Esclava de mi Mente

36. El rugido del alma lobezca

Corro en la dirección

Que sigue mi corazón

Que galopa de coraje

Como caballo al que tratan de domar

Y me niego a dejar que se cumpla esa barbaridad.

Tu ya no sabes nada de mí

Y me niego a que eso cambie

Sin embargo, tienes el descaro de intentar decir

Que todos estos años los viviste junto a mí,

Ninguno de ustedes sabe por lo que pasé, lo que viví

El por qué hoy sigo aquí.

 

Estoy orgulloso de decir que hoy mi vida es una aventura

Que mi cuerpo está tatuado por esos años

De dura labor

Para crear lo que hoy en día soy.

Cien años pasé en soledad,

Cien años sufrí lo cruel que es la humanidad,

Cien fueron los que tuve que pasar en la oscuridad,

Y este milenio es el que planeó usar para crear lo que ahora será

Mi vida, llena de una realidad que no me intenta degollar.

 

Vi la luz del sol entre las estrellas,

Vi la furia del mar en medio de las tormentas,

Vi como hasta el más fiero animal nace en

Un bello ritual que Dios le otorgó al mundo dentro de su “bondad”

Que todos los humanos se enfocaron en despreciar.

 

Ustedes tardaron doscientos años en ver que me había ido

Y vaya sorpresa la que han recibido,

Ya nada se puede hacer para cambiar lo que soy

Y vaya suerte la que me tocó.

 

Hoy el sol me protege en mi camino

Y la luna me cuenta las leyendas

 Que los mortales le hemos escrito.

El bosque me acoge en su abrigo

Y el desierto me susurra al oído,

Alabando que mi alma jamás se ha rendido

A diferencia de su tiempo

Que finalmente se ha vencido.



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En el texto hay: poesia

Editado: 31.07.2019

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