Caballero caído

La muerte le llega a los vivos,

pero más duele el olvido.

Soy un caballero y hablo del más allá

aquí es confortante, 

mi alma tranzó un pacto

y mi espada encontró descanso.

Muchos dirán que fui un cobarde por no ponerme de pie pero mi herida fue de gravedad.

Me dieron una estocada en el corazón, que me borró la razón.

Fue esa clase de herida que te desangra poco a poco

y si vuelves en sí, quedas loco.

Otros preguntarán: ¿Qué arma causó esa herida mortal?

mi respuesta es algo rota o más bien idiota.

Porque la verdad no se o no quisiera saber.

Quizás fue su indiferencia a mi amor

o su afán de encontrar alguien mejor.

Decidí quedarme tendido en el suelo,

a seguir con este patético duelo.

Se apaciguará el ruido,

añoraré a las personas que cuido,

esperaré el último chasquido

y me declararé caballero caído.