Esclavos De La Unión: El Continente Renacido

CAPÍTULO 4: JORNADA DE TRABAJO

Me despierto de buena mañana sin ningún problema. Salgo de mi habitación seguido por Bob. Preparo el desayuna para Alicia y para mí. Ella se levanta poco después que yo y sonríe al ver la comida preparada. Comemos en silencio ahorrando fuerzas para el día que tenemos por delante. Nos vestimos con la ropa de trabajo y salimos por la puerta llevándonos a Buck. Según Alicia normalmente e nos lo llevamos, pero esta semana pasad lo había dejado para que me cuidase. Por mi podría habérselo ahorrado y que se lo hubiera llevado, total para lo que ha hecho a parte de molestarme.

Vamos andando por las calles, y aunque es verano hace bastante frio matinal. Andamos deprisa y vemos como las puertas de las otras casas van abriéndose lentamente y la gente empieza a salir. Comienza un nuevo día en el hormiguero, como pienso que se puede calificar este pueblo. Las hormigas obreras van a trabajar para alimentar a sus superiores. Sin pensar en por que hacen las cosas, simplemente las hacen porque es lo más sencillo, actuar sin pensar, que los superiores piensen, que esa es su función. Los pobres trabajadores deben de trabajar y producir ya está. Veo sus actitudes y me invaden sentimientos de pena, frustración... Para nada comparto la visión de Alicia sobre este mundo. Pero no me queda más remedio que aceptar estas normas de momento. No sé quién soy y la verdad no me gustaría perjudicar a Alicia, que tan bien se ha portado conmigo. No, eso sería inhumano, así que de momento he decido acatar las normas y seguir la corriente del hormiguero, pero sin ser una hormiga más, más bien una hormiga esperando su ocasión para huir de la colonia. Realmente no sé qué pensar, no sé lo que es mejor o peor, pero como me ha pintado la situación Alicia, sumado a lo que yo he visto, no me gusta para nada el cuadro. Porque la verdad es que es un cuadro con unos bonitos dibujos, con una técnica sorprendente. Pero en el fondo lo que hay dibujado en el cuadro no deja de ser una mera ilusión que oculta ambiciones oscuras. Me sorprendo a mí misma por la certeza de mi reciente pensamiento. Sé que la Unión es así, lo que no se es porque lo sé.

Llegamos a nuestro lugar de trabajo, los campos frutales. Allí está la Controladora Terlla, alias la Jefa, esperándonos con una sonrisa en la boca. Por lo que me ha contado Alicia nuestro trabajo consiste en recoger la fruta de temporada. Toda, igual estamos una hora recogiendo un tipo de fruta y luego otra en un tipo diferente. Las frutas que tenemos aquí son: Peras, higos, mangos, granadas, ciruelas uvas, moras y fresas. Este es un pueblo dedicado a la agricultura. Otros pueblos se dedican a la ganadería o a otras cosas. Según me ha explicado Alicia. En primavera, verano y otoño nos dedicamos al campo (quemar rastrojos, podar, controlar los insectos, aclarar, regar, recolectar...) y en invierno nos dedicamos a la minería y tala de árboles los más fuertes y a la costura los más débiles. Y así año tras año. Le pregunte a Alicia porque talábamos en invierno y no antes para tener madera para el frio. Ella mes respondió que las cosas funcionaban así, se recogía leña durante el invierno y se utilizaba la almacenada del año anterior para calentar las casas y hacer muebles o lo que hiciera falta. De todas maneras, todas las casas tenían calefacción solar, y era la unión quien controlaba el clima... Simplemente las cosas eran así y así se debían hacer. Esa forma de pensar de Alicia me enerva, no cuestiona nada, simplemente hace y ja está.

- Propicios días ciudadanos. -Dice la Jefa cuando nos reunimos, al parecer todos, en el inició del sendero que lleva a los campos. - Hoy es otro día laboral, por lo tano nuestro deber para con la Unión está claro. Esforzarnos de manera culminante y alcanzar nuestro empeño, que no es otro que servir, porque al servir nos estamos sirviendo a nosotros mismos. Que dé inició el acopio y el acarreo.

- ¿Qué? - Le pregunto entre susurros a Alicia.

- Que empecemos a recolectar fruta y a cargarla en los carros. - Responde.

- ¿Para eso tanta palabrería? Ni si lo que yo digo va a ser...

- Déjate de paranoias, es momento de centrarte

Sigo a Alicia la cual no me ha dejado repicar a su comentario. La sigo refunfuñando para mis adentros. Nuestra parada no está muy lejos y nos adentramos en un campo de fresas. Alicia coge un cesto y empieza a recoger fresas, yo la imito. Pero cojo la fruta con demasiada fuerza y la espachurro. Alicia aspirando aire me enseña a como se hace el trabajo correctamente. Empiezo a hacerlo mejor, pero...

- Va con demasiado desfase ciudadana Abigail Robles Olmos. Observe a su compañera Alicia Carbajal Rojiza. O trabaja con la misma celeridad que su persona o cobrará menos de lo estipulado. - Dice la Jefa que se había situado detrás de mí y que ahora se va.

- ¿Qué mierdas a dicho? - Pregunto.

- Deberías aprender su lenguaje. - Dice Alicia suspirando. - Ha dicho que vas demasiado lenta, que espabiles y vallas más deprisa. Que vayas como yo.

- Pero eso es imposible de buenas a primeras. No puedo ir tan rápido sin cargarme la fruta. – Digo indignada. - O voy de prisa o lo hago bien. Pero no puedo las dos cosas a la vez.

- ¡Y piensas que eso le importa a la Unión! - Grita enfadada Alicia, cosa que provoca que otros trabajadores nos miren. Alicia se da cuenta y rebaja la voz. – A ellos eso no les importa, ellos quieren eficacia y eficiencia.



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En el texto hay: distopia, tecnologia, chicas protagonistas

Editado: 24.02.2019

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