Escrito en sangre

Pactos de tinta

La vela parpadeaba débilmente, proyectando sombras que parecían moverse aunque nada las tocara.
Clara estaba sentada en el suelo, rodeada de diarios abiertos, hojas sueltas y páginas manchadas. Cada historia anterior parecía gritarle desde el papel.

El diario de Elena estaba frente a ella, abierto en una página que no recordaba haber leído.

“Todos hacemos un pacto.
Algunos a cambio de tiempo.
Otros, por poder.
Yo solo quería vivir.”

Clara sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Debajo de esas líneas, una huella de tinta oscura tenía forma de mano.
Como si la autora la hubiese dejado justo antes de desaparecer.

“Clara…”

La voz volvió. Pero esta vez no sonaba como un susurro lejano.
Estaba dentro de su cabeza, clara y precisa, como si alguien le hablara al oído.

“No tienes que morir.
Solo tienes que escribir.”

—¿Qué quieres de mí? —preguntó con la voz rota.

“Sangre. Palabras. Un nombre.”

Clara apretó los puños.

“Si eliges a otro, la historia continúa… y tú sobrevives.”

Sus labios temblaron. Entendía lo que la pluma le estaba proponiendo: si escribía otro nombre, la maldición pasaría a esa persona. Y ella… quedaría libre. O al menos, eso prometía la voz.

Se levantó temblando, con el corazón golpeándole el pecho.
—No —susurró—. No voy a condenar a nadie.

“Entonces tú serás el final.”

Las páginas del cuaderno comenzaron a llenarse solas con frases torcidas, como escritas por miles de manos diferentes. Cada línea repetía lo mismo:

“Toda historia necesita un sacrificio.”

La vela se apagó.
En medio de la oscuridad, la pluma flotó frente a ella, y una línea de tinta descendió lentamente desde la punta hasta rozarle la muñeca.

“Tu nombre… o el de alguien más.”

Clara retrocedió, pero sus talones chocaron con el escritorio.
En la penumbra, su celular brilló débilmente: tenía un mensaje sin remitente.
Solo tres palabras:

“Escribe su nombre.”

Y debajo… la pantalla mostraba la imagen de Laura Álvarez, su mejor amiga.

La pluma se acercó más, como un animal oliendo el miedo.

“Tú decides.”

Clara sintió cómo la tinta fría le tocaba la piel y tembló.
Por primera vez, entendió que la pluma no necesitaba obligarla.
Solo tenía que esperar.



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En el texto hay: suspenso, terror, halloween

Editado: 22.10.2025

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