Esclavos De La Unión: El Continente Renacido

PRÓLOGO: DESPERTAR

Blanco, solo veo blanco y nada más. Abro los ojos lentamente y veo el cielo cubierto de humo. Noto un intenso calor a mi alrededor. Me incorporo sin levantarme del todo y me siento. Todo es muy confuso. Miro a todas partes sin saber dónde estoy, veo árboles ardiendo, supongo que debo de estar en un bosque o algo así. Sigo observando y parece que me encuentro en el centro de una especie de cráter. ¿Qué lo habrá producido? Me invade una intensa sensación de peligro, algo me dice que he de huir de allí lo más rápido posible, el problema es que no sé de qué debo hacerlo. No recuerdo nada, solo tengo un espacio en blanco. Decido que este no es un buen lugar para pensar, me duele demasiado la cabeza. Me levanto en medio de un intenso mareo, que hace que vuelva al arrasado y caliente suelo. Intento levantarme otra vez, mis alarmas están disparadas, me vuelve a invadir una intensa sensación de peligro, como cuando estás en el mar y ves una enorme tormenta acercándose que puede poner punto final a tu existencia. Esta vez consigo mantenerme de pie y avanzo tambaleándome. Empiezo a andar mirando por donde piso, y ahí me fijo en mi ropa. Llevo una especie de armadura que se acopla milimétricamente a cada centímetro de mi cuerpo. Llevo una pistola en cada una de mis caderas y un subfusil en la espalda, me pregunto cómo no me he volado aun la cabeza, ya que estaba boca arriba cuando me he despertado. Toqueteándome encuentro una pequeña variedad de distintos cuchillos (un par de machetes, un par de puñales y una daga). Escondidos en mi brazo derecho tengo cinco kunais, y cinco shurikens de estrella de cuatro puntas en el izquierdo.

Sigo avanzando y me dirijo hacia las llamas, sé que mi traje me protegerá del fuego y que el casco que llevo (que también se acopla a las características de mi cabeza) me permitirá respirar a pesar del humo. ¿Cómo lo sé? No tengo ni idea. Dando tumbos tropiezo con una raíz y caigo a una especie de rio con una fuerte corriente. Intento alcanzar la orilla, pero débil como estoy no puedo hacer frente a esa fuerza que me arrastra. Pocos metros después, el río se adentra en las profundidades de la tierra, para luego lanzarme por una cascada hasta una cueva con un lago subterráneo. Con un tremendo esfuerzo consigo llegar a la orilla. Con una gran fatiga me desplomo allí. Giro la cabeza y veo en el agua un reflejo, al parecer ya no llevo casco y partes de mi cuerpo han quedado al descubierto, como si se hubiera roto la armadura. Miro bien y veo a una chica desconocida, un reflejo que no me dice nada. No sé quién soy.

Noto cómo estoy a punto de perder la consciencia, así que activo el modo de seguridad de mi traje. Modo de seguridad activado, consigo leer en unas letras que aparecen en mi antebrazo. Luego, poco a poco, me dejo caer en brazos de la oscura inconsciencia.



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En el texto hay: distopia, tecnologia, chicas protagonistas

Editado: 24.02.2019

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