Esclavos De La Unión: El Continente Renacido

CAPÍTULO 22: ASALTO A LA VÁLANTAIN

La Válantain se ha posado lentamente a unos escasos metros de Resp. Sus motores rugen intensamente, disminuyendo el valor de la mayoría de quien lo escucha. Alicia y Mari Pili se encogen de temor ante el intenso bramido de la máquina. Incluso yo, acostumbrada a desenas o miles de explosiones, disparos y ruidos varios me siento un poco nerviosa por el estruendo. Como si me encontrase al borde del océano viendo acercándose hacia mí una tormenta que provoca inmensas olas que hipnotizan, aunque sabes que la mejor decisión de tu vida seria huir y correr lo más rápido posible, pero aun así te quedas observándolo hasta el que lagua té devora con fuerza arrastrándote a las oscuridades de las profundidades del océano para que nadie vuelva a ver tu cuerpo jamás.

De repente se abren unas escotillas situadas en la panza de aquel coloso volador y empiezan a saltar desenas de militares de la Unión enganchados a unos cables por los cuales descienden al suelo, para una vez tocado la tierra con los pies correr hacia Resp con las armas en ristre y apuntando. Apenas un minuto después de que los primeros soldados bajaran de la Válantain, en los momentos de pausa de la respiración del metálico animal, se escuchan los disparos de los militares y el grito de la población atemorizada.

- Deberíamos...- Me empieza a decir Alicia entre una de las pausas del estruendo de la Válantain.

- No...- Pero me interrumpe otra vez el bramido de la máquina, para al rato disminuir su intensidad. - No podemos hacer nada por ellos. Sí podríamos ir cargarnos a los militares, yo con facilidad y tu... bueno y tú a ver si sobrevivieras, pero... Si hacemos eso seguro que la Válantain carga su cañón y dispara a la ciudad. La explosión de ese disparo te mataría a ti, a Mari Pili, a los soldados ya a la población. A mí me dejaría fuera de juego. Así que ganamos más si subimos a la nave, la conquistamos, la reclamamos para nosotras y luego ya nos encargamos de eso militares. A demás nuestro objetivo es destruir la Exterminus, no sea que por un casual la puedan hacer funcionar aun sin el mineral.

- Esta bien, entendido. - Se rinde Alicia. - ¿Y cómo subimos?

- Esperaremos a que bajen todos y luego tu déjame hacer. Confía en mí. - Le respondo.

- Claro, ni que confiar en ti sea tan fácil. - Responde Alicia. - Mataste a mis padres recuerda.

- Sí lo sé, pero sobre eso ya arreglaremos cuentas. - Respondo suspirando.

Así que esperamos a que el ultimo militar que vaya a bajar salte de la nave. En ese momento siento un profundo mareo. Estoy muy debilitada, me fallan las fuerzas.

- O no.- Digo.

- ¿Qué te ha picado ahora? - Responde Alicia hinchando sus mofletes.

- ¿Tienes algo para comer? – Le digo ignorando su comentario.

- Claro, yo voy a asaltar todos los días naves de la Unión cargada de comida. - Responde irónicamente. - Sírvase lo que quiera, esto es un bufé libre.

- Muchacha corta ya los sarcasmos que te estoy hablando en serio. - Le respondo enfadada. - Una de las debilidades de tener un cuerpo como el mío es que necesito una cantidad increíble de energía. Cuando estuve viviendo como Abi no necesitaba tanto pro que no utilizaba los nanobots, pero estos días... Lo he utilizado y no eh comido casi. Estos robotitos consumen mucha energía y he de comer como cuatro veces más que un humano normal. De hecho, la mayoría de la producción de comida que hacéis los trabajadores es para poder alimentar a los miembros de los escuadrones letales.

- ¿De la misma manera que el Grefteno que picamos va para las armas y estructuras importantes? Dice Alicia.

- Correcto. - Respondo sorprendida. - Parece que prestas atención cuando se te habla.

- Claro, eso es lo práctico. - Responde. - Bueno y que hacemos.

- No te preocupes, primero subiremos a la nave, después ya pensaré algo. - Respondo. - Venga vamos a subir.

Nos dirigimos agachadas hasta la parte de debajo de la Valantain, justo en el sitio donde aterrizaban los militares. Ordeno que Alicia sube encima de Mari Pili, luego las envuelvo con una cadena producida por los nanobots que sale de mi brazo y las ato a mu cuerpo, luego con el otro brazo disparo un gancho que sale de mi mano este envuelve una de las torretas cercanas a las escotillas pro donde han salado los militares. Ascendemos lo más rápido que puedo. Finalmente llegamos a la panza de la nave. Des de allí pirateo los paneles con ayuda de los nanobots unidos a mí. La escotilla se abre lentamente y lanzo con fuerza a Mari Pili y Alicia contra un militar que se había asomado por la escotilla, luego aprovechando el movimiento engancho la cadena en unos tubos y me impulso dentro de la nave. Nada más mis pies tocan el suelo corro por el hangar y elimino a los cuatro militares que estaban de guardia, impidiendo así que den la alarma. Por otra parte, el cuerpo de Mari Pili ha aplastado contra la pared al soldado que se había asomado, él está hecho una papilla.

- Vaya, hemos hecho una entrada triunfal. - Digo satisfecha poniendo mis manos sobre mis caderas, para luego dirigirme a un panel y cerrar la escotilla.

- No sé qué vez de triunfal ser lanzada como un saco de patatas y aplastar a una persona contra una pared. - Replica Alicia. - ¡Qué asco!

- Bueno, bueno no te quejes tanto, al menos no estáis heridas. - Digo mientras lanzo los cuerpos inertes por la escotilla mientras esta se está cerrando. - Cuando recuperemos la nave deberemos limpiar este estropicio.



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En el texto hay: distopia, tecnologia, chicas protagonistas

Editado: 24.02.2019

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