lo que toca ahora —respondió, con tono firme—. Alguien tiene que seguir adelante. Lance lo habría querido así.

Rose asintió, sintiéndose orgullosa de la forma en que Oliver parecía afrontar la situación. Después de todo, estaba asumiendo un papel más serio, más adulto, cuando todos esperaban que se derrumbara por la pérdida de su hermano. Era admirable, o al menos, eso pensaba Rose.

Mientras tanto, Gemma observaba en silencio desde el marco de la puerta. Sus alas aún estaban visibles, aunque retraídas. La tristeza en su rostro era evidente, pero también había algo más: una duda silenciosa, una sensación de que algo no estaba bien. Oliver se giró hacia ella, extendiéndole la mano.

—Vamos, Gemma —dijo, con una sonrisa que no llegó a sus ojos—. Hoy es un día importante. Vamos a los estudios.

Gemma dudó por un momento, pero finalmente tomó la mano de Oliver. El chico la condujo hacia la salida con pasos firmes, mientras Rose los observaba desde la distancia. Aunque estaba orgullosa de la forma en que Oliver parecía manejar las cosas, no podía evitar sentir una pequeña punzada de inquietud. Algo en su comportamiento no terminaba de encajar. Pero decidió no decir nada por el momento.

Mientras se dirigían hacia los estudios, Gemma caminaba junto a Oliver en silencio, observándolo de reojo. Sabía que algo había cambiado en él desde la muerte de Lance, pero no lograba entender qué. Sentía que la situación la estaba empujando hacia un abismo que no comprendía, y aunque intentaba mantenerse fuerte, cada vez era más difícil confiar en Oliver como lo hacía antes.

Oliver, por su parte, sentía que todo estaba finalmente cayendo en su lugar. La corona estaba más cerca de lo que jamás había estado, y nada, ni siquiera la sombra de Lance, podría detenerlo ahora.

Al llegar al estudio, Oliver caminó con confianza junto a Gemma, ahora con su aspecto más formal, y se dirigió directamente hacia el productor, que estaba revisando unos papeles en una pequeña oficina. Oliver ya había pensado bien en cómo introducir a Gemma, o más bien, "Fer", como ahora prefería llamarla. Era parte de su plan para alejarla de la imagen que Lance había proyectado sobre ella. Era su oportunidad de convertirla en la pieza clave de su propia carrera.

—Aquí está "Fer" —dijo Oliver, presentándola con un gesto amplio—. Ella es increíble, tiene un talento único que sorprenderá a todos.

Pero Gemma, quien había estado en silencio hasta ese momento, lo corrigió suavemente.

—Me llamo Gemma —dijo, mirando al productor, quien la observaba con creciente interés.

El productor levantó una ceja, pero no pareció importarle la corrección. En su lugar, la miró detenidamente, como si ya la hubiera visto antes. Se inclinó hacia adelante, con un brillo de reconocimiento en los ojos.

—Espera un momento… tú eres la niña del truco, ¿verdad? —preguntó el productor, su tono cambiando de la sorpresa al interés—. Vi ese video que se hizo viral, el del truco de magia. Eres… impresionante.

Gemma bajó la mirada, incómoda con la atención, pero Oliver intervino rápidamente.

—Sí, ese fue solo el comienzo. Tiene mucho más para mostrar. Estoy seguro de que con tu ayuda, podríamos llevar su talento a otro nivel.

El productor asintió, claramente intrigado.

—Podría ser algo grande… Muy grande. —Se levantó de su silla y se acercó a Gemma, sonriendo—. Podríamos hacer algo realmente único contigo.

Oliver, viendo que la conversación estaba yendo en la dirección que quería, sintió una oleada de satisfacción. Sabía que tenía al productor justo donde lo quería, y que este era solo el primer paso para llevar a Gemma al estrellato bajo su control. Lo único que importaba era mantener el rumbo y asegurarse de que nadie, ni siquiera ella misma, lo detuviera.

Oliver se acercó más a Gemma, poniendo una mano en su hombro con un gesto de aparente protección. Sus ojos se oscurecieron levemente, pero su voz sonaba suave, casi afectada por la tragedia que mencionaba.

—Desde que mi hermano falleció —comenzó a decir con un tono más bajo y melancólico—, ha sido muy duro para todos. Especialmente para Gemma. Él significaba mucho para ella… —Miró al productor con una expresión de tristeza que parecía sincera—. Ha estado muy afectada, y quiero ayudarla a sobrellevar este dolor de la mejor manera que pueda. A veces, distraerse con algo que disfrute, algo que la motive, puede ser lo que necesita.

Gemma permaneció en silencio, aún sintiendo la incomodidad que le generaba toda la atención. Sabía que la pérdida de Lance era algo que le dolía profundamente, pero también sentía que Oliver estaba manipulando la situación de alguna manera. Sin embargo, en ese momento, no encontró las palabras para contradecirlo.

—Creo que algo de trabajo, algo que la inspire, podría ser el escape que necesita para superar esto —añadió Oliver, acercando a Gemma un poco más hacia él—. Ella tiene tanto talento… sería una pena que no lo aprovechara. Y, además, estoy seguro de que con tu dirección, podríamos hacer algo que no solo la ayudaría a ella, sino que también sería un gran éxito.

El productor lo miró detenidamente, asintiendo lentamente. Aunque podía ver la ambición en Oliver, también reconocía la oportunidad que se le presentaba.