Escritos de la cuarta semana de febrero del 2024

La leyenda de los demonios Naga por Arturo Martínez Molina

Kristan Ollo era el herrero de su aldea escocesa, al igual que lo fue su padre antes que él. Se trataba de un hombre rudo y fornido de unos veinte años, aunque poco atractivo hacia el sexo femenino.

Un día llegó a sus oidos una vieja historia sobre unos demonios que concedían deseos en el bosque cercano, así que intrigado fue a consultar al druida local y este lo recibió al terminar los ritos

diarios.

  • ¿En qué puedo ayudarte Kristan?

El hombre se llamaba Judok Begoc, y muy respetado, al ser bastante considerado al atender a todos por igual y sin importarle su categoría social. Tenía unos cincuenta años, su edad exacta no la conocía nadie y no solía decirla a muchos.

  • Querría consultar una vieja historia que ha llegado a mis oídos, sobre unos demonios que conceden deseos en los bosques. ¿Son reales? Y si es así, ¿cómo doy con ellos?

La expresión de su interlocutor, se tornó sombría de golpe, cosa que lo inquietó.

  • Son los demonios Naga, y pueden ayudarte en lo que precises. Aunque su precio es proporcional a tu deseo, es mejor que la olvides y regreses a la aldea —recomendó.

  • Me da igual lo que me exijan, necesito su ayuda y les daré lo que me pidan —insistió el herrero.

Al verlo tan decidido y serle imposible hacerle cambiar de opinión, lo instruyo en la ceremonia necesaria para invocarlos al acampar al anochecer en la arboleda.

 

Ese mismo día, al oscurecer, se adentró entre los árboles, con lo que le indicó que llevara consigo. Se detuvo en el primer claro alejado de la aldea, y encendió un fuego en el que vertió el líquido que le había proporcionado el druida. El silencio se hizo al momento, hasta que un aullido acompañado de unos pasos se acercaron a su posición, no tardo en ver a un extraño ser con un lobo que portaba una larga espada que clavo en un cráneo que apareció de la nada.

  • Humano, ¿en qué puedo ayudarte? ¡Te concederé cualquier cosa que desees si estás dispuesto a pagar el precio requerido!

Sin pensarlo demasiado, hizo su petición sin preocuparse del coste que conllevara, el demonio, al aceptar el trato, se convirtió en una bandada de cuervos y lo dejó allí solo. Se dispuso a comer lo que demandaba el ritual, un pedazo de carne que aso en las llamas, que acompaño con algo de licor. Dejo un trozo para aquel ser y se fue a dormir.

Al despertar, la comida ya no estaba y abandonó el lugar satisfecho de haber cumplido los pasos necesarios para obtener su deseo.

 

Los días transcurrieron y empezó a pensar que no lo vería realizado, hasta que vio a una mujer que le llamó la atención de inmediato que se había trasladado de otra aldea. La atracción fue mutua casi desde que se vieron, y tras conocerse por un periodo de medio año, formaron una feliz familia que dio como fruto a dos varones y una niña.

 

El día que su hija cumplió diez años, kristan la saco de la cama al anochecer y la llevo al bosque en donde le esperaban.

  • Este es tu pago, ¡maldito demonio! Llévatela antes de que emplee mi espada —exclamo furioso.

  • No recuerdo que pusieras ninguna pega cuando lo aceptaste, es mi justa retribución.

Volvió a desaparecer como la primera vez y lo dejó allí desconsolado por la perdida.

 

Su esposa acabó aceptando la versión de que la misma niña abandono la seguridad de la aldea y fue víctima de las bestias salvajes. Nunca llego a sospechar lo que sucedió en realidad.

FIN

Obra Registrada bajo licencia de Safe Creative, prohibida su difusión:

https://www.safecreative.org/work/2402216979152-la-leyenda-de-los-demonios-naga




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.