Esclavos de una Promesa

Prefacio

Luxemburgo, Luxemburgo

Ren

—¡Lucienne, cuidado! —grito mientras salto frente a ella, bloqueando con mi pequeño escudo de madera la «espada» de Adrián.

Su cara se ilumina de alivio al verme, y esa sonrisa hace que me sienta invencible. No importa que Adrián sea mayor y más rápido; yo siempre protegeré a Lucienne.

—Gracias, Ren —murmura mientras me ayuda a levantarme tras caer al suelo. Sus ojos azules, brillantes y llenos de confianza, me hacen sentir que soy su héroe.

—No tienes que agradecerme —le digo, hinchando el pecho con orgullo infantil—. Siempre estaré aquí para ti, Lucienne. No importa lo que pase. Seré tu protector y tu confidente. Te lo prometo.

—¿Prometes amarme siempre, Ren? —inquiere, sus ojos están llenos de dudas.

—Lo prometo, mi Lux.

Ella ríe, esa risita dulce que siempre me hace sentir cálido por dentro, y yo me digo que jamás romperé mi promesa.

—Vamos a seguir jugando, tortolitos —Adrián nos llama.

El recuerdo se desvanece, y el presente me golpea como un tren fuera de control.

—¿Qué demonios está pasando aquí? —Mi voz tiembla, no de duda, sino de pura rabia.

Lucienne está en la cama, su cabello dorado desordenado y su rostro lleno de culpa, junto a Adrián, mi supuesto mejor amigo. La escena es un puñal que se hunde en lo más profundo de mi pecho, arrancándome el aire.

—Ren, no es lo que parece… —comienza a decir, pero la furia borra cualquier intento de escucharla.

—¡Cállate! —rujo, sintiendo que mi garganta se desgarra—. No quiero oír ni una maldita palabra. ¡Eres una traidora, Lucienne! ¡Ambos lo son!

Ella intenta levantarse, acercarse, pero retrocedo como si estuviera frente a un monstruo. —¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste hacerme esto, a mí?

—Ren, lo prometiste —me recuerda con voz rota.

—Rompiste esa promesa tan pronto como te metiste en la cama con él. Te odio, Lucienne. Los odios a los dos. ¿Cómo pudiste hacerme esto, a mí?

No espero una respuesta. No la quiero. Salgo de la habitación antes de que el dolor me consuma por completo. Cada paso se siente como si estuviera dejando un pedazo de mi alma detrás, como si mi corazón estuviera siendo arrancado del pecho y aplastado bajo el peso de lo que acabo de perder.

Mi prometida y mi mejor amigo acaban de traicionarme de la peor manera, ¿cómo se supone que podré recuperarme de esto?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.