#4: Lluvia que aplaca el dolor

Se encontraba allí, sentada bajo un árbol cualquiera observando la lluvia caer.

Estaba pensando nuevamente, estaba dolida por una actitud que acababan de tener hacía ella, sabía que había hecho mal, lo aceptaba, pero eso no quitaba el peso de que le doliera esa actitud despectiva y distante que había tenido dicha persona.

Le dolió y mucho, se suponía que estaban trabajando la tolerancia y el amor sin condición, pero con esta actitud estaba dudándolo.

Se removió en la silla de madera de tal forma que las pequeñas gotas que se empezaban a colar a través de las hojas del árbol no le mojaran. Levantó la vista al cielo intentando retener las lágrimas de manera inútil y puede que también buscando una respuesta a todo lo que le pasaba.

Pensó en que era, de manera muy probable, una decepción para aquellas personas que amaba y que eran importantes en su vida; así lo sintió.

Suspiró, se sentía desdichada.

Estaba triste y de cierta manera cansada, deseaba un descanso de esas sensaciones, ya no quería sentirse triste o sola, más parecía algo imposible de lograr.

Bajó la cabeza y lloró en silencio, lágrimas gruesas y llenas de dolor salieron con facilidad y rodaron libres por sus mejillas, las cuales estaban frías por la lluvia.

Inhaló tanto aire como pudo y con el dorso de sus manos secó sus lágrimas, no quería que la vieran llorar, aunque esto fuera poco probable ya que estaba sola.

Se hizo consciente de que las personas nunca lograrían amar de manera incondicional, por más que lo intentaran, no lo harían. Siempre se presentarían situaciones que harían que este tipo de amor se tambaleara y desfalleciera.

Pensó en que debía olvidar todo lo malo que le hicieran, guardar rencor no sería para nada bueno, de eso ya había suficiente en el mundo.

Decidió darse una nueva oportunidad, una en la que demostraría que no importaba lo que le hicieran o lo que le dijeran, ella seguiría adelante y con mayor empeño, sería una persona genuina, excelente; no sólo por los demás, no. Lo haría por ella misma.

Allí, prometió nuevamente cambiar, en verdad quería hacerlo, ella estaba consciente de que sería difícil como todo más no imposible.