Escape del Reflector

Rescate

Mientras los niños continuaban su búsqueda, Diaval apareció de repente, con un folleto en la mano y una expresión de triunfo en su rostro.

—¡Miren lo que encontré! —exclamó, agitando el folleto frente a ellos.

Hiroshi y Ryuho se acercaron, curiosos.

—¿Qué es eso? —preguntó Ryuho, frunciendo el ceño.

—Es un folleto de la ciudad —respondió Diaval, señalando con entusiasmo—. Dice que aquí hay un mapa con las casas de los famosos. ¡Podríamos encontrar a Gemma en alguna de estas!

Netter, con su característica calma, alzó una ceja.

—¿Y por qué no lo dijiste antes? —inquirió, sintiendo que estaban perdiendo tiempo.

Diaval hizo una mueca, intentando justificar su retraso.

—Estaba distraído buscando algo para comer. Además, esto es mucho más importante, ¡miren! —dijo mientras desplegaba el mapa, mostrando varias marcas que señalaban las casas de celebridades, incluida una con un gran corazón alrededor que claramente pertenecía a Oliver.

—¿Y cómo sabes que Gemma está aquí? —preguntó Hiroshi, mirando el mapa con escepticismo.

—Porque... porque Oliver debe tenerla cerca para controlarla —replicó Diaval, con un tono que intentaba ocultar su inseguridad. Pero el hecho de que la casa de Oliver estuviera marcada hizo que todos sintieran un escalofrío.

—Esto no puede ser una coincidencia —dijo Ryuho, señalando el mapa—. Si encontramos la casa de Oliver, podríamos descubrir qué le ha hecho a Gemma.

—Pero necesitamos un plan —añadió Netter, sintiendo que la tensión crecía en el grupo—. No podemos simplemente entrar y esperar a que todo salga bien.

Hiroshi miró a sus amigos y asintió, la determinación reflejada en su mirada.

—Entonces vamos a prepararnos. Necesitamos averiguar cómo acercarnos sin ser vistos. Si Oliver está con ella, no será fácil.

Con el mapa en mano, el grupo comenzó a discutir estrategias, cada uno aportando ideas sobre cómo podrían infiltrarse en la casa de Oliver y rescatar a Gemma, mientras la esperanza empezaba a florecer en sus corazones.

Los 4 niños corrieron y buscaron hasta llegar a la gran propiedad

Mientras los niños discutían sus planes, Diaval, impaciente y decidido, no prestaba atención. Su mente estaba completamente centrada en encontrar a Gemma, y el tiempo que pasaba discutiendo estrategias le parecía una pérdida. Sin avisar a los demás, se acercó a la gran casa de Oliver con una determinación desmedida.

La mansión se alzaba imponente, con una verja alta y un jardín bien cuidado que rodeaba la entrada principal. Diaval, con su forma de cuervo, voló hasta el jardín y, sin pensarlo dos veces, se posó sobre el alféizar de una ventana ligeramente abierta. Sin mucho esfuerzo, se deslizó por la abertura y entró en la casa.

Dentro, la casa estaba silenciosa, con lujosos muebles y decoraciones elegantes que contrastaban con el ambiente tenso que se avecinaba. Diaval se movió con rapidez, deslizándose entre las sombras y buscando señales de Gemma. Los pasillos estaban adornados con fotografías y premios, y los ecos de pasos en los corredores indicaban que Oliver podría estar cerca.

Mientras tanto, Hiroshi, Ryuho y Netter, al darse cuenta de que Diaval se había adelantado, lo siguieron de cerca, tratando de no hacer ruido. Sin embargo, al llegar a la entrada principal, vieron que Diaval ya había pasado a través de una puerta que se había cerrado detrás de él.

—¡Diaval, espera! —susurró Hiroshi, pero no hubo respuesta.

Diaval continuó su búsqueda, moviéndose con determinación a pesar de la falta de cautela. Al girar una esquina, se encontró frente a una habitación con la puerta entreabierta. Dentro, el ruido de una televisión y murmullos ocasionales indicaban que alguien estaba presente.

Con un salto, Diaval se metió en la habitación, y sus ojos se encontraron con Oliver, que estaba sentado frente a un escritorio cubierto de documentos y fotos de Gemma. La expresión de Oliver era una mezcla de frustración y satisfacción, completamente ajeno a la presencia de Diaval.

—¿Dónde está ella? —murmuró Diaval para sí mismo, preparándose para buscar más a fondo.

Sin embargo, su entrada tan directa no pasó desapercibida. Oliver, al notar un movimiento en el rincón de su ojo, giró la cabeza y vio al pequeño cuervo con los ojos llenos de ira y determinación.

—¡Tú! —gritó Oliver, levantándose de golpe—. ¿Qué haces aquí?

El grito de Oliver resonó por la mansión, y Diaval, consciente de que había sido descubierto, se preparó para enfrentar la confrontación que estaba a punto de estallar.

Diaval, sintiendo la rabia y la adrenalina surgiendo dentro de él, se lanzó hacia Oliver con la intención de atacar. Con un grito agudo, sus alas se desplegaron y se convirtió en un pequeño torbellino negro, dirigiéndose directo hacia la figura imponente de Oliver. Sin embargo, Oliver, con una agilidad sorprendente, levantó la mano y detuvo a Diaval en el aire como si de un juguete se tratara.

—¿Creías que podías vencerme, pequeño? —se burló Oliver, apretando el agarre y lanzando a Diaval contra la pared con un movimiento brusco.

El impacto resonó en la habitación mientras Diaval caía al suelo, aturdido pero no dispuesto a rendirse. Justo detrás de él, Ryuho y Netter entraron en acción. Ryuho, con su determinación de elemental de tierra, se lanzó hacia Oliver, sus manos brillando con una luz verdosa mientras intentaba utilizar sus habilidades para desestabilizarlo. Al mismo tiempo, Netter, convertido en niño, se abalanzó con una valentía inusitada, tratando de morder el tobillo de Oliver.

—¡No te atrevas a tocar a Gemma! —gritó Ryuho, pero la expresión de Oliver seguía siendo de desprecio.

Con un movimiento rápido, Oliver apartó a Ryuho de un empujón, haciéndolo caer de rodillas, y pateó a Netter con la otra pierna, mandándolo a un lado. La situación parecía desesperada, pero mientras tanto, Hiroshi aprovechó el caos para deslizarse hacia el pasillo en busca de Gemma. Su corazón latía rápidamente, impulsado por la urgencia de encontrarla.




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