Esclava de Sangre

Capítulo 3

Al principio, no pude reconocer la voz de la persona que me estaba amenazando, pero conforme avanzamos en la oscuridad y llegamos a una especie de habitación, reparé en los ojos verdosos que me escudriñaban sin piedad.

—Se supone que debería estar en camino a mi juicio. —formulé más bien como una pregunta, y el capitán parecía más incómodo que nervioso.

—Bueno, muchas cosas han pasado en este breve lapso.

—Entonces explícamelo—ordené colocando mis manos en mis caderas.

Esbozó una ligera mueca con diversión y negó.

—¿Es que no sabes que ya no estás por encima de mi rango?

Alcé una ceja.

—¿Quieres decir que me trataras con diferencia de clases cuando yo jamás lo hice contigo?

—Así es—sonrió orgulloso.

Una risa que comenzó desde lo profundo de mi estómago brotó de mí. No podía creer que estuviera bromeando conmigo. Como en los viejos tiempos.

—Esto es ridículo—contesté—. ¿Qué es lo que pretendes?

—Te lo dije. Te voy a sacar de aquí.

Contemplé el cristal empañado de la habitación y me atreví a reparar en el suave murmullo del síncope, acompañado de un cántico angustiante, tan entrañable como un atardecer, o la primera nevada, símbolo de que las noches se volverían más largas.

Solté el aire que inconscientemente estaba conteniendo y me palpé el cuerpo realizando una inspección rigurosa, para corroborar que no me faltaba alguna extremidad.

—Recuerdo un dolor asfixiante, una daga en mi cuello. —dije ignorando su comentario. No podía creer en sus palabras, en las de nadie.

Julián prosiguió vagando por la habitación en absoluto silencio, irreflexivo.

—¿Es que te has vuelto sorda? —sentenció este incrédulo.

Volteé a mirarlo sin expresión alguna, mientras reparaba en el significado de sus palabras.

—¿Realmente crees que puedes venir después de todo lo que ha sucedido y actuar como que todo está bien entre nosotros? ¿qué todo está bien conmigo?

—Yo nunca he dicho que todo esté bien contigo.

Cerró la distancia que nos separaba y posó una mano en mi mejilla marcada.

—Tienes un aspecto horrendo—maldijo—. Esto está a punto de infectarse, pero no tenemos mucho tiempo, veré que puedo hacer por ti.

Julián Pargott, fue nombrado caballero a la edad de quince años, y unos meses después, elegido líder del escuadrón del ánima. No obstante, según mis afectados recuerdos, solíamos ser buenos amigos antes de eso, sobre todo, nos llevábamos mucho mejor antes de convertirme en lo que sea que era ahora.

—¿Por qué me estás ayudando?

—Digamos que tenía una deuda a saldar con cierta persona.

Y no necesitaba decir más para poder imaginar sobre a quién se refería. El príncipe Ulysseus había sido el mentor de ambos, una figura de autoridad que nos orientó y educó.

—Pues no es necesario que la saldes conmigo, él fue quien me puso en esta situación en primer lugar.

Soltó un bufido despectivo y rodó los ojos. Era el colmo, ese gesto tan característico suyo intentaba expresar lo mucho que dudaba de mi juicio.

— ¿Supones algo distinto? —Volví a decir entre dientes, conteniendo el enojo que amenazaba con manifestarse. — ¡¿Piensas que estaría aquí encerrada y condenada a muerte si no fuera porque me engañó?!

Grité tan fuerte que había una gran probabilidad de que todas las personas del pueblo lo hayan escuchado. Julián dio un salto por mi repentino ruido y formó una mueca de intranquilidad.

—No puedo creer que hayas hablado tan alto—tomó mi cabeza entre sus manos y me escudriñó con sus ojos, ahora turbios por el enojo.

Iba a insultarlo con un improperio cuando escuché el sonido de la trompeta llenar el sigilo del crepúsculo. Tenía el vago recuerdo que el día de mi compromiso hubo un estruendo similar.

—No van a tardar en dar con nosotros. Pensé que teníamos algo más de tiempo antes de que lanzaran la señal, pero por lo visto, tu grito los ha alertado—Julián arrugó sus labios y rápidamente comenzó a sacar algunos artefactos bastante misteriosos de un bolso que hasta unos instantes antes no había notado.

Una botella de ungüento. Y un extraño collar de plata, que decoraba un pequeño cuarzo iridiscente.

—¿Qué es esto? —la sorpresa en mi voz fue imposible de ocultar. Me acerqué a la mesa para poder tocar la piedra con mis manos, poseía una textura lisa y al ponerla contra la luz de la lámpara ésta obtenía destellos del color del arcoíris justo en su centro.

—Es lo último que puedo hacer por ti, no tenemos tiempo para que te explique cómo funciona, pero tarde o temprano lo descubrirás. Aunque espero que más tarde que nada.

Tomé la cadena que mantenía a la piedra sujeta y la levanté con sospecha.

—Escucha con atención lo que te voy a decir—continuó—. Cassia, tú debes defenderlo con tu vida si es necesario, porque es lo único que te ayudará a sobrevivir allá afuera—su mirada había adquirido un extraño brillo. Su tono era tan bravo y arduo que lograba envolver con sus palabras a cualquier audiencia que lo estuviera escuchando. Era como una polilla siendo arrastrada hacia la luz, embelesada por una cruel tentación.

Sin agregar nada más, volvió a meter los objetos dentro de aquella bolsa de cuero y me la entregó. La colgué cruzándola por mi pecho y lo seguí con cautela. Nos desviamos y reconocí el área del castillo en la que nos posicionábamos, era el ala oeste, donde residían los hijos del rey y su familia; al principio pensé en lo iluso que fue Julián por llevarnos directo a las garras del lobo, pero después de un tiempo merodeando, supuse que sería uno de los pocos lugares en los que no nos buscarían de inmediato.

Llegamos al punto central, en el cual se abrían las distintas escaleras para acceder a cada sector del recinto, era el corazón del castillo. Bajamos y nos movimos hacia la zona de la cocina, la cual no tardaría en ser habitada por la gente de servicio, miré hacia todos lados atenta a cualquier movimiento fuera de lo común, y antes de darme cuenta, Julián sostenía la puerta de un pasadizo.



#168 en Fantasía
#992 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, magia, realeza

Editado: 28.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.