Esclavos De La Unión: El Continente Renacido

CAPÍTULO 21: SEGURO DE VIDA

- Kalindra, ¿estas segura de eso? - Me dice Carolina.

- Sí, pienso que ha dicho la verdad. Vete tu al refugio, quiero comprobar una cosa antes de irme.

- Pero... ¿Te quedas aquí sola? Podría ser peligroso. - Insiste Carolina.

- No te preocupes, tu eres más joven y rápida, yo ya estoy más mayor, solo te retrasaría. Ve lo más rápido que puedes ya agrupa a todas las Termitas. - Le respondo

- ¿Por qué seguimos utilizando ese nombre? - Dice Carolina. - Eso fue una idea de la asquerosa esa de la muerte gris o como se llame.

- No te preocupes, ese es un buen nombre y ya no hemos acostumbrado a ello. Un nombre es solo eso un nombre, lo que importa es el valor que le damos a ese nombre, no importa de donde venga.

- Sí tú lo dices...- Responde Carolina Rindiéndose. - Bueno está bien me voy, pero no tardes mucho.

- No, tranquila, compruebo una cosa y me dirijo allí.

Veo como Carolina se adentra entre los arboles hasta que la pierdo de vista. Tengo una corazonada, mi intuición me lo dice. Si va a subir a esa nave con esa arma no creo que lleve eso encima. A demás si no sospecha que nadie lo pueda buscar no lo habrá escondido muy adentro. Es más, la Unión no sabe de la existencia de esta cueva ni sabe que ella ha estado aquí, pero yo si lo sé.

Me adentro en la cueva e inspecciono el suelo y las paredes sin ningún resultado. Sí yo fuera ¿ella donde lo escondería? Ni muy cerca de la entrada para que nadie lo encontrara de casualidad, ni demasiado adentro que no supiera yo encontrarlo. Mm, me la voy a jugar a un túnel.

Avanzo por el oscuro pasillo iluminando el suelo y las paredes por si acaso veo algún vestigio de que se haya tocado algo, pero nada, luego si me he equivocado volveré e inspeccionaré el túnel más despacio. Finalmente, el túnel se termina y llego a un pasillo horizontal que se divide en cuatro túneles más. Si yo fuera ella lo escondería aquí, está lo suficientemente lejos para que se encuentre de casualidad y lo bastante cerca y fácil de acceder para quien lo sabe.

Empiezo a inspeccionar y a remover la tierra del suelo. Voy pasando mi mano por encima de la tierra hasta que noto un trozo que es un poco irregular. Una zona que no es tan sólida como el resto. Enfoco con la linterna y paso la mano por encima otra vez. Parece que aquí hay algo. Excavo un poco con una cuchara que llevo, no se pro que, pero siempre llevo una cuchara encima, ellas pueden ser muy útiles. Encuentro una bolita pequeña de cuero, como una bolsa para llevar semillas o habas. Abro el cordoncito que cierra la parte superior de la bolsa y aboco su contenido en la palma de mi mano.

- ¡Bingo! - Exclamo al ver la piedrecita que hay en mi mano.

Rodando por la palma de mi mano hay un mineral esférico y cristalizado pro dentro, con caras poligonales como el cuarzo. El mineral es de un color dorado muy intenso, podría confundirse con oro, pero si te fijas es totalmente diferente, parece más bien una gema, como un rubí y este es transparente, el oro no.

- Así que esta cosa pequeña tiene la capacidad de destruirnos a todos...- Digo en voz alta. - Pensaba que sería una cosa mucho más grande, pero ya dicen que las mejores fragancias van en frascos pequeños.

Ruedo otra vez el mineral por la palma de mi mano y lo observo unos instantes para después guardarlo en la bolita otra vez, luego me digo a mi misma:

-Este será mi seguro de vida.



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En el texto hay: distopia, tecnologia, chicas protagonistas

Editado: 24.02.2019

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