Oficinas del FBI, Nueva York.
07 de junio 2018
Nathaniel Carrington.
Destruir mi oficina no era una opción pero en estos momentos la desesperación me atacaba, dos intentos fallidos en mi corta pero exitosa carrera no me había topado con esto, los fallos no eran parte de mi vida pero parecía que desde que tomé este caso era lo que se venía a mi carrera. Aun recordaba las palabras del antiguo agente a cargo, Cromwell había sido muy específico acerca de la familia escarlata.
"Son el grano en el trasero más profundo y doloroso que podrás tener, llevo 3 años de mi Carrera atascado aquí llega un punto donde piensas que son realmente fantasma o que no existen."
Debí creerle pero el ego era algo poderoso yo no perdí y no quería hacerlo esta vez, pero ahora parecía que la vida me quería dar una gran patada en los testiculos. En vez de destruir la oficina solo apuñalo un paquete de Post-it con mi pluma, prefiero esto a tener que reponer todo el equipo que rompa aunque no sería un problema hacerlos, prefiero mantener la compostura no puedo dejar que los demás me vean haciendo una escena. Un Carrington nunca hace dramas. Escucho como tocan a mi puerta y es Taylor una de las agentes que están a mi cargo.
—Este es el informe de los forenses, la alarma de la boutique dice que fue activada a las 7:10 y la primera en patrulla tardo en llegar exactamente 10 minutos. La activaron a propositivo cuando terminaron.–pasó mi mano por mi rostro frustrado.—El museo reportó que los guardias fueron dormidos, las cámaras intervenidas y los sensores alterados. Ninguna huella o criba. Nada.
—Como fantasmas.–concluyó.
—Así es jefe, aunque dudo que los fantasmas pudiera robar todo esto.–objeta. Taylor era una agente comprometida que era solicitada en Washington para la división de drogas.—Según los patrones de la boutique apuntan a los escarlata, pero el museo hubo otro modus operandi extra muy distinto al de los escarlata, que coincide con el griego. Encontramos esta tarjeta en una de más paredes del museo.–arroja una bolsa de evidencia y veo la tarjeta, siempre dejaba una tarjeta con un Dios griego.
—Afrodita, diosa de la belleza.–concluyó.—Tal vez para el, las obran eran belleza.
—Lo dudo, tiene un escrito en la parte de atrás.–dice volteo y veo el impreso. Afrodita era campas de conquistar a cualquier hombre, tú lo los dominas y manipulas.—Es como una extraña carta de amor, si el griego y los escarlata estaban en ese lugar la tarjeta debió ser para Scarlett. Según los pocos registros solo hay dos mujeres pero los expertos dicen de la segunda mujer es mayor arriba de los 35 años.
—Así que Scarlett tiene un novio, aunque si dejo la nota tal vez no sea viceversa pero definitivamente se conocen, así que si atrapamos al griego nos podrá dar un retrato hablo de todos.–sonreí por primera vez.—Avisa que debemos buscar al griego, si no atrapamos a los escarlata por ahora al menos tendremos rostros que darles, eso ayudará a encontrarlos.
—Bien, le dire al equipo.–dice y sale de mi oficina, me recargo sobre mi silla.
El día apenas iba a la mitad y ya había sufrido una migraña además de que sentía llevaba años en este caso, pequeñas victorias aquí y allá pero nada como el premio gordo, atrapar a los escarlata no solo sería como ganarse el Oscar del FBI y que al momento de retirarme temprano podría hacerlo tranquilo. No me quedaba mucho tiempo en la agencia así que lo restaba lo haría dejando el nombre en alto, al mi padre retirarse del grupo yo tendría que tomar el control de toda la compañía, el trabajar aquí solo era un "mientras tanto" y una forma de que mi papá pudiera presumir a su hijo el "héroe" en las conversaciones. Abro la carpeta del expediente de los escarlata, algo debía de haber en esto, alguna pista aunque fuera la más pequeña. Estaba lleno de informes de los múltiples robos, fotografías de las piezas, sus cuantiosas burlas que nos hacían al ir disfrazados y presentarse en un punto público. La última vez había sido en Francia, estábamos esperando el Nueva York, pero hasta el momento no había sucedido lo qué tal vez significaba que seguían en la ciudad. Eso era una ventaja. Tomo la foto de Francia, 7 personas eran bastantes para que en ningún momento hubieran sido vistos, ni un rasgo solo sabíamos que eran muy altos sobre todos los hombres según uno de los analistas tenían una altura mayor al 1.75, al inicio solo eran una pareja pero forme como los años pasaban nuevos iban apareciendo, por lo que los antiguos agentes habían asumido que eran familia, sus hijos.
Antes de aceptar me había informado de todo el caso, además de que la familia escarlata era uno de los temas favoritos del profesor Marshall en Quantico, el había seguido el caso desde el inicio tenia hasta sus propias teorías las cuales tuve que tomar en cuenta al momento de formular todo mi plan de ataque, aunque eran un equipo sabíamos que todos tenían su zona no era posible que un grupo tan grande hiciera todo al mismo tiempo, todo esto era muy metódico y el incluir tantas personas en una sola cosa llevaba al caos. Tareas definidas. Según nuestras teorías era una de las mujeres las que hacia el trabajo de tomar las cosas posiblemente Scarlett. Mire el pizarrón lleno de pruebas y fotografías del lugares, teníamos miles de pistas listas llenas de alias, ciertos patrones, perfiles psicológicos y ahora esta tarjeta del griego, pero todo parecía llevarnos a un callejón sin salida. Eran miles de millones en piezas y objetos robados, mucha gente señalaba al FBI al no poder capturar a los Escarlata, lo que significaba más presión por parte de los superiores.
Habíamos tratado de engañarlos con lo del Met, sabíamos el valor de esas obras y el alto porcentaje de que tratarán de robarlas por eso lo vimos como una ventaja, lo que no previmos real el robo del sangre paloma. Me maldigo por no ver que era una trampa que al final termino con dos robos grandes, tenia buscando los posibles compradores el mercado del arte robado era grande pero normalmente eran millonarios coleccionistas, por lo que tener una lista con personas que pudieran comprar las piezas sería importante. Definitivamente ya no estaban en Nueva York, no se arriesgarían a dejar mucho tiempo las obras aquí aunque con lo descarados que llegaban a ser no me sorprendía que lo hicieran. Quemaría el puto país para encontrar las obras si era necesario, yo no me dejaba ganar por nadie.