Escasez de luna

CAPÍTULO 14: ES IMPOSIBLE...

Camino por el bosque mirando a los animales que habitan en el, los venados me miran sintiendo mi aura imponente, los conejos corren de terror con las fuertes pisadas de mis patas. 

Olfateo el bosque y me ocupo de que los presentes sepan que he regresado, en realidad nunca me he ido. Siempre he estado al tanto de mi territorio, veo el acantilado a lo lejos y me acerco, el suave viento mueve mi pelaje negro con fuerza; sin embargo, no me inmuta. 

El día está nublado y no ha aparecido la luna, sigo sintiendo un presentimiento que evito pensar mucho para no desconcentrarme de mi trabajo. Doy la vuelta y me dirijo a la mansión, no obstante, no a la de mi madre. 

Era el lugar en donde viviría con mi mate, si tan solo la hubiera encontrado, pero ya era demasiado tarde y lo más probable es que haya hecho su vida sin importarle su pareja destinada o tal vez ni siquiera sepa que existo. En cambio, en mi juventud sí me destruyó darme cuenta de aquello.

Camine entre las casas de los demás lobos y me centré un poco más hasta encontrar una mansión de tres pisos, tenía algunas enredaderas por los alrededores. No viví aquí por mi madre, ella sabía el dolor que llevaba por no tener a mi luna y el hecho de estar aquí solo me recordaría lo imbécil que fui por no encontrarla. 

Saque la llave del bolsillo trasero de mi pantalón y abrí la puerta, todo estaba oscuro y podía ver el polvo en algunos lugares de la sala de estar, los muebles cubiertos por mantas blancas me hicieron suspirar. 

Entre a la cocina, todos los utensilios estaban en perfecto estado, como si lo hubiera comprado el día de ayer. 

Abrí el refrigerador que estaba vacío pero funcionaba.

Cómo hubiera querido vivir aquí…

Seguí el camino hasta las escaleras de vidrio un poco sucias, subí y me encontré las habitaciones de visitas y armarios entre otras cosas.

Todo lo que veía me daba tantos recuerdos de cuando era un inocente adolescente que buscaba todo lo mejor y se aseguraba de que todo estuviera perfecto para traer a quien lo acompañaría por el resto de su vida. 

Por último fui al último piso donde está mi habitación junto a un gran balcón, la cama era grande y las almohadas suaves, aun lado se hallaba una cuna. 

La mira con profundidad sintiendo un agujero en mi pecho, trague con fuerza el nudo en mi garganta y salí de la habitación cerrando la puerta con fuerza. 

Salí de la mansión y vi que la luna ya estaba en el punto más alto, las copas de los árboles se mueven por el fuerte viento. 

Volví a mi forma de lobo y comencé a caminar hacia la mansión a paso lento. 

Mañana debía ir al pueblo y revisar algunos negocios que tengo a mi nombre. Mientras caminaba sentí un aroma extraño, era el mismo de antes; mi corazón comenzó a latir rápidamente y mi respiración se aceleró. 

 Mis orejas se levantaron inmediatamente y mis garras salieron con desesperación, comencé a seguir el aroma con atención perdiéndome en el bosque. Me sorprendí cuando identifique el camino hacia el acantilado. 

Me apresuro a toda prisa y cuando llego al lugar abrí los ojos, sorprendido. Alguien se había lanzado del acantilado, no. No era alguien, el olor era demasiado fuerte que pude identificarlo. Era… No, no es posible. 

Es mi mate. 

Mi luna. 

Mi alma gemela…

Sin pensarlo me lancé detrás de ella. 

—¡No!

El agua estaba helada, pero no me importo, nade detrás de ella quien se iba hundiendo de poco a poco. 

La tomé de la cintura y la acerqué a mí, comencé a nadar hacia la superficie, las olas chocaban entre sí. Cuando por fin estuve en la orilla la puse sobre la arena con delicadeza, mis manos tiemblan y mi respiración sigue agitada. 

Su rostro está pálido y está inconsciente, llevo mi mano a su pecho, pero no logro sentir nada, con cuidado presiono la parte izquierda de mi rostro sobre su pecho y me asusta no escuchar sus latidos. 

—Mierda, no… 

Siento el corazón en la garganta a punto de salir, el miedo comienza a inundarme y mis labios tiemblan un poco. No puedo perderla, no cuando la acabo de encontrar. 

Comienzo a hacer RCP y darle respiración boca a boca, en una de esas me aparto rápidamente cuando tose agua. 

—Sí, eso es —digo aliviado y observo como sigue tosiendo, le doy algunas palmadas en la espalda que la ayudan. 

Me doy el lujo de ver su rostro, sigue pálido, tiene ojeras y largas pestañas. Está algo delgada lo que me preocupa. 

¿Qué le habrá sucedido? 

Escaneo todo su cuerpo revisando de que tenga alguna herida, me detengo en su costilla cuando veo algo de sangre sobre su ropa, con cuidado aparto el pedazo de tela mojada y veo un gran rasguño en su costilla. Lo más probable es que se haya golpeado con una piedra y esté fracturada. 

Pongo de nuevo el rostro en su pecho y me tranquilizó al escuchar su corazón latir. Con cuidado la levanto pasando mis brazos por la parte trasera de sus piernas y comienzo a caminar con cuidado hacia la casa. 

Han pasado tres días y no despierta. Tengo la maldita piel erizada y un estrés que me está matando, observo como el doctor de cabecera hace su trabajo y la revisa. Después de unos minutos me pide salir y eso hago, no sin antes mirarla sobre mi cama, inconsciente. 

—Y… ¿Cómo está? —pregunto cerrando la puerta de la habitación una vez salimos, mi voz sale serie e indiferente, sin embargo, por dentro tengo nervios de lo que salga de su boca. 

<<Si dice algo que no me gusta, lo mató>> la voz de Narek en mi interior hace que asienta a su favor y observo al hombre que se quita los lentes y suelta un suspiro. 

—Mmh, recibió un golpe fuerte en la costilla, lo más probable es que despierte esta misma noche, no obstante, no se podrá mover debido al golpe. —explico y lo escuché con atención —sin embargo, su loba…




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