Escasez de luna

CAPÍTULO 10: TODO A LA VERDAD

Era muy divertido charlar con Yeisha, se sentía demasiado familiar que me lucía extraño. 

Me contaba de su familia y sus hijos, por lo que me dijo tiene dos hijos, el menor está en Inglaterra tomando sus estudios mientras que el mayor está trabando y regresa a horas muy tardes de la noche. 

Tenía curiosidad por algo, pero no sabía si estaba bien preguntar por lo que preferí jugar un poco con mis dedos sin darme cuenta de que Yeisha me estaba observando. 

—¿Que sucede, cariño? —pregunto con una sonrisa cómplice como si ya supiera que quiero preguntar. 

—No es nada. 

Vi como se limpió las palmas de las manos con el delantal que traía puesto y se acercó a mí, yo, en cambio, seguía plantando semillas en la tierra con cuidado. 

—Esta anciana ya sabe cuando le mienten —dijo con una sonrisa —, ¿Qué sucede? —volvió a preguntar. 

—He escuchado las historias de este pueblo… Sobre… —me detuve un momento, si no sabía lo de los licántropos no se lo diría, pero tenía dudas relacionadas con ello. 

—oh, hablas de los seres mitad humano y mitad lobuna —asintió lentamente. 

—¿usted… cree en eso? —cuestione temiendo decir algo inadecuado o que le pareciera absurdo el tema.

Ella rio un poco haciendo que la curiosidad me invadiera. 

—¿Tú si crees en los hombres lobo? —me regreso la pregunta y pensé por un momento para luego asentir en respuesta. 

A continuación los ojos de las señoras cambiaron, antes estaban de color azul, ahora eran verdes con pequeñas manchas cafés.

Era su loba. Pude sentir la curiosidad e interés de lilith. 

—Usted… —antes de contestar me interrumpió con una sonrisa, su voz era diferente pero no tanto.  

—Nosotras, cariño. Puedo sentir tu loba saludar a la mía —sonrió y sentí mis mejillas ruborizarse, al parecer sabía mucho de esto. Debí parecerle divertida. —, pero me alegro puedas guardar ese secreto muy bien. —me guiño el ojo y reímos. 

—estaba nerviosa —me excusé con una risa nerviosa. 

Después de un momento sus ojos volvieron a la normalidad y me sentía más cómoda de lo normal, comencé hablar sobre leyendas antiguas y tradiciones, Yeisha me contaba algunas de sus experiencias en su juventud. 

Llegamos en un punto en donde comenzamos a hablar del rey alfa. 

—Son seres demasiados fuertes —hablo Yeisha tomando la taza de té.

Ya no estábamos en el jardín, ahora nos encontramos dentro de la mansión en la sala de estar tomando té. Todo el lugar es lindo y moderno, se sintió cálido apenas entre y pude ver algunas estatuas de madera en forma de lobos y humanos, también pinturas muy lindas e interesantes. 

—No son seres que se den muy seguidos, cada mil años es que la diosa envía un alfa dominante capaz manejar a todos los licántropos y traer la paz o la guerra —tomaba la taza como si estuviera perdida en sus pensamientos. 

—¿Cómo es el alfa? —tenía la curiosidad y sabía que Yeisha podía resolverme esa duda. Sus ojos me miraron fijos para luego navegar por la habitación y detenerse en un florero. 

—Frío. Es alguien que no expresa sus sentimientos, no obstante se asegura de que todos estén bien y no tengan ningún problema. Puede parecer un bloque de hielo, pero por dentro es… un misterio curioso extravagante —entreabrió un poco los labios y soltó el aire. 

Me preparé mentalmente para contarle sobre el lobo en mis sueños, creo que era el momento adecuado, no obstante, no sabía como tocar el tema. 

Abrí la boca preparada para preguntar; sin embargo, el sonido de llamada en mi teléfono me hizo tensarme. 

—Será mejor que conteste —Se levantó y tomo las tazas para irse por los pasillos, supongo que irá a la cocina. Saque el móvil del bolsillo trasero de mi vaquero y mire la pantalla donde estaba el nombre de Joshua.

Conteste y lleve el aparto a mi oreja. 

—Hola, Josh. ¿Paso algo? —cuestione con curiosidad. 

—¡Pau, necesito que vengas al hospital, hirieron a Jacob y a Oliver! —su voz era entrecortada y todo el mundo se me vino abajo por un momento. 

—¡¿Qué sucedió?! —Me levante de golpe, mi voz comenzaba a quebrarse. Sentí que pasaría lo peor. 

—No lo sé, los encontré así en la cabaña, creo que los atacaron, tienen golpes en sus cabezas y en el cuello. ¡Solo ven! 

—Estaré allá en 5 minutos —fue lo último que hice antes de colgar, Yeisha apenas comenzaba a acercarse, su rostro se sorprendió cuando vio mis ojos húmedos listos para soltar lágrimas. 

—¿Qué paso? —se acercó rápidamente y puso su mano en mi hombro. 

Yo no contestaba, estaba llamando a Ethan, quiero que llegue antes que yo al hospital por si tardaba en llegar, además de que era hora de buscar más pistas, no podía quedarme de brazos cruzados y lo que pasaba en mis sueños debía esperar. 

No dejaría a mis hermanos solos. 

—Y-Yo necesito irme —. Tome mi bolso con rapidez. Dije con rapidez “adiós, vendré de nuevo” antes de irme. 

Corrí por las calles, algunas personas me miraban confundidos, mis ojos estaban un poco rojos y ardían. 

Apenas llegue al bosque cambie de forma y comencé a correr, la lluvia se avecinaba con truenos y relámpagos, pero no era algo que me importara. A los minutos comenzó las primeras gotas que caían en mi rostro y empañaban mi vista. 

Cuando a lo lejos visualice el pueblo, me oculte detrás de un árbol y me cambie de ropa con rapidez.

Llegue al hospital después de correr por un rato, jadeaba y tenía sudor en la frente, mi garganta ardía como la mierda y sentía que caería en cualquier momento.

—Hola, ¿me podría decir en que habitaciones están Oliver Balker y Jacob Brown? —pregunte a la enfermera que se encontraba al otro lado del mostrador, me miro con desinterés por un momento. 

—un momento —dijo para luego mirar la pantalla de la computadora frente a ella, después de unos segundos me dio el número de habitaciones. —Habitación 27




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